Por
Eduardo Cancio González.
Si algo queda claro en este nuevo episodio del conflicto
EUA-Cuba es el flaco servicio que los congresistas cubano-americanos
de la Florida y la famosa comisión para la transición
en Cuba brindan a sus representados y al presidente. Es
realmente triste constatar la falta de visión política
y el desconocimiento crónico de la realidad cubana.
Escojo la torpeza como consuelo, antes que pensar en el
oportunismo y la politiquería barata con el sello
de La Chambelona.
En momentos de casi total aislamiento del régimen,
en tiempos de repulsa mundial por los desmanes cometidos,
de estrepitoso fracaso económico, de acorralamiento
casi total vuelve a retomarse el viejo y gastado mecanismo
elecciones-aprieta a los cubanos, muy a tono con este otro
de moda: guerra-petróleo.
El caso del niño Elián González no
fue suficiente. Aquel horror político nos dejó
a los cubanos (para entonces vivía en Cuba) una terrible
sucesión de marchas, consignas, tribunas abiertas
y mesas redondas, cuya mezcla generó un delicioso
cóctel denominado “batalla de ideas” y que, cual
palmacristi, se ingiere desde entonces a toda hora y por
todos los medios. Claro está, los de la metedura
de pata, no saben a que me refiero, por la sencilla razón
de que no lo viven. Para ese entonces el comandante se deleitaba
en el orgasmo del nuevo y fácil triunfo, servido
en bandeja de plata, por la falta de sentido común.
Confieso que mi problema radica en la “cura del espanto”,
pues cuando creía que aquello había sido suficiente
nos cae el mamotreto de la nueva política, con sus
dolorosas e inoportunas medidas.
La palabra “Elianada”, me viene como anillo al dedo y podríamos
definirla como sigue: Torpe error cometido cada cuatro años,
cuando los políticos de EUA ,con déficit de
asesoría, y hambre de votos, se convierten en cómplices
del verdugo del pueblo cubano.
No hay dudas, estamos en medio de otra “elianada”. No son
pocos los que piensan que existe un acuerdo tácito
entre los políticos cubano-americanos,
el gobierno americano y el comandante. No se había
terminado el eco del anuncio de las nuevas medidas y ya,
el gobierno cubano se aprestaba a una subida de precios
en la canasta básica en dólares (la real,
la virtual es la de la bodega), medida esperada ante la
galopante crisis y el fracaso económico, pero ahora
convenientemente enmascarada en la “política genocida”
del imperialismo yanqui. Y , titular de Granma para la historia:
“Brutales medidas contra el pueblo cubano y sus familiares
en EUA”. Es decir, mutación de gusano a persona,
y prodigioso descubrimiento de la palabra familia. Más
y más cinismo y mesas redondas que muestran la indignación
de los cubanos en Miami, y CNN poniendo lana sobre la piel
del lobo y el sistema oxigenándose de nuevo, y el
pueblo cubano pagando su inmerecida cuota de cínica
manipulación.
Los dólares se necesitan para vivir, y la vida, y
el sufrimiento de la gente más humilde no hay derecho
a canjearla por ajustes de cuentas, propiedades confiscadas,
traiciones consumadas, compromisos de campaña y falsos
mesianismos. Por que el sentimiento de familia no se toca,
y a Dios gracias, se impone por encima de rencores.
Es una pena. Los que no nos aprovechamos de los extremos
estamos solos, los que no reclamamos protagonismos seguimos
en el medio, los que queremos lo mejor para Cuba seguimos
callados. Y así, el Comité Central, con sede
en la Habana y Miami, nos engulle a todos, en esa carrera
egoísta por ver quién queda vencedor, o bajo
la rueda de la historia.
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