por Armando Lopez
El show de Álvarez Guedes consiste en él solo debajo de un bombillo.
¿Qué le encuentra la gente a este humorista, que asegura que los cubanos somos grandes dictadores, que Miami es un gueto, y que puede hacer radio hasta en calzoncillos?
El show de Guillermo Álvarez Guedes es él solo, a chiste limpio. No hay orquesta. No cuenta con bailarinas. No hay cambio de luces.
Pero se acaba de presentar en Puerto Rico, en San Juan, en Ponce y en Mayagüez, a teatro lleno. Dos semanas antes, todos los boletos estaban vendidos.
Y se atrevió a ofrecer dos funciones seguidas, para casi 4.000 personas, en el United Palace de Nueva York, y dejó un tumulto afuera.
¿Qué le encuentran intelectuales y albañiles a este cubanólico, que ha llevado a sus chistes, las expresiones más populares del habla de los cubanos, y que resume el carácter de la Isla donde se inventó el mambo y se popularizó el choteo y la trompetilla? ¿Qué le encuentran a este cubanazo, que patentizó el ¡Ño! y ha logrado, como ninguno, vivir del cuento?
¿Cómo somos los cubanos?
Los cubanos somos casi una raza aparte, somos del carajo, tenemos nuestras características y no las dejamos modificar: competimos constantemente, somos sinceros, amables, inventamos mentiras cuando hace falta que se inventen, pero queremos que todo el mundo haga lo que nosotros queremos, somos grandes dictadores.
¿Entonces Fidel Castro es cubano?
Fidel Castro es un hijo de puta.
Álvarez Guedes tiene fama de ser cómico en su vida artística y serio en su vida privada. Debe ser verdad porque cumple 50 años de casado, y Elsie, su mujer, jura que no es un chiste. Se casaron en un bar del Vedado, que todavía existe, en 25 y O, porque en esa época él popularizaba su personaje de "el borracho" en la televisión cubana.
"¡Cómo ha llovido! Cuando estábamos en La Habana, mi hija Elsita, la mayor, tendría tres años, y ahora tengo dos hijas y cuatro nietos: Ian Paul, Carolina, Carlos Jesús y Guillermo… ¿Qué si he tenido discusiones con mi mujer? ¡Uhhhhh!, pero si me divorcio ahora, imagínate cuánto tiempo tengo que emplear en una mujer nueva para que aprenda lo que esta sabe".
Unión de Reyes, CMQ y Miami
El Show de Álvarez Guedes, dos horas diarias en la Clásica 92.3 FM, ocupa el primer lugar de audiencia en la radio de Miami. Son dos horas de chistes, noticias, pinceladas de intelecto y participación del público. Guillermo es el conductor, el productor, el director, el guionista. ¡Cubano al fin!
A los cinco años actuaba en el teatro de su pueblo Unión de Reyes, en la provincia de Matanzas. De adolescente se ganaba la vida en circos ambulantes. Ya en 1949, dramatizaba crímenes callejeros para la radio. Lo de la comedia salió solo, cuando lo llamó a la televisión el mítico productor Gaspar Pumarejo. Actuaba en sainetes, aventuras, comedias, musicales, lo que fuera, hasta que su personaje del borracho, todos los miércoles, durante varios años, en el estelar de CMQ Casino de la Alegría, lo convirtió en un icono de los cubanos, y lo lanzó a hacer pareja con La Única, la legendaria actriz y cantante Rita Montaner.
"El programa estuvo sólo un año y medio en el aire —cuenta Guillermo—. El carácter de Rita era difícil. Tuvimos problemas. Estábamos haciendo una obra de Juan Erbello, en el Teatro Martí, y ella me dijo una morcilla (fuera de libreto). Yo le respondí y el público se puso a mi favor. Rita protestó que a mí no se me podía decir morcillas, yo le dije: 'sí, pero yo las contesto más rápido que tú…', y ella explotó: 'si te molesta, no trabajamos más en teatro', y yo le respondí: 'si quieres, no trabajamos más en teatro, ni en radio, ni en la televisión, porque yo no lo necesito'"
¿Qué tiene el humorista Guillermo Álvarez Guedes, que es venerado lo mismo por intelectuales que por albañiles?
Respuesta de un géminis, el signo más rebelde del zodiaco, porque el famoso "borracho" fundó con su hermano la disquera Gema, donde grabó, por primera vez, a grandes de la música: Rolando Laserie, Celeste Mendoza, Fernando Álvarez, Luisa María Güell y muchos más hasta que llegó la revolución, y en 1960 salió de Cuba, rumbo a Nueva York. No regresó más a su isla grande, pero se asentó en otra isla del Caribe, Puerto Rico, donde retomó su disquera.
¿Qué papel desempeñaron ustedes en la fundación de El Gran Combo?
En 1963, mi hermano y yo reunimos en San Juan a seis músicos del desaparecido Combo de Cortijo, bajo la dirección de Rafael Itier, y los bautizamos con el nombre de El Gran Combo. Tocamos diana. Seguimos cosechando éxitos hasta que la entrada de las grandes disqueras norteamericanas (la Columbia, entre otras) en el mercado en español nos hizo cerrar Gema.
Me fui a probar suerte a España. Y seguí haciendo reír a la gente, que era lo mío. Fue en Madrid, en una gala junto a Pastora Imperio, que dije por primera vez malas palabras en mis presentaciones. El aplauso fue rotundo. Ahí me decidí a grabar un disco de chistes en la misma tónica. Y la gente corrió a comprarlo.
Desde entonces Álvarez Guedes ha grabado 31 CD y casetes, ha actuado en 14 películas, dos de ellas en inglés (ha dirigido tres), y ha escrito siete libros. Mencionemos uno: El comemierda es como el poeta, nace no se hace. Ya ven, la fórmula no es decir una mala palabra, es tener gracia para decirla. Saber cómo y cuándo se dice. Al fin y al cabo, no hay malas palabras, sino mentes pícaras.
La cabra tira al monte
Hoy el humorista vive en Miami (la cabra tira al monte). No en una isla de la bahía, como tantos artistas, sino en Kendall, un barrio de profesionales, bien al sur, llegando a los Everglades. Su casa es espaciosa, pero sencilla, con buen gusto, pero sin lujos. Elsie, su esposa, alguna vez se graduó en decoración. Le preguntamos su opinión de Miami, y no vacila en decir:
"Para muchos, Miami es la capital de Latinoamérica. Yo la definiría como el desastre del melting pot. Un caldero a donde llegan todas las nacionalidades, se revuelven, pero no se juntan. Aquí cada uno come la comida que cocinaba en su país, baila la música que bailaba en su país. En Miami se jodió el melting pot".
Le pedimos que defina el exilio cubano, y tras un breve silencio dice: "Es indefinible porque es muy heterogéneo. A los que vinimos primero nos califican de intransigentes. Nosotros bailábamos son, los que llegan ahora bailan timba. Lo que si es cierto es que nunca han podido involucrar a los exilados de cualquier tipo, de cualquier edad, con los que aquí se llaman hispanos, porque seguimos siendo cubanos".
¿Guillermo, si fueras presidente de Estados Unidos, qué harías?
Carajo, liberar a Cuba. Y aquí cambiaría algunas leyes que están de cabeza. Si un padre le da un pescozón a un hijo, el muchacho llama a la policía y se llevan al padre preso. Un maestro ve a un alumno endrogado y calla, porque le ponen una demanda.
Se ha confundido el concepto de libertad. Se les ha ido la mano.
¿Por qué no haces televisión?
No me gusta la televisión en español que se hace en Miami. Y no me gusta porque no tenemos un país. Vivimos en un gueto. Hay que actuar para distintas nacionalidades. Los que hacen televisión deben adaptarse a eso, o no sobreviven. Yo hablo en cubano y en la televisión exigen un lenguaje de laboratorio.
Hace un tiempo me llamaron para hacer una telenovela, y me pidieron que hablara con un acento neutro. Yo les respondí que trabajaba con mi acento cubano, o con ninguno, porque si no, no sería natural. Y ahí terminó. Me gusta mucho más la radio que la televisión. Es más abierta, más amplia…
Y puedo hacer radio hasta en calzoncillos.
Nota del Editor: Guillermo Alvarez Guedes, uno de los humoristas cubanos más queridos por el público hispanoamericano, falleció el martes 30 de julio de 2013, en su casa de Kendall a las 12:40 p.m. Tenía 86 años.
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