Por
Pablo Felipe Pérez G.
El
pasado 4 de septiembre, Alan Larson, subsecretario de EE.UU.
para Asuntos Económicos, Empresariales y Agrícolas,
declaró que la administración Bush estaba comprometida
en acelerar una transición democrática en Cuba.
Dijo, además, de que esta iniciativa del presidente,
para una Cuba Nueva, es una buena manera para ese fin; y se
reflejaba en la condena contra la manipulación del turismo,
la inversión y el comercio, así como la represión,
por parte del régimen de Fidel Castro.
Este
proyecto "está diseñado para fomentar la
transición política hacia un gobierno democrático
caracterizado por un firme apoyo a los derechos humanos, y una
economía de mercado abierto". También se
exhorta al gobierno cubano se lleven a cabo comicios libres
para la Asamblea Nacional; aceptar sindicatos independientes,
y acabar con las "prácticas discriminatorias contra
los trabajadores cubanos".
Es
un compromiso para una transición democrática
en Cuba; y estas llevarían al gobierno estadounidense
a trabajar, junto al Congreso, para encontrar acciones encaminadas
a mitigar el dolor y la angustia del pueblo cubano. (Diz desinteresado).
Lo
que no hablan estos señores es de que las actuales restricciones
han mancillado la dignidad e independencia del pueblo de Cuba,
por más de cuarenta años.
Las
iniciativas para acelerar una transición democrática,
por fin las anunció el presidente George Bush, el 10
de octubre, en palabras que pronunció en la Rosaleda
de la Casa Blanca. Indicó el presidente que el arresto
y las severas condenas dispuestas en abril, por el régimen
de Fidel Castro, contra 75 miembros de la oposición cubana
demuestran que no está interesada la tiranía en
hacer reformas democráticas.
La
primera de estas iniciativas consiste en reforzar la aplicación
de las restricciones, a los viajes a Cuba, que ya están
en vigor. Añadió Bush que EE.UU. seguirá
permitiéndole a los estadounidenses viajar a Cuba para
visitar familiares, llevar ayuda humanitaria y para hacer investigaciones;
pero reforzará la aplicación de la ley que prohibe
viajar a la isla por placer.
También
se redoblaran esfuerzos para adelantar las gestiones de los
cubanos que tratan de salir de Cuba. Llegar hasta los cubanos,
en la isla, para informarles de las rutas seguras y legales
para puedan entrar en territorio estadounidense. "Estamos
en libertad de hacerlo, dijo, y lo haremos, para bien de aquellos
que buscan la libertad".
¿Será
posible, de sea una ayuda diferente a la prestada a Iraq, Nicaragua,
Bolivia, El Salvador, o Guatemala? Para este humilde mortal,
es un insulto el no hacer lo mismo con las espaldas mojadas
y otros emigrantes. No existe la menor duda, de que "dulce
es, cuando el temporal agita los mares, ver desde tierra las
naves en peligro".
Asimismo,
Bush anunció el establecimiento de una Comisión
de Ayuda a Cuba Libre. Este grupo, dijo, "trazará
planes para el día feliz cuando el régimen de
Castro ya no exista y la democracia llegue a la isla".
El secretario de Estado Colin Powell y el cubano-estadounidense,
Mel Martínez, secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano,
copresidirán la comisión.
Agregó
que EE.UU. continuará expandiendo esfuerzos para romper
el "embargo de información" que el gobierno
cubano le ha impuesto a su pueblo. (No muy diferente de la mesura
exigida, por Bush, a los medios de comunicación estadounidenses
sobre las informaciones generadas en Iraq). La distribución
de más material impreso y radio a los cubanos, y la ampliación
de la información disponible en Cuba, a través
de la Internet, "es sólo el comienzo de un esfuerzo
más robusto para llegar hasta el pueblo cubano",
afirmó.
¿Acaso
Radio y T.V. Martí son un fracaso, por qué no
han cumplido los planes y hacer productiva la inversión
estatal, con el asesoramiento de la C.I.A.?
Para
el ignaro, pareciera una benéfica e inestimable idea
del gobierno estadounidense; aunque "confío más"
en las gestiones que se hacen en el capitolio, que están
reflejas en sendas enmiendas aprobadas no ha mucho, que sin
humillar al pueblo cubano, se les quiere librar del bloqueo
económico; para favorecer áreas de interés
de los inversionistas; como es el caso del señor John
Parke Wrigth, presidente de J.P. Wright, de la Florida; que
actualmente negocia con la empresa importadora cubana Alimport
otro contrato de ventas, para suministrar ganado vacuno a la
isla.
Es
temerario incitar, a una facción minoritaria de opositores,
a la alucinación, prometiéndoles ayuda económica;
pues no deja de ser una intervención directa en los asuntos
internos de una país soberano. Donde solo ella y sus
hijos tienen el derecho a buscar solución a sus conflictos;
con el asesoramiento y amparo directo de las Naciones Unidas;
organización que ha reiterado en sus reuniones plenarias
y resoluciones el cese del bloqueo unilateral contra Cuba.
Lo
he mencionado, en escritos anteriores: Cuba no es Iraq, mucho
menos un país de Europa oriental. Y a propósito
de Iraq: ¿Quién a desafiado, en el "exilio",
al gobierno de EE.UU., por la unilateral guerra, que Bush y
sus halcones tratan de justificar, pese a la no-existencia,
en Iraq, de armas de destrucción? ¿Qué
cubano-estadounidense tiene el valor de exigir a Bush y sus
halcones que terminen la ocupación para pueda la ONU
iniciar la reconstrucción del país? ¿Quién
denuncia las graves violaciones a los DD.HH. y D.I.H., que las
tropas de ocupación estadounidenses cometen cada día
contra los iraquíes? ¿Dónde están
las protestas por los soldados que mueren o se suicidan en suelo
iraquí? ¿Acaso Cuba y los cubanos están
exentos de sufrir las consecuencias de una ocupación
estadounidense, directa o indirecta, según desean algunos
anacrónicos cubanos-estadounidenses, que llevaron a Bush
a la presidencia y están aferrados al revanchismo?
¿Cuándo
ocurrirá la transición a una democracia, en Cuba?
En el momento que los opositores dejen el protagonismo gárrulo,
y sin gargalizar onomatopeyas tengan un decoroso propósito
de unidad nacional. Por pocos o más esfuerzos, de los
"poderosos del exilio", los cambios ocurrirán
dentro de la isla; si los líderes de la oposición
tienen un reconocido prestigio ante el pueblo y un proyecto
decente, como los de Cambio Cubano, que pudiera ser una referencia
a tener muy en cuenta. En nuestros días, y los eventos
de las últimas semanas, indican de no están dadas
las condiciones anímicas, tampoco existe un plan que
se identifique genuinamente con los principios que dieron razón
de ser a la nación cubana. Las aspiraciones democráticas
de los cubanos están latentes en la isla, y solo se materializara
si existe un consenso en este sentido.
Una
transición con ayuda directa de EE.UU. no es conveniente,
tampoco el estimular la salida negligente por mar de cubanos,
rumbo al milagro estadounidense. Por qué no se apoya
la salida legal, concediendo las visas correspondientes. ¡Esto
sería más humano! Y de esta manera se evitan más
muertes en el estrecho de la Florida; también la piratería
aérea y marítima, que no deja de ser terrorismo,
y que EE.UU. no se esconde para estimular.
Hay
que rechazar con indignación los sistemáticos
excesos cometidos por la maquinaria represiva de la tiranía;
los arrestos y las severas condenas, dispuestas en abril por
la dictadura, contra 75 miembros de la oposición. Empero,
también, se debe repudiar con enojo el desprestigio de
algunos líderes de la oposición adentro y fuera
de Cuba, que solo salvaguardan el provecho propio y buscan la
venia de los ilustres inquilinos de la White House.
Estoy
persuadido, de que para se puedan producir cambios económicos
y una transición democrática, primero se debe
levantar el bloqueo, como imprescindible alternativa complementaria.
Todo discurso que apunte a otra inferencia, aleja cualquier
posibilidad de reformas por la vía pacífica. Durante
más de cuatro decenios, el bloqueo económico solo
ha traído el incremento de las penurias del pueblo cubano,
y la consolidación de Fidel Castro en el poder.
Al
igual que muchos compatriotas, la mayoría, exigimos el
fin del bloqueo. Esto aliviaría el sufrimiento en la
isla, y servirá de catalizador para se pueda establecer
la democracia, con ayuda del diálogo sincero, entre cubanos,
y buscar solución al problema que abruma a la nación.
La dictadura es solo uno de los problemas, de los múltiples
que abarrotan el alma cubana. Un ejemplo son los sentimientos
de odio, contra los terroristas del "exilio" - protegidos
por la C.I.A. -, que lejos de ser juzgados por sus fechorías,
están libres y vanagloriándose de sus aventuras
criminales, contra Cuba y los cubanos, sin un ápice de
contrición.
Es
verdad, de Fidel Castro ha agraviado a la comunidad internacional,
en más de una oportunidad. Empero no hay derecho a parlotear,
sobre el indispensable castigo a la dictadura, porque las consecuencias
deplorables del bloqueo las ha sufrido y está sufriendo
todo un pueblo. Su crimen, el deseo a ser respetado y construir
su propio destino, aspecto que no quieren reconocer algunos
fanáticos. Esto evidencia de la humanidad aun "carece
de modelo sólido y positivo de un verdadero derecho y
una justicia perfecta, de la que solo posee una sombra o imagen".
La sociedad estadounidense es un ejemplo y más que inmiscuirse
en los problemas ajenos, es obligación de Bush el dedicar
más tiempo a solucionar los abundantes problemas domésticos.
El pueblo estadounidense se lo agradecería con creces,
porque las alarmas ya han sonado más de una vez, no solo
en lo social y económico, también en la política.
¡Cesar
el bloqueo económico no es salvaguardar la tiranía
de Fidel Castro; es ayudar a un pueblo noble y tenaz, para viva
humanamente!
Llegará
el momento, para bien o para mal, de sean los propios cubanos,
en la isla, los que decidan que hacer. Para gozo o enfado de
una minoría obcecada, que solo está al acecho
de que camino tomar de acuerdo a los eventos y tomar solo el
que los lleva a las posesiones. Individuos que solo anhelan
la venganza, y practican para beneficio particular el concepto
de que "no todo conviene a todos por igual". Mientras
tanto, una juventud maravillosa se ilustra en la isla, esta
no piensa como antaño; es una fuerza, quizá "amodorrada",
que se nutre con las energías acuarianas del nuevo milenio.
A ellos toca despabilarse para transformar la nación,
fieles a las enseñanzas de sus antepasados. La generalidad
de cubanos tiene la última palabra.
Los
"cambios" en el Este de Europa, no han sido positivos,
como era lo deseado, tampoco en Nicaragua, después del
sandinismo. Qué decir, de la "democracia",
en El Salvador, Guatemala, República Dominicana, y Bolivia
en los últimos tiempos; pues, en más de una nación
las crisis y beligerancia solo han generado más pobreza
e inestabilidad. Como en Colombia, que está a las puertas
de un "argentinaso". No obstante, aspirar a cambios
auténticos y democráticos en Cuba, no es una utopía.
Empero... alcanzar la meta implica no exista coherencia de ideas
entre todos los actores.
Democracia
no es libertinaje, desgobierno, o Estado de facción minoritaria.
Que es lo que pretenden algunos cubanos-estadounidenses hacer,
después de Fidel Castro. Hay suficientes argumentos para
buscar zanjar las contradicciones entre cubanos honorables,
y de esta manera renovar racionalmente los cimientos esenciales
para una convivencia profusa de benevolencia. Apremiar al pueblo
de Cuba, que vive un "tormento victoriano", hacia
una transición, sin ayuda directa de las Naciones Unidas,
es un despropósito de incalculable y apocalíptico
desenlace.
En
algunos sectores de la oposición, actualmente hay ausencia
de principios decorosos; también en las personas que
desde el gobierno castrista hablan de reformas económicas
con total acobardamiento. No obstante, las inevitables transformaciones,
que ocurrirán en Cuba, se deben encarar con pundonor,
diálogo, justicia, y respeto a los derechos humanos.
De otra manera sería una catástrofe para el país.
Estoy
convencido de lo absurdo y poco inteligente del llamado compromiso
"humanitario" para una transición democrática
en Cuba, patrocinado por Bush y algunos cubanos-estadounidenses.
¡Es más recto suspender el bloqueo, sin condiciones,
y dejar al pueblo de Cuba elegir su propio futuro, con las recomendaciones
de la ONU!
Albert
Eintein decía de que, "más importante que
el conocimiento es la creatividad. Y hoy tenemos el gran desafío
de la creatividad". En el contexto cubano y mundial, generar
condiciones genuinas desde el punto de vista social, político,
económico y cultural, como premisa fundamental de la
libertad democrática, es creatividad. Estos son desafíos
que los cubanos deben hacer frente. Afortunadamente hay tiempo
para dialogar con el corazón, amor a la Patria, y erudición.
Es
posible de sea un liberal "pasado de moda", como lo
fue Bertrand Russell, porque me gusta la democracia. Disfruto
la libertad individual y universal. Pero... no me gustan los
gobernantes y sus obstinados séquitos ignorantes; ni
mucho menos el acoso a la generalidad ni a las minorías.
Créanme de tengo dudas de los gobiernos; y ninguna confianza
en los políticos gorrones. No obstante, como es conveniente
tener gobierno democrático en Cuba, yo sueño de
sea legítimo, parlamentario, y demócrata. Y desaparezca
el concepto del presidencialismo, que no ha sido decente en
los anales de la república.
Mientras
tanto, quedan dos preguntas sin respuestas: ¿Será
posible "fomentar la transición política
hacia un gobierno democrático" en Cuba, con la ayuda
de Bush y de sus incondicionales cubanos-estadounindenses: Mel
Martínez, los hermanos Lincoln y Mario Díaz-Balart,
así como sus amistades? Con la "generosidad"
de estos anexionistas patrioteros, ¿cuál será
el futuro de Cuba?
Llegado
a este punto, soy escéptico en cuanto a la trascendencia
positiva de la "Comisión de Ayuda a Cuba Libre",
anunciada por la Casa Blanca. Estoy convencido de que tendrá
el mismo resultado de otras comisiones creadas con el mismo
propósito y financiadas con dineros de los contribuyentes
estadounidenses. Radio y T.V. Martí son un ejemplo. Es
en definitiva un nuevo artefacto oficinesco, para agradar a
los votantes cubano-estadounindeses, republicanos en su mayoría,
para apoyen la reelección de los hermanos Bush, y Diaz-Balart.
Qué olvidan,
Guste
o no, hay que perseverar con sapiencia. Hoy, evadir las responsabilidades
ante la Patria, titubeantes, indiferentes y sin honestidad,
en medio de la vorágine y controversia política,
no es conveniente ni sensato. La historia da fe de esta verdad,
porque: "No se puede guiar a un pueblo contra el alma que
lo mueve, o sin ella...".
No
ofrece ningún atractivo, a la mayoría de los cubanos,
la propuesta de Bush, para una Nueva Cuba. Lo que sí
es evidente, de no dejar de ser una insolente y perversa injerencia
en los problemas de un país soberano. Los problemas del
mundo y Cuba, deben ser solucionados con el respaldo de la Asamblea
General de las Naciones Unidas. De lo contrario, es una certeza
de la trascendencia negativa, en Cuba, en un abrir y cerrar
de ojos, no se harán esperar.
Después
de lo antedicho, con libertad de palabra y opinión, no
temo las diatribas a lo expresado desde el alma, de ningún
modo las festejo o censuro; las admito como testimonios de que
pensando en el bien de Cuba y el género humano, escribo
con discernimiento, altruismo, y placer vehemente. Homo sum:
humani nihil a me alienum puto. Verba volat, scripta manet.
A bon entendeur salut toto corde. (Soy hombre y nada de cuanto
es humano me es extraño. Las palabras vuelan, los escritos
quedan. Al buen entendedor, saludo de todo corazón.).