Excelentísimo
señor D. José Luis Rodríguez Zapatero
Presidente del Gobierno Español
Los abajo firmantes, miembros del exilio cubano en España,
le presentamos nuestros respetos, y nos dirigimos a usted
con el objetivo de poner en su conocimiento algunas preocupaciones
sobre la nueva política hacia Cuba planteada por
algunos miembros de su gobierno.
Nos
preocupan las declaraciones del señor ministro de
Asuntos Exteriores y de la Vicepresidenta Primera del gobierno,
de reconducir las relaciones entre Cuba y España
hacia un clima de "no-tensión" y hacia
la recuperación de las "relaciones de amistad".
Nos llevan a pensar en la prolongación del sufrimiento
del pueblo cubano, habida cuenta que durante el anterior
gobierno socialista de Felipe González este tipo
de política fracasó. Hace sólo unos
días, el ex ministro Carlos Solchaga reconocía
en un evento académico que aquellos intentos terminaron
en el vacío.
¿Para
qué entonces insistir en una idea que sólo
será aprovechada por Fidel Castro para ganar tiempo
y seguir retrasando el incuestionable deseo de libertad
de toda una Nación?
El
tema del diálogo constructivo, es una opción
fracasada de antemano en el caso del régimen que
impera en Cuba. La experiencia de la opción de compromiso
constructivo llevada a cabo entre otros países por
Canadá, -a instancias de su primer ministro Jean
Chretien, en los años noventa-, demuestra nuestros
temores en este sentido. Cuando Canadá opinó
de manera distinta a lo que esperaba Castro, el romance
finalizó. Luego Chretien reconoció que su
política había fracasado.
Ante
todo esto, surgen otros interrogantes. ¿Qué
pensaría la nación española si su gobierno
se hubiese planteado "relaciones constructivas"
con el régimen de Pol Pot? ¿Pueden éticamente
establecerse diferencias entre unos dictadores u otros?
¿Cómo deben ser las relaciones de los Estados
democráticos con las dictaduras, tengan el matiz
que tengan?
Nosotros
respetamos la posición del gobierno español
sobre las leyes extraterritoriales, pues es una decisión
soberana, lo que no podemos comprender es que en el parlamento
español se plantee una recuperación de las
relaciones de amistad; entendiendo como tales la liberación
de las presiones sobre el gobierno cubano. La práctica
internacional ha demostrado que sólo a través
de la presión, los dictadores son capaces de abandonar
el poder.
En
el caso de Cuba, existe una situación sui géneris;
Ningún instrumento de presión ha sido consecuente
hasta el logro de los resultados, pues al primer gesto de
La Habana se retrocede en las posiciones.
Las relaciones con España, con la propia Unión
Europea, así como con México, Argentina, Canadá
y otros estados, que en diversos momentos históricos
han enarbolado las banderas de la buena vecindad, funcionaron
hasta tanto estos países exigieron respeto a los
derechos humanos en Cuba; Fidel Castro les acusó
entonces de "aliados del imperialismo".
Queda
entonces la disyuntiva de qué hacer.
Más
allá de las diferentes opiniones que sobre el embargo
económico puedan existir, nos queda claro que la
presión política sigue siendo un modo válido
y probablemente eficaz. Le sugerimos una serie de puntos
a tener en cuenta, además de solicitarle un encuentro
con exiliados de todas las tendencias ideológicas
para interesarnos con Ud. sobre el tema. Esto último,
en caso de que su gobierno considere válido escuchar
la opinión de los desterrados por el régimen
de Fidel Castro.
PROPUESTAS
POLÍTICAS
-Sugerimos
que el señor embajador nombrado para Cuba continúe
la política acordada por la Unión Europea
de invitar a disidentes cubanos a las fiestas nacionales
de la Embajada, así como atender sus necesidades
informativas, que actualmente se prestan a través
de servicios bibliotecarios, Internet y préstamos
de la prensa española.
-Sugerimos que el gobierno español piense cuáles
son los mínimos que en materia de Derechos Humanos
y libertades políticas estará dispuesto a
exigir al régimen de Castro, entre los cuales debieran
figurar, a nuestro criterio:
·
Excarcelación efectiva de todos los presos políticos
y de conciencia.
· Convocatoria de elecciones multipartidistas
· Derogación de las leyes represivas y reforma
constitucional
· Apertura hacia la economía de mercado.
-Sugerimos
se continúe con el apoyo a las iniciativas europeas,
entre ellas el mantenimiento de la denominada Posición
Común sobre los Derechos Humanos en Cuba.
Por
último, alertarle de que las premeditadas “licencias
extrapenales”, -que no liberaciones- de presos políticos
y de conciencia de días recientes en Cuba, no significan
un gesto del gobierno cubano ni serán el prólogo
de nuevas reformas políticas. Desde las excarcelaciones
a propuesta de Felipe González, James Carter o Juan
Pablo II, este macabro sistema de utilizar a los opositores
presos como cartas de cambio para obtener prebendas políticas,
han sido constantes en la política de Castro.
Los
firmantes de esta carta estamos dispuestos a analizar con
su gobierno estas propuestas, y estaremos abiertos a reunirnos
con usted cuando así lo desee.
Con
saludos cordiales,
Por
el exilio cubano, miembros de la Plataforma Cuba Democracia
¡Ya!
Firman este escrito, entre otros, Miguel Ángel García
Puñales, portavoz de la Plataforma; Rigoberto Carceller,
coordinador general; los miembros de la Junta Directiva
Orlando Fondevila, José Antonio Reyes y Michel Suárez,
así como los responsables de las distintas secciones
internacionales.
Apdo. Correo 53328. 28080.Madrid
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