Por
Jay Martinez
Recuerdo
que cuando yo estudiaba en Cuba el gobierno se jactaba repitiendo
una y otra vez que uno de los mayores logros de la Revolución
había sido la erradicación del vicio del juego
y la explotación sexual, es decir, la prostitución.
En
la actualidad, desafortunadamente, la prostitución
en Cuba esta a la orden del día. Una gran parte de
los turistas europeos y latinos viajan a Cuba en busca de
sexo barato con jóvenes y adolescentes cubanas.
Según
un artículo publicado en El Nuevo Herald, la prostitución
en Cuba ya se puede encontrar hasta en internet. La información
abundaba acerca de la oferta de mujeres cubanas desde los
16 años en adelante y que opera desde California.
Cuando
abrí el site havanacubaconection.com les confieso
que me dió mucha pena y sentí repulsión
al ver como se venden esas jóvenes cubanas como sí
fueran vacas. Más que una página de internet
lo que parece es una carnicería humana de jóvenes
en estado de desesperación por salir del “paraíso
socialista” que tanto la dictadura se empeña en ensalzar.
Estas
jóvenes sin futuro se encuentran atrapadas en un
país dolarizado y donde el salario mensual de cualquier
profesional no sobrepasa los veinte dólares al mes.
No trato de justificarlas pues miles son las jóvenes
cubanas que no se prostituyen pero lo que sí es cierto
es que el índice de prostitución en la Isla
de Castro es alarmante.
La
prostitución es uno de los oficios más antiguos
de la historia de la humanidad, afirman algunos,
pero Cuba es el único país en el mundo donde
las prostitutas se venden por un precio muy barato para
garantizar un plato de comida y vestirse con ropa de diez
dólares.
Hace
dos semanas el Presidente Bush acusó al mandatario
cubano de fomentar el turismo sexual en Cuba. Para nadie
es un secreto de que Castro, desde el auge de la prostitución
a principios de los noventa, siempre se jacta de que las
prostitutas cubanas son las más cultas del mundo.
Y yo me pregunto, ¿qué pasó con el
hombre nuevo en Cuba? Pues se prostituye por las calles
de La Habana por un puñado de dólares, ropa
y comida.
Gran
parte de esa juventud masculina y femenina que se prostituye
en la Isla forma parte de ese por ciento de la población
hastiado de consignas comunistas y de promesas de un futuro
mejor que nunca llega. La profunda crisis económica
y social ha generado a niveles escalofriantes el turismo
sexual en la Isla de Castro al igual que los índices
de la enfermedad del Sida los cuáles por supuesto
el gobierno controla y no revela en su verdadera proporción.
Es
una pena que el flagelo de la prostitución sea otro
de los "logros" que tendrán que recoger
los encargados de reconstruir una futura Cuba libre y democrática.
Sí ubicamos en una balanza qué hemos ganado
para la pureza y bienestar de la familia cubana con 45 años
de propaganda y mentira tenemos penosamente que reconocer
que absolutamente nada. Sólo hace falta dedicarnos
a deshojar cada página de ésta fatídica
historia.
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