Por Luis A. Rodríguez
luisorguez@aol.com

Lamentablemente y a pesar de la contrariedad que nos ocasione, esa es la pregunta que se impone al constatar que el opositor Manuel Silvestre Cuesta Morúa quiere hacer pasar “gato por liebre” en su proyecto para construir, supuestamente, un consenso entre los actores políticos y de la Sociedad Civil para una nueva propuesta constitucional.

Morúa, quien es de formación historiador y gusta darse aires de intelectual, ignoró la sentencia de nuestro Apóstol de que “…ocultos están largo tiempo la traición y el engaño, mas una vez sospechados, tienen para ser descubiertos rapidez asombrosa, alas malditas”.

El también portavoz del Partido “Arco Progresista” informó a principios de Junio que un total de 314 mesas de iniciativa constitucional con 2,400 participantes sesionaron el fin de semana en Cuba.

Ello, según precisó, como parte de los debates de la denominada “Hoja de ruta constitucional”, que estarán acompañados por una recolección de firmas dentro del proyecto “Asamblea Constituyente Ahora”.

Tales cifras fueron estimadas e infladas por algunos opositores dentro y fuera de la isla, que desde un inicio vieron con recelos los verdaderos propósitos de este proyecto, al considerarlo un plagio del Proyecto Varela, que fuera impulsado por el prestigioso líder Oswaldo Payá Sardiñas, fallecido en un controvertido accidente automovilístico.

Pero desgraciadamente no sólo esos datos estarían manipulados. El problema es aún más grave.

Una fuente vinculada a Arco Progresista puso a nuestra disposición –a condición de no revelar su identidad- fotos de documentos que evidencian la burda falsificación en la supuesta recolecta de firmas.

De acuerdo a nuestra fuente y según lo que se puede apreciar en las pruebas, Cuesta Morúa y Fernando Palacio, su hombre de confianza, han llenado las planillas con una cifra considerable de nombres copiados directamente del directorio telefónico de ETECSA (Empresa estatal monopólica de las comunicaciones en Cuba), inventándose además las rúbricas.

La fuente, que también colaboró en ese proyecto, aseguró que Cuesta Morúa en su afán de protagonismo y aspiración de sobresalir como líder de la disidencia en Cuba, se involucró en este propósito de elaborar una nueva propuesta constitucional que, a todas luces, le queda grande.

“Está claro que él no tiene la trayectoria, los méritos, el liderazgo ni la capacidad de convocatoria alcanzada por ( Oswaldo) Payá, quien sí asumió con absoluta responsabilidad y seriedad la recogida de firmas para presentar el Proyecto Varela”, concluyó sentenciando.

Desconocemos qué propósitos se trae entre manos Cuesta Morúa con esta farsa.

Tampoco sabemos si es consciente del daño que semejante fraude pudiera ocasionarle a la credibilidad de la oposición cubana en general, y en particular a aquellos que han confiado en él y le brindaron su apoyo.

Por ello valdría la pena insistir en preguntarle: ¿A quién pretende engañar?

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