Por
Jorge Felix
Editor del Semanario "El Veraz"
Fragmentos de la Novela "Desde la Penumbra"
-
La culpa de todo esto la tiene el hijo de puta de Fidel Castro-
dijo en voz alta.
El
sicólogo se puso un poco nervioso, mas no dijo nada.
-
Donde pone la mano, no crece más la hierba.
Tenía que dejar que hablara lo que quisiera, era parte
de la terapia. Nunca había tenido tantos pacientes. Todos
los miércoles, la fila de personas en la consulta podía
sobrepasar la cifra de los cuarenta. En su gran mayoría
eran profesionales, médicos, ingenieros, maestro, arquitectos.
Llevábamos
varios años de período especial y estabamos en la
mierda. Todos ellos, decepcionados, con un denominador común,
se sentían engañados, burlados, frustrados.
-
Y después habla de dignidad, el hijo de puta, la dignidad
es un bistec de este tamaño que se come él,
todo los días escondido– el paciente abrió
los brazos todo lo que pudo.
En
eso tenía razón. Le gustaba oír a este paciente
en particular, un hombre de unos 33 años... decía
verdades, tristes verdades. Cuando llegaba a la casa, sus palabras
aún le resonaban en sus oídos.
No estaba loco, pero cuando lo trajeron, había intentado
acabar con su vida. Si no lo hizo fue porque su parte sana había
podido más, que su parte enferma, según el, solo
lo detuvo su hijo.
-
Lo que hay es que meterle un tiro en el medio de la frente- siguió
él- es mas, con un tiro en la cabeza no paga, hay que picarlo
en pedazos y alimentarlo con su propio cuerpo hasta que se muera.
Había
pensado las diferentes formas en que podía matarlo. Pero
era por gusto. Lo matarían en el intento.
-
Doctor, imagínese usted, que una vez me pasó por
delante con todos sus guardaespaldas.
El iba en el medio de seis carros. Los que estaban en los seis
carros iban con las ametralladoras afuera de la ventanilla. Pero
si yo hubiera tenido aunque fuera una pistola, lo mato aunque
me maten lo juro por Dios.
El
mismo se había sentido así, por eso lo entendía.
Diariamente, se iba la luz, no había que comer, que vestir,
las personas se caían en medio de la calle por el hambre.
La hambruna era el pan de cada día. La inmensa mayoría
de la población deseaba que el gobierno desapareciera.
Era
Decano de la facultad de Sicología de la Universidad de
la Habana y no tenía que darle de comer a sus hijos, mientras
que los hijos de todos los dirigentes vivían la
vida del primer mundo. En eso tenía razón, todo
había sido una burla.
-
Quiere que le diga una cosa, la revolución fue una mierda
desde que nació. Este país fue llevado a
la quiebra total desde que nació la revolución.
Fue una mentira para los tontos del mundo. Qué cojones
saben, los que le dan bombo y platillo en el extranjero. Pero
sabe una cosa, me alegro que en su propio país,
la inmensa mayoría, lo odie hasta la muerte, por todo lo
que ha hecho.
Si
el había podido atenuar lo mismo que sentía su paciente,
había sido, porque había llegado a la conclusión,
que no podía resolver nada.
Si intentaba salir con un cartel a la calle, automáticamente
lo encerraban por veinte años. Si en la madrugada se levantaba
y trataba de escribir en una pared la frase: Abajo Fidel, eran
15 años de cárcel. Si se metía en un grupo
de Derechos Humanos, que estaban llenos de chivatos, entonces
era mil veces peor y su familia quedaría marcada de por
vida. Definitivamente tenía miedo.
-
Mi padre me lo decía, pero siempre pensé que eran
cosas de viejos. Los hijos no escuchamos a los padres. Mi padre
era un sabio y no lo valoré.
Prendió
un cigarro y continuó
-
Odié este gobierno desde niño. Todo ha sido mierda
desde el principio. Es que acaso alguien puede pensar que todo
comenzó cuando se cayó la Unión Soviética.
Este país ha sido así siempre, desde que comenzó
esa vieja puta llamada revolución y lo que se exporte al
mundo, es pura mentira.
Llenó
sus pulmones de nicotina y continuó
- Nuestras vidas han sido una burla de la historia, de la izquierda,
de la derecha, del gobierno cubano, del gobierno de los Estados
Unidos, de los rusos. Los cubanos somos la burla de la historia...
Los principales culpables los cubanos de esa generación
del 50 y el 60, la de nuestros padres.... la culpa de los padres
la pagan lo hijos... por culpa de ellos, los que se quedaron y
los que se fueron.... generaciones de cubanos fueron criados y
educados como carneros, como esclavos, como
cobardes... por culpa de todos esos que los pusieron en el poder,
esa generación de cubanos que lo aplaudieron, esa generación
de cubanos que huyó de Cuba y no luchó y que nos
enseñó que el camino era temer y escapar...ahora
andamos regados por el mundo... los cubanos somos una raza maldita...
estoy asqueado de mi, de ser cubano... de todo. Hubiera querido
nacer en la Conchinchina cojones
Parecía
que reventaría al decir esto... no le importaba ya nada.
-
Porque hay que ser muy ingenuo, para pensar que este gobierno
fascista, dejará escapar el poder así de fácil.
Y todo el mundo sabe que ha sido peor, este país se ha
llenado de putas que se venden por 10 dólares, vienen aviones
de México, España, Argentina llenos de hombre. Por
qué no habla de eso, por qué. Y después el
muy inmoral dice: Tenemos las prostitutas más saludable
del mundo... maricon inmoral. Dios mío las he visto, son
niñas Dios mío, son niñas.
Si
algún otro sicólogo lo hubiera atendido, hubiera
salido preso de la consulta –pensó el Doctor. Pero
el ya también había perdido poco a poco sus miedos
-
Yo conocí a una argentina que nunca había venido
a Cuba y llorando me decía: Antonio tu sabes lo que es
que a mi hermana la mataron por querer hacer una revolución
como la cubana y me pregunto, luchó por hacer una mierda
así.
Prendió
otro cigarro, echó el humo al techo y continuó:
-
Después veo a Gabriel García Marquez por el televisor,
diciendo que ojalá y el pueblo cubano cumpla 40 años
más de revolución, evidentemente es un hijo de puta
miope, un ciego de pies a cabeza, políticamente mediocre
o sencillamente se está cagando en la madre del pueblo
cubano. Cuando llegué al trabajo al otro día, todo
el mundo se cagaba en la madre de Gabriel García Marquez,
yo particularmente estuve a punto de escupir el televisor. Gabriel
García Marquez lo que es un viejo maricon... me cago en
la madre que lo pario y que se meta el premio Nobel por el culo...
Y le digo que este gobierno cambiado por una rana, se pierde el
brinco.
No
pude aguantar la risa. Era una ametralladora.
-
Le hablé a un amigo mío, para que hiciéramos
algo en contra de este gobierno y me dijo: ¡Antonio, entiende,
la revolución se hizo y no sirvió!
Llenó
sus pulmones de humo y continuó.
-
Yo me niego a pensar que nuestras vidas no sean mas, que esta
basura - se le entristecieron los ojos
El sicólogo lo observó al ver que había guardado
silencio. Y es que lo único que podía hacer, era
oírlo, permitir que hiciera catarsis, que soltara todos
los demonios que lo atormentaban.
Durante
un mes lo había escuchado sin decirle nada. No quería
llenarlo de pastillas, que lo hubieran hecho un dependiente. Había
llegado a la conclusión, que lo que necesitaba era, que
un extraño lo escuchara, no importara los peligros que
tuviera delante.
-
Y cualquiera me diría: Pero eras un privilegiado en este
país, estudiaste una carrera. Y yo le diría: Cojones
al menos pude burlarme del gobierno, al menos pudo, una persona
que no pensaba igual que él, burlarse y lograr lo que quería.
Además, cuánto no me ha quitado, cuánto.
Eso sí, nunca le hice daño a nadie, nunca por lograr
lo que quería. Un Cura me dijo una vez, que él,
renunció a todo por hacerse Cura y yo le dije: pero Padre,
usted quiso ser Cura, yo quería ser ingeniero y en este
país si renuncias a todo, no puedes estudiar lo que quieres.
Aplastó
el cigarro en el cenicero y prendió otro.
-
Toda mi vida, me han engañado, toda mi vida. Toda mi vida
he establecido equilibrios, entre la verdad y la mentira. Dígame
Doctor, por favor, dígame, me estoy haciendo viejo ¿Cuándo
cojones voy a ser yo?
En
ese momento, sus lágrimas no lo dejaron continuar, bajó
la cabeza y los sollozos hicieron que por primera vez en un mes,
el Doctor le hablara:
-
Antonio, no te pongas así- se compadeció el médico
– Tu, estás siendo tu.
El paciente lo abrazó y el médico también
por primera vez vio paz en sus ojos.
-
Antonio escucha, durante todo este mes te he escuchado, semanas
tras semanas. Te preguntarás por qué no te digo
nada. La terapia que he seguido contigo, ha sido precisamente
esa, que te encuentres a ti mismo que saques todo lo que tienes
dentro. Y
te digo, nunca es tarde si la dicha es buena, hay personas que
nunca se encuentran a si misma.
Has
tenido un problema existencial, te has deprimido mucho, pero te
diré más, yo me he sentido igual que tu y como tu,
allá afuera, la cifra no cabe en la pantalla de una calculadora.
Si tu estuvieras loco tendría yo que subirme en la azotea
del edificio de mi casa y vaciar un saco de pastilla en el tanque
del agua para que todo el mundo en el edificio estuviera drogado
cada vez que tomara agua.
Te voy a decir más, todo lo que has dicho es, sencillamente
la verdad. Pero Antonio, tienes una vida, no tienes dos. Trata
de no ser un martir... no vale la pena. Estás en este mundo
por una agradable casualidad. Hiciste bien en pensar en tu hijo,
actuaste con lo mejor de ti. Si lo hubieras hecho, hubieras sembrado
el suicidio en tu familia, tu hijo hubiera sido el próximo.
Progenitor suicida, hijo suicida. Esa proporción no falla
¿Por qué? Porque el hijo hallará en la solución
de los problemas, el mecanismo suicidio, en pocas palabras, lo
que aprendió.
Como
te dije hace un rato, yo me sentí igual que tu, igual que
tu cuando despertaba, me despertaba llorando, igual que tu en
otras secciones me explicaste, sentía al caminar que no
podía levantar la vista, que más allá solo
existía un precipicio. Estuve al igual que tu al borde
del precipicio. Pero volví atrás, por encima de
cualquier creencia, yo tengo derecho a ser feliz aunque parezca
imposible.
Antonio,
lo que nos cayó encima, desde el comienzo, no dependió
de nosotros. Si eso que se formó nos vino encima, tenemos
que encontrar la manera, que eso nos afecte lo menos posible.
No te propongo que no seas tu, lo que te propongo es precisamente,
que seas tu a pesar de todo y que solo te cuides, que te sientas
orgulloso, aunque sé que es difícil, de tus convicciones,
no importa que los demás puedan o no coincidir contigo.
Por mi parte, yo coincido contigo completamente. Solo cuidate.
La
última vez que vino a mi consulta, estaba contento. Nunca
lo olvidaré
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