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| Semanario El Veraz | San Juan, Puerto Rico | |
​Pasados por las urnas, no por las armas

Por Eugenio Yáñez

Mayoría aplastante de 112 escaños en la Asamblea Nacional venezolana. Ventaja millonaria de votos opositores. Esas son cosas importantes.

No lo que escribió Raúl Castro a Maduro calificando de “extraordinaria batalla” la bochornosa derrota: curiosa costumbre de los perdedores de convertir reveses en victorias y apabullantes fiascos en gloriosas batallas. Y celebrarlas posteriormente. El 26 de julio celebran la derrota en un aventurero asalto a una instalación militar en Cuba. El 4 de febrero el fracasado golpe de Estado del gorila Hugo Chávez en Caracas. El 8 de octubre el día de un supuesto héroe guerrillero, el único integrante de su banda capturado vivo, que al verse rodeado inmediatamente se identificó y gritó que valía más vivo que muerto.

En La Habana andan mudos, tanto la camarilla de la nomenklatura como los esbirros de a pie, esos a quienes gusta dar golpes a mujeres indefensas y opositores cercados por turbas. Si hablan es peor: dicen babosadas. Sus esbirritos digitales siguen haciendo el ridículo, porque se acercan las Navidades y necesitan las jabitas “de estímulo” más que nunca. Y sus “interectuares” de por estas páginas, mediocres y previsibles, intentando desviar la conversación hacia temas tan de actualidad como los estudios para la latinización del alfabeto chino o la fecha exacta del surgimiento de los dinosaurios: cualquier cosa que haga olvidar el abrumador descalabro “bolivariano”.

Nicolás Maduro pasó de la noche a la mañana de gorila amenazando desconocer los resultados de las urnas, a paloma constitucionalista reconociendo la derrota gracias a su supuesto espíritu de respeto a la legalidad. No pudo imponer el fraude. Las mensajes de La Habana y Washington fueron precisos: apartarse de Diosdado Cabello, enemigo de los Castro, si quería salvar ropa y cara; un baño de sangre en Venezuela no se aceptaría. Junto a eso le recordaron algo muy atractivo: tres años más de presidencia si manejaba adecuadamente las relaciones con el legislativo. ¿Qué importa entonces si Cabello acaba en un calabozo de la Agencia Antidrogas de EEUU (DEA), como los sobrinos de la “primera combatiente”, o de buhonero en la Plaza del Silencio?

El fraude se montó con antelación. ¿Pruebas? La propuesta del Gobierno de que todos juraran reconocer los resultados de las elecciones. Maduro no lo hubiera propuesto, ni mucho menos firmado, de imaginar que el resultado sería como fue. Quien piense que Raúl Castro y su pandilla cubana ignoraban el fraude preparado, bien puede comenzar a escribir su cartica a Santa Claus o Los Reyes Magos diciendo que se portó bien y que quisiera que le trajeran…

¿Por qué las cosas no funcionaron como estaba planeado? Imposible saberlo sin tener en cuenta lo que puedan haber conversado Washington y La Habana en reuniones que se informan públicamente, o quizás en otras más discretas. Hay quienes repiten que Obama le ha dado todo a Raúl Castro a cambio de nada. Pero sería sorprendente que el régimen cubano no hubiera previsto que el ministro de defensa venezolano, general Padrino, se opondría a desconocer los resultados electorales y bendecir un fraude. O que el Padrino haría una oferta que Maduro no pudiera rechazar. Eso fue lo que sucedió.

Maduro pidió a los ministros que presenten las renuncias para formar nuevo gabinete. ¿Cuál será el destino de Padrino entre tantos mafiosos? ¿Agregado militar en Teherán, Vicepresidente Ejecutivo, continuar como Ministro de Defensa, pasar a retiro? Si no hizo lo que La Habana quería, no tiene futuro, y hasta pudiera perecer en accidente aéreo. Si hizo lo que La Rinconada esperaba de él, su futuro es promisorio, al menos por ahora. ¿Y el de Cabello? Depende del arreglo Cuba-DEA. Sabemos que cuando la DEA aprieta a La Habana, ni generales Héroes de la República ni coroneles curtidos en operaciones especiales en todo el mundo están seguros. ¿Qué puede importar entonces un capitancito venezolano investigado por narcotráfico y venido a menos después de la “extraordinaria batalla” de las elecciones legislativas?

Es insensato creer que de inmediato los médicos y todos los colaboradores cubanos serán expulsados de Venezuela. O que se suprimirán los envíos de petróleo. Aunque haya que negociar nuevamente los términos de los contratos establecidos.

Ya la oposición venezolana anunció que su primera propuesta de Ley será una amnistía general para liberar presos políticos y permitir retornar a los exiliados. Y que buscaría unidad y reconciliación entre todos los venezolanos. Y ya Maduro anunció que la vetaría, porque esos “delitos” por los que están encarcelados los activistas pro-democracia no prescriben nunca, pues hubo muertos de por medio.

Fidel Castro fue amnistiado después de algunos meses de benigna prisión tras haber asaltado con sus pandilleros la enfermería de un cuartel militar, que provocó decenas de muertos, y donde escapó a la carrera cuando sonaron los primeros disparos. Hugo Chávez tras poco tiempo de cárcel fue amnistiado después de haber encabezado un golpe de estado que provocó decenas de muertes, donde lo más destacado que hizo fue rendirse a la primera oportunidad.

Ya aparecieron iluminados venezolanos en la televisión en español de Miami señalando que el general Padrino no merece reconocimiento por lo que hizo, porque es uno más de la pandilla. ¿Preferirían que hubiese apoyado el fraude? ¡Cosas de los exilios!

Hay quien ha dicho que Maduro ahora es un león herido, y por eso es peligroso. Sería mejor decir que es una hiena, una rata o una cucaracha herida, porque de león no tiene ni la melena.

La intención de Caracas parece ser manejar un permanente enfrentamiento gobierno-asamblea, con el apoyo del tribunal supremo nombrado por los malandros, que impida que pase ninguna ley. Para así ir ganando tiempo.

La cuestión es que con las dos terceras partes de los diputados en la oposición, entre las cosas que puede hacer la Asamblea Nacional está revocar magistrados del tribunal supremo, o convocar un referéndum revocatorio para destituir al presidente.

Bastante torpes fueron los opositores tras expulsar de Miraflores a Chávez en 2002 y de inmediato actuar tan estúpidamente que regresó al poder en 48 horas.

Ojalá esta vez sea realmente una oposición al servicio de los venezolanos y no de unos cuantos idiotas con ínfulas de dioses.

No será necesario pasar a los chavistas por las armas.

Porque ya han sido pasados por las urnas..


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