José
Rodríguez Elizondo, intelectual y ex comunista que
vivió en la RDA:
Uno
de los chilenos que mejor conocen la influencia de Castro
en América Latina, repasa la influencia de Moscú,
Berlín Oriental y La Habana en las tesis militares
adoptadas por la izquierda. En cuanto al decisivo influjo
cubano, asegura: “Castro fue la tenaza izquierda que
aprisionó a Allende junto a la tenaza derecha”.
Llegó
exiliado a Alemania Oriental en 1974, junto a cientos de
izquierdistas que huían de la represión desatada
por la Junta Militar en Chile. Gracias a su condición
de intelectual, se salvó del proceso de proletarización
por el cual cientos de compatriotas trabajaron por años
en factorías alemanas. Su destino fue la Universidad
Karl Marx de Leipzig. Allí, junto a otros pensadores
del PC, buscó infructuosamente aplicar el marxismo-leninismo
a la realidad chilena, tanteando respuestas sobre el fracaso
de la UP.
Su
profundo desencanto con el socialismo y la ultranza teórica
en que fue cayendo su partido lo hicieron, dos años
después, romper con el PC y salir de Alemania Oriental.
Entonces, dio inicio a un proceso de autocrítica
que culminó con la publicación del libro “Crisis
y Renovación de las Izquierdas en América
Latina” (Editorial Andrés Bello, 1995, 410
Págs.).
“En
una cena con Osvaldo Puccio y un abogado comunista, nos
reíamos a carcajadas con Osvaldo de la ortodoxia
de ese hombre, que estaba feliz y encontraba todo excelente,
insuperable, en el comunismo alemán. Poco tiempo
después, ese gran admirador del régimen de
Honecker se suicidó”.
En esta obra, Rodríguez Elizondo plantea el negativo
influjo que la revolución cubana ha significado para
la izquierda tradicional en el continente. Un fenómeno
que para este periodista, escritor y ex diplomático
—que confiesa haber llegado hasta los 60—, tiene
como uno de sus mejores ejemplos al PC chileno y su declive,
luego de la fracasada adopción de las tesis militaristas
por influencia de Castro. “El del PC es un ejemplo
paradigmático, en la medida en que fue el partido
comunista más desarrollado del continente y hoy es
una fuerza política marginal”.
Su
libro “Crisis y Renovación de las Izquierdas...”
es el primero en lanzar la tesis de que Fidel Castro saboteó
a Allende ¿En qué hechos concretos se basó
para este juicio?
“Sabotear”
es verbo suyo. Lo que yo digo es que basta un análisis
sencillo de los dichos y hechos de Fidel Castro, para comprender
dos cosas: primero, que temía profundamente el éxito
de una revolución sin lucha armada como la que quería
Allende. Segundo, que, por problemas caracterológicos,
Castro nunca ha tolerado un liderazgo de izquierda en América
Latina, que pudiera verse como equivalente o alternativo
al suyo. Como Castro habla demasiado, en 1984 reconoció
a la revista Newsweek que toda su estrategia armada y continental
fue por autodefensa: había que llenar de focos guerrilleros
el continente, para evitar que Estados Unidos se concentrara
en Cuba. Más que internacionalismo altruista, fue
un viejo truco de la estrategia militar nacional.
¿Derechamente,
Castro saboteó a Allende?
Para
enfrentar esa duda, hay que adentrarse en la mentalidad
de Fidel. Con el éxito electoral de Allende, Castro
recibió un tremendo desafío. Allende lo invitó
una semana a Chile, tendiéndole una mano y sacándolo
del aislamiento. En vez de agradecerlo, Castro vino en el
fondo a chequear quién de los dos tenía la
razón. La duda era si las armas eran la única
vía para hacer la revolución en el continente,
o si también era posible el camino allendista. Entonces,
como ha dicho García Márquez, Fidel Castro
es el peor perdedor que existe: no vino a Chile a tenderle
la mano a Allende, sino a hacer con él un gallito,
en el curso del cual pareció asumir que Allende estaba
perdido. En el Estadio Nacional dijo: ‘Me voy más
revolucionario que nunca’. Esto terminó por
encolerizar contra Allende a la izquierda más radical,
y a debilitarlo frente a la oposición de derecha.
Castro fue la tenaza izquierda que aprisionó a Allende
junto a la tenaza derecha.
¿Qué
tan bien o mal le ha hecho Fidel Castro a la izquierda en
América Latina?
Para
mí Castro ha sido lo peor que pudo pasarle a la izquierda
organizada de América Latina, porque esa izquierda
se vio desbordada por la izquierda castrista (simbolizada
por grupos como el MIR). Entonces, la izquierda tradicional
quedó como una cultura decapitada: no pudo desarrollarse
porque le surgió una oposición más
a la izquierda. Y, al mismo tiempo, esa oposición
que surgió más a la izquierda no tenía
los medios para imponerse, porque la teoría de los
focos guerrilleros de Castro (el foquismo) era una teoría
instrumental. Por lo tanto, si uno lo mira con la distancia
necesaria y sin pasión, se da cuenta de que Fidel
Castro decapitó las posibilidades de la izquierda
tradicional para crear focos guerrilleros condenados al
fracaso.
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