Por
Miguel A. García Puñales
Centro
de Información y Documentación de Estudios
Cubanos de España
Después de vivir tantos años esperando y
luchando por los cambios en Cuba y de haber dado a Tirios
y troyanos tantos votos de confianza que han sido defraudados,
se nos hace cuesta arriba
seguir otorgándolos.
Sin
embargo, es un hecho real para el exilio que el tema cubano
debe ser nuestro norte, al margen de los vericuetos de
las políticas internas de los diferentes países
por donde residamos penando nuestro destierro.
Los
acontecimientos vinculados a la invitación de la
disidencia cubana a la fiesta nacional –Día de
la Hispanidad- de la embajada española en La Habana,
son bien conocidos –supongo- por el amable lector. También
supongo que se encuentre al tanto de las declaraciones
del presidente del gobierno español y los rifirrafes
parlamentarios derivados de la expulsión – no-entrada
calificó la ocurrente embajadora cubana en Madrid
“Isabelita” Allende- del secretario de relaciones internacionales
del PP, señor diputado Moragas.
En
torno a estos hechos concretos, los que desde territorio
español pretendemos seguir presionando por los
cambios en Cuba, decidimos, en línea con los documentos
que hemos emitido en los últimos meses –carta al
presidente español y a todos los mandatarios de
la UE- solicitar públicamente una audiencia con
el Ministro de Exteriores y Colaboración Internacional,
señor Miguel A. Moratinos.
Y
aunque nos hemos servido de los medios de comunicación
para hacer llegar nuestras solicitudes, nada más
lejos de nuestro ánimo que la búsqueda de
notoriedad o publicidad vana. Es que en los tiempos que
corren sólo a través de la prensa en posiciones
frontales y transparentes, se ha conseguido que nuestra
voz sea escuchada. Esto lo consideramos fundamental, pues
hasta tanto el pueblo de Cuba pueda elegir libremente
a sus representantes; todos y cada uno de los que hemos
asumido como destino de vida la quijotesca quimera de
cambiar para bien los destinos de un pueblo, somos a no
dudarlo representantes de ese pueblo y su voz, esa que
el tirano mantiene amordazada.
En
el día de ayer varios integrantes de las diferentes
asociaciones que integran la Plataforma Cuba Democracia
¡Ya! Fuimos recibidos en audiencia por el ministro
Miguel A. Moratinos acompañados de sus principales
asesores para debatir nuestros puntos de vista sobre un
solo tópico; las vías para el apoyo de los
que luchan por la democracia en Cuba.
Por
supuesto que agradecemos la apertura de un canal que nos
facilite en nuestro nombre -y sobre todo de las numerosas
organizaciones de la oposición interna, así
como de la sociedad civil cubana que representamos- ofrecer
nuestra visión y argumentar las posiciones que
sobre el tema defendemos.
Personalmente
considero vital el establecimiento de tal vía,
no sólo con el gobierno sino también con
el principal partido en la oposición y con los
correspondientes gobiernos autonómicos, cosa que
infelizmente aún se encuentra pendiente. Lo contrario
sería parcializar nuestra lucha a favor de determinadas
simpatías ideológicas con una u otra tendencia,
cosa además imposible desde una Plataforma que
incluye entre sus organizaciones asociadas -así
como entre sus miembros a título personal- tantas
tendencias ideológicas y políticas como
puedan existir en la sociedad real cubana, ¡aclaro!,
Todas democráticas y en defensa de los Derechos
Humanos y las libertades en nuestra querida patria.
Urge
en España un consenso que hasta hoy parece imposible
entre los dos principales partidos votados por la población.
Esto a los efectos del propio desarrollo de la nación
española en una época tan difícil
como esta, la del terrorismo global. Pero como acostumbra
a decirse en Cuba; ¡ese es su problema! Y sólo
ellos están capacitados para resolverlo.
A
nosotros nos corresponde trabajar porque al menos en lo
referente a la política exterior con relación
a la realidad cubana, ese consenso se produzca. Tampoco
sería deseable que de producirse lo fuera en una
dirección equivocada o contraria a los intereses
nacionales de la democracia para Cuba.
Lo
demás sería servir en bandeja de plata nuestra
cruel realidad nacional como fuente de enfrentamientos
partidistas que movilicen los objetivos de la política
interior de España. Nada más lejos de nuestro
interés ni del conveniente tratamiento a los intereses
del pueblo cubano.
Es
por todo esto que en la referida audiencia defendimos
el incremento de las actuaciones a fin de la legitimación
explícita y el apoyo integral a la oposición
interna cubana y de la emergente sociedad civil, de forma
concreta, contrastada y con resultados evidentes. Sin
parcializarnos con la forma que adopten estas actuaciones,
¡siempre que se efectúen sin márgenes
de dudas!
Sólo
de esta forma será posible -junto a una amplia
campaña internacional por la amnistía total
e incondicional de todos los presos políticos y
de conciencia- facilitar que se sigan reconstruyendo en
el interior de la Isla las bases civiles para la transición
y se haría creíble además la buena
voluntad de los gobiernos españoles o de sus principales
partidos políticos a favor del pueblo cubano. Teniendo
en cuenta que existe entre la amplia masa de la población
de la Isla y del exilio la certeza de que en sentido general
la política española hacia Cuba ha estado
signada objetivamente por los intereses económicos
de las numerosísimas empresas españolas
que operan en el interior de la nación cubana.
En
ese sentido el propio estado español tiene mucho
por hacer, como por ejemplo; exigir a las empresas con
base legal en España, que en el caso de las relaciones
comerciales con Cuba cumplimenten los diferentes convenios
internacionales de los cuales el estado español
es país signatario, tales como los convenios con
la Organización Internacional del Trabajo –OIT-
largamente denunciados por su violación al constituirse
el estado cubano en intermediario explotador de la fuerza
de trabajo nacional, violentando el principio internacionalmente
reconocido de libertad jurídica en las relaciones
entre el Trabajo y el Capital.
Otro
asunto que se nos antoja vital es también el reconocimiento
práctico de las diferentes fuerzas legítimas
que desde el exilio luchan por las transformaciones en
Cuba y eso pasa indefectiblemente por una reevaluación
de la política de asilo y refugio que el estado
español mantiene y que genera que las escasas cantidades
de opositores y disidentes cubanos que llegan a estas
tierras ni siquiera sean pasados a trámites, en
una posición –lo he dicho otras veces- que aparenta
una posición complaciente con las autoridades cubanas,
pues se hace inconcebible la incongruencia de los discursos
políticos a favor de la democracia en Cuba y la
ignorancia de estos discursos al arribar a territorio
español los que han luchado por la democracia en
el interior de la Isla.
Se
nos pidió un voto de confianza, la confianza es
hija legítima de la certeza y la certeza a su vez
nace de la contrastación real de los hechos. No
dudamos de la buena voluntad del estado español,
manifestada en la voz del señor ministro ¡queremos
creer en ella!. Esperaremos por el desarrollo de los acontecimientos
a corto plazo, mientras tanto seguiremos trabajando y
no dudaremos en tocar todas las puertas democráticas
para alcanzar nuestros legítimos objetivos. Nuestra
historia nos obliga y los que dentro de Cuba o en el duro
exilio sufren no esperan otra cosa de nosotros.