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Por Juan Gonzalez Febles
Los funcionarios ejecutivos y operativos, (ambos grupos nunca electos) del régimen militar totalitario castrista, a cargo de la atención de las necesidades de primer orden del pueblo cubano de a pie, se destacan por su morosidad, ineptitud y una incompetencia proverbial que sufre el pueblo, a quien supuestamente se consagran o debían consagrarse a servir.
Los servicios públicos en la capital a partir del paso del huracán Irma, (que no entró en la misma) han brillado por su deficiencia y por su carácter inoperante. De esto, solo puede hacerse responsable, a los funcionarios ejecutivos y operativos que debieron echarlos a andar y ciertamente no lo hicieron.
El servicio eléctrico para la mayoría de los capitalinos cesó en diversos horarios desde el sábado 09 de setiembre, hasta casi el miércoles 13 de setiembre. Las causas de ello, fueron desde la caída de los postes del tendido eléctrico, hasta inundaciones en zonas aledañas al litoral, producidas por penetraciones del mar en unos casos y en otros, inundaciones generadas por la deplorable situación de la red de acueductos y alcantarillado.
Todos fueron en definitiva, daños evitables. A esto se sumaron, fallas en centros de generación eléctrica, que por falta de mantenimiento, previsión, etc., fueron obviadas o postergadas y se tradujeron en cortes del servicio eléctrico en muchas zonas capitalinas no priorizadas. Se trata de ‘zonas no priorizadas’, solo porque los residentes afectados en las mismas, son pueblo de a pie y el pueblo de a pie es la última entre las prioridades del régimen militar castrista.
El control totalitario absoluto es eficiente en grado sumo para aterrorizar y de esta forma retener el poder omnímodo sobre personas desprotegidas frente a este poder. Es de forma demostrada y documentada, incapaz de generar riqueza, prosperidad y bienestar general compartido. La ingeniería social totalitaria crea indefensión y no existe aún un pueblo que solo con su esfuerzo, haya conseguido derribar a un régimen de este tipo entre los que en el siglo XX, se impusieron en la antigua Unión Soviética, la Alemania nazi, la Italia fascista y la China maoísta entre algunos ejemplos significativos.
En la actualidad, solo existen dos regímenes totalitarios sobrevivientes del corte marxista-leninista, que evolucionan con lentitud hacia el proto-fascismo que marca la pauta para estas transiciones. La pesadilla norcoreana en Asia y el régimen militar totalitario castrista en el nuevo continente sobreviven gracias a la tolerante complacencia internacional que determina la conducta de quienes están llamados a liberar al mundo de tales amenazas.
En la actualidad, Corea del Norte se yergue amenazadora contra sus vecinos, Japón y Corea del Sur, no satisfechos con esto, han llegado a amenazar a los Estados Unidos. Como un paralelismo que establece sólidas premisas, ni el régimen norcoreano ni el régimen castrista están enfocados en crear bienestar y mejorar la calidad de vida de los pueblos norcoreano y cubano. El mismo modelo de funcionario, no elegido por el pueblo, desplaza su morosidad e ineptitud tanto en Corea del Norte, como en Cuba.
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