Luis
María Anson de la Real Academia Española
El intento de «apandillar»
a algunos países europeos para restablecer
el diálogo con Castro ha sido calificado por uno
de los hombres más libres e independientes de la
intelectualidad internacional, Mario Vargas Llosa, como
la contribución «a la supervivencia
de una dictadura tan ignominiosa e innoble como la de
Franco».
El escritor peruano, premio Príncipe de Asturias,
premio Cervantes, acusa al Gobierno Zapatero de convertirse
en la «puta triste de Fidel Castro»
y pide al pueblo español y a las fuerzas democráticas
de Iberoamérica que lo impidan.
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«Las
putas tristes de Fidel Castro»
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Vargas
Llosa no se para en exquisiteces diplomáticas.
Califica a Zapatero de «social
pendejo»
y habla de su «angelismo pueril».
Piedra de toque es el título del artículo
publicado en el prestigioso diario «Reforma»,
de México. Vargas Llosa
acusa al socialismo español de estar muy rezagado
con respecto a países como Inglaterra, Francia
y Alemania, «donde los socialistas no tienen ningún
complejo de inferioridad frente al Gulag tropical cubano».
El
ministro Desatinos ha nombrado embajador en La Habana
a un adorador de Castro, dispuesto a lesionar los intereses
y la dignidad nacional en favor del tirano. Desde que
llegó a La Habana, el embajador español
permanece genuflexo ante el rebenque castrista, mientras
quema sin cesar olorosos inciensos.
Vargas Llosa, naturalmente, se pone al lado de los disidentes
cubanos, a los que el Gobierno español ha preterido
y a los que humilla todos los días proporcionando
«una bocanada de oxígeno»
al tirano, en una actitud demagógica e irresponsable
que hará más longeva la dictadura cubana
y prorrogará la atrocidad a la que se ha llegado
en la isla con la supresión de la libertad al más
implacable estilo estalinista.