Por Claudia Márquez Linares, La Habana
En Cuba las victorias se le atribuyen a la Revolución.
Si el huracán Charles no arrasó con mayor
fuerza, en los medios de prensa se dice que "somos
invencibles" gracias a la Revolución. Lo mismo
ocurrió en la bienvenida que se le hizo a los recién
galardonados campeones Olimpicos de béisbol.
Después
de la alocución del director del equipo, Higinio
Vélez, quien ofreció la victoria al Comandante
y a la Revolución -ritual de todo deportista que
regrese a la isla con algún trofeo- tomó la
palabra el elocuentísimo Hassan Pérez. El
derroche de adjetivos por parte del presidente de la Federación
Estudiantil Universitaria y su acostumbrada sumisión
ideológica lo llevaron rápidamente al agradecimiento,
una vez más, al Comandante de la Revolución
por el triunfo de los jugadores de béisbol.
Pareciera
que para estar a salvo en Cuba hubiera que ofrecerle al
máximo líder todos nuestros éxitos.
El sentimiento de ovejas pertenecientes a un rebaño
se encuentra inscrito en la mente de muchos en la isla.
¿Por
qué nadie se atrevió a ser sincero y dijo:
"Ganamos porque nos lo merecimos, porque a pesar de
comer picadillo de soya lo entregamos todo en el terreno".
Así de simple.
No
hacía falta tanta alusión al "deporte
revolucionario" ni a la victoria del pueblo, que en
Cuba es lo mismo que decir la victoria de los representantes
de ese pueblo, que no son más que una camarilla que
decide lo que piensa y dice toda la ciudadanía.
En
esta isla todo está mezclado. No nos debemos sorprender
cuando actividades tan diferentes como la política
y el deporte encuentran aquí rasgos de similitud.
Si llaman a los atletas "grandes compatriotas"
usted debe deducir que son buenos deportistas. Si oye que
dicen "héroes de la patria" no dude en
percatarse que ganaron alguna medalla.
Como
prueba que en las mentes de funcionarios como Hassan Pérez
en Cuba no hay
personas sino masa, está la frase que éste
expresó en el recibimiento de los deportistas. Al
referirse a los horarios en que la televisión cubana
transmitía los juegos de béisbol, Pérez
dijo: "No había un Comité de Defensa
de la Revolución en que no estuvieran los televisores
encendidos". De las palabras del dirigente de los universitarios
se infiere que los cubanos no vivimos en nuestros hogares
ni en familia, sino en los Comité de Defensa de la
Revolución.
Sin
lugar a dudas, la política en Cuba es algo asfixiante.
Todas las victorias en cualquier terreno resultan políticas.
Es por eso que las derrotas, que las hay y las habrá,
también lo serán.
|