Por
Florencio Eiranova Cuza
www.opositor.org
San Juan Puerto Rico.
Admirable
criatura:
Ante
todo mi más respetuoso saludo y abrazo de agradecimiento
por tu tan preciosa carta. ¡Ya sé!, no me
la dirigiste a mí; pero estoy seguro que el destinatario
de la misma, ni siquiera la va a leer; ¿Te imaginas
a los segurosos de quien tú sabes, entregando ese
bombazo tuyo al “Todopoderoso”; al “invencible héroe
de mil batallas”, al “primer meteorólogo”; al “genio
de la cultura, bla, bla, bla?...
Yo
la recibí y no te imaginas lo agradecido que te
estoy por haberla escrito. Me has devuelto la sangre,
el brío, el entusiasmo y sobre todo esa fe que
parecía escaparse de mis entrañas y que
ahora recupero y creo puedo compartir con miles de mis
hermanos que parecían desfallecer ante las informaciones
desalentadoras que nos llegan a cada rato.
Tu
carta me demuestra que la juventud de mi patria no está
perdida. Es cierto que la pretenden aplastar; pero también
pretenden aplastar a tu valeroso padre, al indomable Félix
Navarro; como también han pretendido aplastar a
los 75 de la última (no única) ola represiva
de marzo del 2003. No han podido, ni podrán.
¿De
dónde te sale ese valor, Sahilí?....
Lo
llevas en la sangre; está en tus venas; lo respiras;
te sale por los poros; lo heredaste de tus padres; pero
tus padres no lo inventaron. Ellos también lo recibieron
como herencia de nuestros mambises
de la manigua redentora; de nuestros Céspedes,
Maceos, nuestros Agramontes; de los miles de muertos durante
la concentración de Weyler; de los fusilados durante
la última tiranía que hemos padecido y aún
padecemos.
Tu
carta a quien tú sabes, es una obra maestra de
historia que solamente es superada por la elocuencia y
lo riesgoso de sus planteamientos. Cualquiera escribe
una carta; pero hacerlo dentro de la cárcel grande,
y sabiendo a su padre preso en la prisión más
pequeña, es un acto de entrega total; es la renuncia
a todo gesto de cuidado, prudencia, o prevención.
Es un: No me importa; hagan conmigo lo que quieran, que
mi vida sin libertad, no la quiero.
Algunos
de tus pasajes en la carta son bofetadas en pleno rostro
a la mentira, a la falsedad, al engaño. “¿Qué
diferencia existe entre un prisionero iraquí y
un prisionero cubano?”.
“El
26 de julio de 1953 Ud. Dirigió, junto a un grupo
de adeptos suyos, el ataque al Cuartel Moncada de Santiago
de Cuba, fue hecho prisionero y sentenciado a 15 años
de prisión, de los cuales cumplió 22 meses
al ser beneficiado por la amnistía política
en 1955 del propio Batista, a quien usted pretendía
derrocar”. En el asalto al Moncada hubo decenas de muertes
de combatienetes de ambos lados. En la redada de marzo
del 2003 no hubo un rasguño. Se ocuparon maquinillas
de escribir, Fax, computadoras y artículos periodísticos.
“Su
encierro en Isla de Pinos puede considerarse como unas
vacaciones felices y necesarias según su propio
testimonio. Durante sus meses de encierro tuvo el privilegio
de recibir visitas familiares dos veces al mes, acceso
a la tienda del presidio, haciendo las compras diariamente
en un solo pedido”. “ Comunicaron mi celda con otro departamento
cuatro veces mayor y un patio grande, abierto desde las
7 am., hasta las 9 pm. No tenemos recuento ni formación
en todo el día. Nos levantamos a cualquier hora;
tenemos agua abundante, comida y ropa limpia. No sé,
sin embargo, cuánto tiempo más vamos a estar
en este “paraíso””.
Esta Sahilí es una chica de cuidado.
“Como
soy cocinero”, dice en una carta desde la prisión
en Isla de Pinos, el destinatario de Sahilí, “de
vez en cuando me entretengo preparando algún pisto.
Hace poco, me mandó mi hermana desde Oriente un
pequeño jamón y preparé un bistec
con jalea de guayaba. También preparo de vez en
cuando espaghetti o tortilla de queso. Las habitaciones
del Hotel Nacional no están tan limpias como mi
habitación. Me estoy dando dos baños obligados
por el calor; cuando cojo el sol por la mañana,
siento el aire del mar, que me parece que estoy en una
playa, luego un pequeño restaurante aquí.
Me voy a cenar espaghetti con calamares; bombones italianos
de postre, café acabadito de colar y después
un H. Upman número 4”.
Esto,
Sahilí, debiera leerlo cada uno de los 11 millones
de cubanos que tienen que atragantarse un engrudo de “proteina
de soya” (cuando le toca) sin haber asaltado ninguna fortaleza
y habiendo aplaudido por varias horas en la plaza de la
revolución, después de proclamar que “Somos
el primer territorio libre de América”.
Yo
pienso, Sahilí, que si esta carta se distribuye
en Cuba, (y estoy seguro estás haciéndolo
en la forma que se pueda) va a tener un impacto de varias
dimensiones. En primer lugar, les va a enseñar
a nuestros hermanos, que el jamón, y los bistecs,
los calamares y los bombones italianos que comía
este señor, fueron cosas que existieron en nuestra
Cuba antes de que llegara la “noche triste” y que hoy
en día, pertenecen a un pasado que nunca volverá,
(que yo creo que sí vuelve). Otra enseñanza
es que estos “lujos” los pueden ver en las tiendas de
turistas, para ciudadanos de primera categoría,
(no cubanos) a los que pertenecen (además de los
extranjeros) el “Que más sabe” y sus fieles servidores.
Otra enseñanza (la más importante) es, que
hay cubanos con verguenza que no se tragan el cuento del
“bloqueo” y les demuestran a sus hermanos aplastados,
que “La Cuba de antes, no necesitaba que le regalaran
jamones ni bistecs; que los espaghettis y los calamares,
las jaleas y los H. Upman, los producía o los compraba
con los recursos que sus hijos creaban.
Ahora
quisiera explicarte, Sahilí, porqué te doy
las gracias. Yo soy tan cubano como tú; como son
los otros 11 millones de aplastados que comparten hoy
contigo la gran prisión que es nuestra Cuba. Yo
fui jóven y me tocó vivir una época,
la de Batista y mi actuación, ni fue excepcional,
ni fue mediocre; pero aquí estoy; arrastrando una
existencia que busca justificarse y que añora a
su Patria cada día que amanece. Cuando me levanto,
busco las noticias y quiero saber de mi Cuba. ¡Qué
pena! Las noticias de Cuba me desalientan; pero ¿Acaso
yo he hecho algo para que las noticias sean diferentes?................
Y.......He
aquí que una criatura de 18 años; ¡Del
sexo femenino (! Qué honor!) es la que me saca
de mi letargo y me toca la clarinada que hace tiempo necesitaba
y no parecía oír, por falta de sintonía.
Yo
creo, Sahilí, que , aparte de que debes ser una
estudiante muy destacada, estás metida en los asuntos
de tu patria, mi patria, hasta los tuétanos. Tu
carta a quien tú sabes, va a pasar a la historia
como una bofetada, como un reto y como una entrega. No
olvides que quien se enfrenta a un poder tan absoluto
como el que se impone en estos momentos en nuestra Patria,
sabe que la guerra: Es a Muerte. Con esto no pretendo
(en lo más mínimo) llevar a tu mente ideas
de derrotismo o de temor; pero sí quisiera comunicarte
mi modo de ver las cosas.
El
Socialismo es Despiadado; es el régimen más
despiadado que ha conocido la historia. Esto lo podemos
discutir y demostrar en otros artículos; pero lo
que sí no necesita mucho estudio, es que “El Socialismo
es un Régimen que aplica ciertos postulados científicos
y a base de ellos, pretende demostrar su “inevitabilidad”
para establecerse y justificar su existencia.
Esa
es la razón por la que tanta gente honrada sigue
apoyando al socialismo a pesar de su fracaso. Se nos metió
por los tuétanos y no es fácil desterrarlo.
Tu carta es, sin embargo un llamado honrado, basado en
los hechos proclamados por sus propios protagonistas,
para que los incautos se den cuenta de la verdad que no
se puede ocultar.
Hay
que tener en cuenta, Sahilí, que nuestra Patria
vive bajo un asistema que se sostiene únicamente
a base de la represión y que es muy dificil, para
el hombre común y corriente, expresarse y desenvolverse
arriesgando a cada minuto su libertad, su tranquilidad
y su seguridad. Los humanos no somos guerreros por naturaleza;
la guerra, para los cubanos, como para cualquier humano
es la excepción, no la regla.
Por
todo lo anterior, Sahilí, te confieso de todo corazón,
que eres una criatura excepcional y que tu carta es una
especie de clarinada a todo un pueblo que ha aceptado
las mentiras, las falsedades y la represión, en
nombre de una seguridad que nunca necesitó y una
defensa de algo que nunca estuvo amenazado, como la “soberanía”,
la “independencia” y la “seguridad”.
Te
agradezco de todo corazón tu valentía y
me ofrezco a apoyar tu lucha en la medida de mis limitados
recursos y mi dificil situación que, como la tuya,
siempre tendrán a un enemigo que, no sólo
disfruta de recursos, sino que no siente la obligación
de respetar, ni la verdad, ni los sentimirentos, y mucho
menos la vida humana.
El
hecho de escribir tu nombre, tu dirección y tu
fecha de nacimiento como remitente, es una especie de
testamento para que “nadie se llame a engaño”,
lo que dice mucho, de tu temple y tu decisión de
enfrentar lo que viniere en aras de tus ideales: Gracias
una y mil veces. ¡Quién tuviera veinte años!