Por Jay Martínez
jay@coqui.net
Director del programa radial
Magazine Cubano
Puerto Rico
Después
del rotundo triunfo del Partido Republicano en las pasadas
elecciones y por ende del Presidente George W. Bush, la
gran mayoría del exilio cubano en todo el mundo
está de fiesta.
Sabemos
que en Cuba el Tirano está de luto pues esperaba
con ansias el triunfo de Kerry. Históricamente
Castro ha logrado presionar a los presidentes demócratas
con cierta facilidad.
Para
el régimen, Kerry era el Carter de este siglo,
por lo que la boca se le hubiese hecho agua. Pero gracias
a Dios el pueblo norteamericano posee una intuición
e inteligencia suficiente y como verdaderos demócratas
escogieron al candidato propicio para dirigir el futuro
de esta gran nación.
Ya
se está escuchando a líderes y expertos
en el tema cubano predecir que este nuevo período
de mandato del presidente Bush, quien cuenta con mayoría
en la Cámara y el Senado, serán de mucha
tensión para el régimen de La Habana. Y
es aquí donde quisiera detenerme para poder analizar
brevemente este tema.
El
pueblo cubano lleva 45 años sufriendo una dictadura
y todos los presidentes de turno en la Casa Blanca han
ofrecido promesas al exilio de que van a presionar hasta
lograr el derrumbe del régimen cubano pero es de
todos sabido que luego que suben al poder no pasa nada.
Sin
embargo, con el Presidente Bush la cosa ha sido algo distinta
y hasta ahora todo lo que prometió en su primer
término lo cumplió. Ha sido el único
Presidente que en las últimas décadas se
ha enfrentado al Dictador y lo ha nombrado con los calificativos
precisos, públicamente y en numerosas ocasiones.
Pero
el exilio cubano espera mucho más de Bush y su
Admnistración. El tema de Cuba no debería
quedarse, como la mayoría de las veces, en palabras
vanas que nunca llegan a materializarse. La mayoría
de los cubanos en el sur de la Florida votaron mayoritariamente
por Bush para ver la acción encaminada a cumplir
la promesa de llevar la democracia a la Isla.
No
sólo las medidas y leyes aprobadas deben estar
encaminadas a una presión externa desde los Estados
Unidos. La oposición política a Castro se
esta muriendo de hambre y sin recursos todo el mundo sabe
que no hay oposición política pacífica
efectiva.
Por
un lado, se anuncian despampanantes sumas de dinero para
la oposición interna, cifras que el gobierno cubano
no se cansa de repetir, y cuando nos acercamos a la realidad
de los opositores cubanos nos damos cuenta que no les
llega esa ayuda. Y sí a esto le sumamos la imposibilidad,
desde el punto de vista legal, de los grupos del exilio
de enviar dinero en efectivo a los disidentes entonces
nos podemos percatar que nos encontramos ante un círculo
vicioso donde el más perjudicado es el que arriesga
su pellejo enfrentándose a la persecuión
de la Seguridad del Estado cubana.
Queremos
ver acciones eficaces. Pienso que ésta es una buena
oportunidad para provocar un cambio en Cuba especialmente
cuando vemos que el cubano Mel Martínez acaba de
ser electo al puesto de Senador sumándose a los
congresistas cubanos Ileana Ross y Lincoln Díaz
Balart y a las ansias del Presidente de que finalmente
se logre la tan esperada transición hacia la democracia.
Creo
que si en estos próximos cuatro años seguimos
con la tensión y no se ejecutan acciones reales
que impulsen el cambio a corto plazo estaremos muchos
años más en el mismo juego, que ya lleva
45 años. O de lo contrario sentarnos en la silla
de la paciencia a esperar por la "solución
biológica" pero eso sería reconocer
que el exilio es incapaz de hacer nada por Cuba.
Y
todos sabemos que se sobra capacidad y talento para lograr
nuestros objetivos.