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| El Veraz. | San Juan, Puerto Rico | |
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Por
Mario J Torres
La permanencia de Castro en el poder por mas de 40 años
no ha sido mera casualidad sino producto de muchos factores
a su favor que el ha sabido aprovechar, aparte de su total
dedicación a no ceder un ápice en el control
absoluto de todo lo que se mueve en la isla como un ajedrecista
empecinado en no perder ni una pieza a través de
su fuerte aparato de represión y por su genio especial
en la manipulación y psicología de las masas
donde TODO es valido siempre y cuando sea en aras de mantener
al sistema.
Teniendo como ayuda inicial los ejemplos de las malas
democracias latinoamericanas, desde los años 60
el entonces futuro dictador saturo al pueblo cubano de
promesas, planes y esperanzas siguiendo un sistema de
etapas en el cual, cuando las mismas no se cumplían,
y ha sido así en todos los casos, diseñaba
otra etapa o "tanda" de nuevas promesas, consignas
y propaganda por ciclos para tener al pueblo siempre esperando
un bienestar que nunca llego o tenerlo entretenido con
el lema o amenaza de turno, además dictando leyes
que luego cancelaría de acuerdo a su estrategia
y conveniencia.
Ejemplos de esto son la fallida zafra de los 10 millones
donde todo se arreglaría cuando se produjera esa
cantidad de azúcar, los locos planes alimentarios,
darle la tierra a los campesinos para después tomarla
para si, decir "armas para que" para luego tener
al pueblo "uniformado", los cambios de política
con las patentes y los vendedores por cuenta propia con
altas multas por violaciones por cosas que minutos antes
eran legales, las amenazas por rachas de una inminente
invasión "yankee", el quita y pon de
los mercados campesinos y de todo lo que le convenía
en un momento y luego no, como una moda.
Castro llego a absolutizar su sistema como una religión
o como lo único existente como opción en
el mundo para los cubanos, explotando al máximo
los defectos en los sistemas de otros países hasta
el punto de que todavía para muchos cubanos no
ser fiel al régimen es no ser fiel a la patria,
hecho que representa el punto máximo en el lavado
de cerebros.
El uso del chantaje y el soborno también han estado
a la orden del día
en la consecución de sus objetivos con la compra
de adeptos e informantes con una buena posición
o carrera, un automóvil, un teléfono; cosas
que no abundan en Cuba, con la inmunidad del respeto o
con la amenaza de represalias, devorando a los escogidos
en su tela de arana sin salida y provocando un ambiente
de duda donde que no se sabe quien-es-quien; aspecto importantísimo
para el, ya que nadie confía en nadie y por ende
se torna mas difícil la formación de grupos
en su contra, tomando en cuenta además lo ya difícil
que seria hacerlo debido al estricto control de la población
por sus "falsas organizaciones de masas" como
los Comité de Defensa de la Revolución que
existen 1 por cuadra en toda la republica con un presidente
(de los sobornados o comprometidos para mantener su "limpieza")
y su "ejecutivo" dedicados a velar y vigilar
las actividades de cada residente de su calle o cuadra
y que además programan actividades (como guardias,
reuniones, trabajos "voluntarios') dedicadas a evaluar
el grado de participación de cada ciudadano y de
ahí sacar y marcar a los desafectos o apáticos
diagnosticados con el nuevo síndrome de diversionismo
ideológico.
Esta es una real dictadura, no dictablanda, ya que nadie
que no haya vivido en Cuba puede entender todo esto a
primera explicación y hay que tener una mente muy
abierta y receptiva y buena imaginación para poder
comprender entre todas estas cosas por ejemplo como el
Comandante se autoelige, proceso tramposo que personas
acostumbradas al voto democrático tampoco entenderían.
Estos comités se complementan con controles similares
en los empleos con los sindicatos, el partido comunista
y la juventud comunista y en cada esfera de la vida social
con organizaciones especializadas como la federación
de mujeres, la unión de pioneros (para los niños),
la asociación de agricultores, las milicias de
tropas etc. con el toque final del temido Ministerio de
Interior, o seguridad del estado de la cual, se respira
en Cuba, que cualquiera pudiera ser "chivato"
o informante y que están diseminados en centros
de trabajos disfrazados de agentes de seguridad o CVPs,
funcionarios, jefes o simples obreros.
Todo este andamiaje mueve al pueblo obligatoriamente a
desfiles, manifestaciones y todo tipo de actividad programada
por el régimen donde muchos participan por miedo
a la represión o a represalias como perder el empleo,
ser marcados socialmente o ir a la tenebrosa cárcel
y como el cuento del rey con hábitos invisibles
todos deben decir: "Viva Fidel" o "Resistir
y Vencer" en vez de: "Tengo hambre".
El halo de misterio de la isla grande trasciende sus fronteras
y por medio de la falsa propaganda del régimen
muchos latinoamericanos y europeos se engañan pensando
que esta es una causa justa ya que lo comparan con sus
imperfectos sistemas o con la injusticia del mundo sin
darse cuenta lamentablemente que Cuba es la cuna de una
injusticia demasiado grande de asimilar para ellos como
la comparación entre Guatemala y SuperGuatepeor.
Finalmente y durante todas estas décadas el exilio
ha sido neutralizado
por las jugadas de Castro en el tablero donde aparte de
haberse aprovechado de la ausencia de unidad del mismo,
de contradicciones y ambiciones internas de las diferentes
organizaciones en su contra y del gran error de no tener
un líder único como ha ocurrido históricamente
en todo movimiento en cualquier parte del mundo, aspecto
decisivo en la falta de éxito, ha sabido utilizar
a los cubanos dentro de la isla como rehenes o carnadas
para hacer que sus familiares en el exilio indirectamente
cooperen en el mantenimiento de su especial campo de concentración.
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