Por:
Marvin Hernández Monzón
www.adcuba.org
Pero
sea vuestro hablar: Si, si, No, no, porque lo que es más
de esto, de mal
procede.
Mateo 5:37.
Cualquier acción ofensiva a la dignidad humana,
verbal o física, degrada a quien la ejecuta, aún
cuando el receptor haya cometido crímenes innombrables.
Y
ese pudiera ser el caso de muchos o de la mayoría
de los detenidos en la prisión Abu Ghraib en Bagdad,
Irak, o en la base norteamericana de Guantanamo, Cuba.
Además de que los carceleros quizás han
visto las atrocidades que estas personas son capaces de
cometer contra conciudadanos, militares, periodistas y
cuantos sean un obstáculo para sus planes opresivos;
o que representen, por su credo o país de procedencia,
lo que desean eliminar.
Aún
así, nada justifica ni la más leve ofensa,
menos, contra quien está en desventaja. Por
ello no es preciso citar aquí compromisos, ni convenciones
subscritos sobre el tema.
Igualmente
despreciable es destacar, solo lo peor de un momento o
circunstancia como si ello fuera la norma y, olvidar los
hechos positivos. Y esta es, para descrédito del
periodismo, la practica de la mayor parte de los medios
informativos en los países donde más se
respeta la libertad de expresión.
Tampoco
pueden desmarcarse las los informadores oficialistas de
los regimenes oficialistas de los regimenes totalitarios
como Cuba, donde se dice y hace lo que el padrecito gobierno
dicta.
Hace
tiempo que alegar desconocimiento es historia antigua
sobre la faz de la tierra y en el cosmos.
Tanto
unos como otros han”olvidado” a los pueblos sujetados
por las dictaduras como la de Afganistán, Irak,
Cuba, y más aún, a la población penal.
Amnesia total del tema durante el dominio Talibán,
el de Husseín y casi igual con la isla prisión
antillana, salvo raras excepciones y, luego de la primavera
negra de 2003.
¿Pero
para asustar a los prisioneros?. Jorge Luis García
Pérez, prisionero político y de conciencia
conocido como Antúnez, tiene en su cuerpo las marcas
de los canes que contra él han utilizado los carceleros
cubanos.
¿Quitar
la ropa a los prisioneros?, Los presos y expresos políticos
de esta isla saben de esas humillaciones, entre ellos,
mujeres testimonios vivos, aún, de las atrocidades
del régimen que impera en Cuba desde 1959.
De
los encarcelados en Marzo de 2003, Ángel Moya Acosta
fue obligado a caminar desnudo por los pasillos de la
prisión, a la vista de los demás reos, según
informó su esposa.
¿Golpizas?,
Ariel Correa Guisao de 30 años, ingresado el 3
de Mayo en el Hospital Amalia Simoni de la ciudad de Camaguey
por lesiones que le ocasionaron carceleros en la prisión
Kilo 7 de esa provincia centro-oriental de Cuba.
Siete
días después, cinco reclusos fueron golpeados
por los sub oficiales Lucilo y Carlos a quien los presos
llaman “Genocido”.
También
en la cárcel camagüeyana los militares han
informado a los reos que incrementaran las golpizas contra
los que reclamen derechos, según reporta el preso
político Juan Carlos Herrera Acosta.
Relatos
parecidos, Sí son la norma en los centenares de
cárceles erigidas por la jefatura de Cuba tras
apropiarse del poder, pero los que cuentan con todos los
recursos para hacer periodismo callan y aplauden al verdugo.
Por
favor no invoquéis el riesgo ni la objetividad.