Por Jay Martínez
jay@elveraz.com
Director del programa radial
Magazine Cubano
Puerto Rico
Para
los cubanos que nacimos posterior al primero de enero
del 59 y que no conocimos la Cuba Democrática siempre
resultó interesante para nosotros escuchar los
relatos e historias de amigos y familiares en relación
a la Cuba tan peculiar que nos robaron los comunistas
que asumieron el poder
Para
mi como para cualquier otro joven se convertía
en un viaje a otro mundo el hecho de escuchar las anécdotas,
por sólo citar alguna, del Barrio Chino con sus
tiendas y restaurantes, la Plaza del Vapor que se caracterizaba
por comida de calidad y barata en la década del
50, los famosos sandwiches y batidos de frutas de la Esquina
de Tejas, la Tienda el Encanto, famosa por sus vitrinas
perfectamente decoradas y que constituía un orgullo
para los habaneros. También recuerdo que se comentaba
sobre la Cafetería El Carmelo y sus hermosas canastas
navideñas para regalar a familiares y amigos.
Y
qué decir del Tamalero que se paraba en la esquina
cuidadosamente vestido y vociferando la frase: “Pican,
Pican”. El Fritero, con quien por muy poco dinero usted
consumía aquella deliciosa frita de la cual se
nos hacía la boca agua con solo escuchar el regocijo
y el brillo en los ojos de nuestros abuelos cuando recordaban
el pasado.
La
Cuba antes de 1959 por supuesto que no era perfecta pero
podría detenerse en varias cuartillas contándoles
a ustedes de todas esas maravillas que produce la vida
en libertad y que hacía despuntar el deseo de superación
y triunfo que siempre ha caracterizado a los que nacimos
en esa hermosa Isla.
Pero
para los cubanos que logramos salir de Cuba muy jóvenes
y pudimos conocer Miami todo aquello que nos contaban
de niños y adolescentes dejó de ser una
imagen edulcorada con nuestra imaginación para
convertirse en el sueño que siempre tuvimos de
Cuba
Al
llegar a la capital del exilio cubano nos encontramos
con la música, el sazón, el humor y las
costumbres y tradiciones que en su mayoría habían
quedado opacas por el nuevo régimen.
En
mi experiencia
personal y como cubano que vivo fuera de Miami llegar
a ese lugar constituye una experiencia muy especial. Para
mi visitar Miami es volver a la Cuba que nunca más
he podido visitar. Ese tesoro que nos arrebataron y que
no pudimos disfrutar lo podemos descubrir en Miami en
todo su esplendor. Desde los dulces y golosinas de los
cuales tanto hablaban nuestros padres y abuelos hasta
el olor inconfundible del café cubano. En Miami
se puede encontrar todo lo que se comía en la Cuba
de antes.
Existen
personas en Puerto Rico que dicen que el cubano de Miami
y el que reside aquí en la Isla son distintos.
Quizás nos diferenciemos un poco en el acento pero
yo creo que somos iguales y conservamos los mismos gustos
y ese mismo apego al cubaneo que resulta tan pegajoso
y contagioso cuando visitamos Miami.
Sí
Usted hace tiempo no visita Miami dé una vuelta
por la Calle 8, tómese un Café Cubano y
cómase una galletica preparada o un rico pastelito
de guayaba mientras conversa con otro cubano de algún
tema de actualidad o de la Cuba que dejamos atrás
y verá como se sentirá en la Cuba de sus
sueños.