Por
Mario J Torres
Los obstáculos normales que surgen en el gran país
del Norte para los recién llegados cubanos, y tales
dificultades pueden encontrarse dondequiera en el mundo,
afectan profundamente a un gran grupo de inmigrantes cubanos
en gran medida puesto que casi todos llegan normalmente
con una enorme sed de "vengarse" de una mala
vida vivida en la isla y con el deseo de un pago o compensación
para una mejor, por todo lo malo que pasaron en tantos
años, con ilusiones espontáneas de gran
bienestar y progreso, buscando una tierra prometida y
perfecta y ocupar una posición en una clase social
superior y ocasionalmente con el loco pensamiento de como
si vinieran a unas vacaciones de lujo.
Pensamientos
lógicos luego de estar en prisión, cruzar
el mar a riesgo de la vida o de pasar miserias y presiones
políticas. También, todas estas ideas son
en parte influenciadas por el comportamiento de los que
ya están aquí que solo comunican lo bueno
y por diversas razones obvian los
obstáculos y son por otra parte, además,
reacciones de defensa normales ante el sufrimiento, escasez
y represión pasados que hacen que se sobrevalore
el exilio, en este caso los EEUU.
Pero casi como regla general para muchos, afortunadamente
no todos, todas estas ilusiones se convierten más
adelante en esperanzas forzadas al ver la realidad de
la vida y entre otras cosas que los dólares no
caen de las matas ya que ninguna sociedad es perfecta.
Factores como los impuestos, los insatisfactorios planes
de Salud o la carencia de seguro medico, discriminación,
trabajos duros, malos o excesivos (no acostumbrado en
países comunistas en los cuales los trabajadores
fingen que trabajan y el estado finge que les paga), los
bajos sueldos y los precios altos, la falta de relaciones,
adaptación y ajuste social a lo nuevo, el diverso
clima, distinto idioma, nueva cultura e idiosincrasia
junto a nuevas costumbres, tradiciones, hábitos
y valores, la alimentación con un sabor distinto
a la comida y diferentes hábitos culinarios, los
engaños económicos con el tramposo uso de
la palabra GRATIS, el uso incorrecto de las tarjetas de
crédito que pueden conducir a una triste bancarrota
debido a la carencia de una dirección financiera
del presupuesto, la acumulación de muchas cuentas
o bills a la vez para crear una agónica angustia
económica, el principio de una sensación
de añoranza y nostalgia hacia la patria más
las diferencias enormes entre el comunismo y un fuerte
capitalismo de vida rápida que ninguno de ellos
vivió (incluso los que vivieron en la Cuba antes
del 59 disfrutaron de un capitalismo "más
suave" o "más lento" con los precios
bajos de esas épocas tuvieron
también un gran choque cuando pensaron que le harían
frente similar en el sueño americano de los E.E.U.U.)
rompen poco a poco esa imagen ideal y causan muchas reacciones
a la nueva vida que pueden ser diferentes según
el individuo pero siempre guiados por una sensación
fuerte de confusión y desconcierto.
Es recomendable precisar que esta es una descripción
general que no puede aplicarse a todas las familias cubanas
en exilio porque aparte del hecho de que muchas han alcanzado
gran éxito en sus nuevas vidas, este fenómeno
también depende de varios otros factores como la
clase de ciudad donde se establezca la familia y su posición
geográfica que puede determinar factores como el
clima, el idioma, así como la proximidad o no a
la cultura cubana, la marca social del status de "extranjero"
o de una mayor o menor discriminación, también
incluyendo otros tipos de posibilidades que están
influenciadas por el ambiente circundante existente o
la suerte que el destino les depare a cada uno.
Todo esto trae diversas e interesantes reacciones en cada
inmigrante. Algunos pueden recomenzar a amar cosas que
desdeñaron y que odiaron antes en la isla porque
la idea de la migración cegó sus ojos e
hizo que condenaran no solamente el régimen sino
a la misma tierra y sus símbolos nacionales o por
otra parte pueden empezar a adorar una Cuba especial hecha
de nostalgia pero no la verdadera y desarrollando un sentimiento
de patriotismo hasta ese momento nunca visto, pero todavía
deseando el derrumbamiento del dictador y sabiendo que
el paso que tomaron era necesario.
Algunos otros lamentan el haber salido del país
o caen en la contradicción o la duda de que si
hicieron lo correcto en viajar
midiendo los pros y los contras de la nueva sociedad en
una escala de comparación.
Un grupo más grande toma cosas más pacientemente;
asimila los cambios lentamente e incluso se hacen ciudadanos
americanos y deciden conducir sus vidas de la forma mas
normal posible sin la tendencia de Cuba se incorporan
a la nueva sociedad Cubano-Americana. No puede negarse,
como se preciso antes, que muchos han alcanzado el éxito
en una tierra llena de oportunidades.
Mientras tanto, otros sufren en silencio, aceptan un destierro
obligatorio, luchan contra la frustración y la
depresión que esto implica y anhelan el pronto
derrumbamiento del régimen en la isla para poder
volver mientras que contados casos han decidido regresar
sin importarle las consecuencias debido a una falta total
de adaptación o por no soportar la soledad.
Algunos pocos se convierten en extraños "pseudo-comunistas
teóricos" en el exilio y se dedican a ingratamente
criticar las grietas del sistema americano
sin intentar mas condenar a Castro y a su sistema, haciendo
observaciones positivas del mismo, olvidándose
de cuanto fueron azotados por el régimen allí.
Otros se esfuerzan en mantenerse "limpios" aun
fuera del hueco de castigo para, ya sea proteger a sus
familias en Cuba o garantizar sus viajes anuales de visita
para verlos sin querer correr ningún riesgo, al
estilo de la doble moral cubana practicada antes de migrar.
Estas clases pueden llegar a ser más "teóricamente
comunistas" aquí en terreno fácil y
con mejores condiciones de vida que cuando estaban allí.
Hay también contradicciones entre los que apoyan
en la práctica el embargo no enviando el dinero
o no viajando a Cuba y la gran mayoría que lo hace.
Existen tipos de inmigrantes netamente "económicos"
que viajaron huyendo de la terrible situación económica
del país que a veces se caracterizan por ser políticamente
neutrales separando la política de la economía
y que no tienen ideales políticos ya que pueden
elogiar a un sistema hoy y criticarlo mañana, cayendo
en un juego de QUIERO-PERO-NO-QUIERO o en el síndrome
de SI-QUIERO-PERO-QUE-OTRO-LO-HAGA.
Todas estas diversas tendencias y contradicciones así
como las divisiones, ambiciones, envidia y competencia
entre algunos de los grupos que luchan por la libertad
de la isla traen consigo una falta de unidad y la ausencia
de un líder único al estilo de "no
hay profeta en su tierra", lo que debilita el exilio
y fortalece al tirano que bien sabe que esto existe y
se aprovecha de ello.
Para colmo, esta nacionalidad hambreada, separada, destruida,
frustrada, denigrada, traumatizada, engañada, torturada
y diezmada
por el tirano caribeño tiene que soportar que los
desmienta cualquier nacional de otro país que le
crea a la propaganda mentirosa del monstruo y que además
sea totalmente desconocedor de las increíbles penurias
y miserias que a las que los cubanos han sido castigados
por décadas y que se atreva a juzgarlos, condenarlos
y criticarlos como si el castigo no fuera ya suficiente.
Además,
los posibles salvadores, entre ellos el mismo gobierno
americano, ignoran la isla y la consideran como insignificante.
Los cubanos han sido injustamente marcados por Castro
en el mundo como balseros, como gente inferior y miserable,
como pobres, errantes o cobardes de manera tal que el
ser cubano se ha convertido en hoy en día en una
maldición hasta que la justicia y destino lo decidan
de otra forma pero por ahora los E.E.U.U. no son el paraíso
perdido sobrevalorado por los cubanos con ansiedad exagerada;
por el contrario, todos nosotros somos, por muchas razones,
la generación perdida; otra razón para decir
: Gracias Fidel.