El Veraz 
Portada
Audio y Video
Los 10+
Raíces
La otra Cara
Documentos
Reconciliación
Estadísticas
Victimas Cubanas
Galería de Puerto Rico
Isla del Encanto
Galería de Cuba
La del Turista
La del Cubano
Rostros Cubanos
Nostalgia Cubana
Búsqueda
Buscar en ¨El Veraz¨
Internacionales
Sitios de Puerto Rico
Sitios de Cuba
Artículos anteriores
Artículos anteriores
Divulgue la verdad
Imprimir Articulo  
Envie Articulo  
A Favoritos  
| El Veraz. | San Juan, Puerto Rico |

Cuba: Apaleados

Por Mario J Torres

Los obstáculos normales que surgen en el gran país del Norte para los recién llegados cubanos, y tales dificultades pueden encontrarse dondequiera en el mundo, afectan profundamente a un gran grupo de inmigrantes cubanos en gran medida puesto que casi todos llegan normalmente con una enorme sed de "vengarse" de una mala vida vivida en la isla y con el deseo de un pago o compensación para una mejor, por todo lo malo que pasaron en tantos años, con ilusiones espontáneas de gran bienestar y progreso, buscando una tierra prometida y perfecta y ocupar una posición en una clase social superior y ocasionalmente con el loco pensamiento de como si vinieran a unas vacaciones de lujo.

Pensamientos lógicos luego de estar en prisión, cruzar el mar a riesgo de la vida o de pasar miserias y presiones políticas. También, todas estas ideas son en parte influenciadas por el comportamiento de los que ya están aquí que solo comunican lo bueno y por diversas razones obvian los obstáculos y son por otra parte, además, reacciones de defensa normales ante el sufrimiento, escasez y represión pasados que hacen que se sobrevalore el exilio, en este caso los EEUU.

Pero casi como regla general para muchos, afortunadamente no todos, todas estas ilusiones se convierten más adelante en esperanzas forzadas al ver la realidad de la vida y entre otras cosas que los dólares no caen de las matas ya que ninguna sociedad es perfecta.

Factores como los impuestos, los insatisfactorios planes de Salud o la carencia de seguro medico, discriminación, trabajos duros, malos o excesivos (no acostumbrado en países comunistas en los cuales los trabajadores fingen que trabajan y el estado finge que les paga), los bajos sueldos y los precios altos, la falta de relaciones, adaptación y ajuste social a lo nuevo, el diverso clima, distinto idioma, nueva cultura e idiosincrasia junto a nuevas costumbres, tradiciones, hábitos y valores, la alimentación con un sabor distinto a la comida y diferentes hábitos culinarios, los engaños económicos con el tramposo uso de la palabra GRATIS, el uso incorrecto de las tarjetas de crédito que pueden conducir a una triste bancarrota debido a la carencia de una dirección financiera del presupuesto, la acumulación de muchas cuentas o bills a la vez para crear una agónica angustia económica, el principio de una sensación de añoranza y nostalgia hacia la patria más las diferencias enormes entre el comunismo y un fuerte capitalismo de vida rápida que ninguno de ellos vivió (incluso los que vivieron en la Cuba antes del 59 disfrutaron de un capitalismo "más suave" o "más lento" con los precios bajos de esas épocas tuvieron también un gran choque cuando pensaron que le harían frente similar en el sueño americano de los E.E.U.U.) rompen poco a poco esa imagen ideal y causan muchas reacciones a la nueva vida que pueden ser diferentes según el individuo pero siempre guiados por una sensación fuerte de confusión y desconcierto.

Es recomendable precisar que esta es una descripción general que no puede aplicarse a todas las familias cubanas en exilio porque aparte del hecho de que muchas han alcanzado gran éxito en sus nuevas vidas, este fenómeno también depende de varios otros factores como la clase de ciudad donde se establezca la familia y su posición geográfica que puede determinar factores como el clima, el idioma, así como la proximidad o no a la cultura cubana, la marca social del status de "extranjero" o de una mayor o menor discriminación, también incluyendo otros tipos de posibilidades que están influenciadas por el ambiente circundante existente o la suerte que el destino les depare a cada uno.

Todo esto trae diversas e interesantes reacciones en cada inmigrante. Algunos pueden recomenzar a amar cosas que desdeñaron y que odiaron antes en la isla porque la idea de la migración cegó sus ojos e hizo que condenaran no solamente el régimen sino a la misma tierra y sus símbolos nacionales o por otra parte pueden empezar a adorar una Cuba especial hecha de nostalgia pero no la verdadera y desarrollando un sentimiento de patriotismo hasta ese momento nunca visto, pero todavía deseando el derrumbamiento del dictador y sabiendo que el paso que tomaron era necesario.

Algunos otros lamentan el haber salido del país o caen en la contradicción o la duda de que si hicieron lo correcto en viajar midiendo los pros y los contras de la nueva sociedad en una escala de comparación.

Un grupo más grande toma cosas más pacientemente; asimila los cambios lentamente e incluso se hacen ciudadanos americanos y deciden conducir sus vidas de la forma mas normal posible sin la tendencia de Cuba se incorporan a la nueva sociedad Cubano-Americana. No puede negarse, como se preciso antes, que muchos han alcanzado el éxito en una tierra llena de oportunidades.

Mientras tanto, otros sufren en silencio, aceptan un destierro obligatorio, luchan contra la frustración y la depresión que esto implica y anhelan el pronto derrumbamiento del régimen en la isla para poder volver mientras que contados casos han decidido regresar sin importarle las consecuencias debido a una falta total de adaptación o por no soportar la soledad.

Algunos pocos se convierten en extraños "pseudo-comunistas teóricos" en el exilio y se dedican a ingratamente criticar las grietas del sistema americano sin intentar mas condenar a Castro y a su sistema, haciendo observaciones positivas del mismo, olvidándose de cuanto fueron azotados por el régimen allí.

Otros se esfuerzan en mantenerse "limpios" aun fuera del hueco de castigo para, ya sea proteger a sus familias en Cuba o garantizar sus viajes anuales de visita para verlos sin querer correr ningún riesgo, al estilo de la doble moral cubana practicada antes de migrar.

Estas clases pueden llegar a ser más "teóricamente comunistas" aquí en terreno fácil y con mejores condiciones de vida que cuando estaban allí.

Hay también contradicciones entre los que apoyan en la práctica el embargo no enviando el dinero o no viajando a Cuba y la gran mayoría que lo hace.

Existen tipos de inmigrantes netamente "económicos" que viajaron huyendo de la terrible situación económica del país que a veces se caracterizan por ser políticamente neutrales separando la política de la economía y que no tienen ideales políticos ya que pueden elogiar a un sistema hoy y criticarlo mañana, cayendo en un juego de QUIERO-PERO-NO-QUIERO o en el síndrome de SI-QUIERO-PERO-QUE-OTRO-LO-HAGA.

Todas estas diversas tendencias y contradicciones así como las divisiones, ambiciones, envidia y competencia entre algunos de los grupos que luchan por la libertad de la isla traen consigo una falta de unidad y la ausencia de un líder único al estilo de "no hay profeta en su tierra", lo que debilita el exilio y fortalece al tirano que bien sabe que esto existe y se aprovecha de ello.

Para colmo, esta nacionalidad hambreada, separada, destruida, frustrada, denigrada, traumatizada, engañada, torturada y diezmada por el tirano caribeño tiene que soportar que los desmienta cualquier nacional de otro país que le crea a la propaganda mentirosa del monstruo y que además sea totalmente desconocedor de las increíbles penurias y miserias que a las que los cubanos han sido castigados por décadas y que se atreva a juzgarlos, condenarlos y criticarlos como si el castigo no fuera ya suficiente.

Además, los posibles salvadores, entre ellos el mismo gobierno americano, ignoran la isla y la consideran como insignificante. Los cubanos han sido injustamente marcados por Castro en el mundo como balseros, como gente inferior y miserable, como pobres, errantes o cobardes de manera tal que el ser cubano se ha convertido en hoy en día en una maldición hasta que la justicia y destino lo decidan de otra forma pero por ahora los E.E.U.U. no son el paraíso perdido sobrevalorado por los cubanos con ansiedad exagerada; por el contrario, todos nosotros somos, por muchas razones, la generación perdida; otra razón para decir : Gracias Fidel.


Inicio | Puerto Rico | Cuba | Internacionales | La otra Cara | Cartas de Cuba | Conózcanos
© Fecha de Fundación 30 de Julio 2003 El Veraz - Derechos Reservados