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| El Veraz. | San Juan, Puerto Rico |
Divorcio a la Cubana

Por Jorge Felix
Editor del Semanario "El Veraz"


Me he divorciado 5 veces y a decir verdad, el que más me dolió fue el primero... ese si me dolió, después uno establece determinados mecanismos de defensa para sufrir ese momento tan difícil lo menos posible, que siempre se sufre, pero tratar de que sea un poco menos. Les digo que el primero fue como un antitodo, me vacunó.

Es por eso que quiero darles algunos consejos o por así decir que vean mi experiencia con relación a este tema y quizás puedan sacar algo en claro.

Ustedes divorciados que me leen... atiéndanme bien.

Bueno les diré que la primera vez... me divorcie enamorado... no temo decirlo, me dolió terriblemente, al punto que la primera noche que estuve sin ella en la cama, tuve que llamar al viejo mío, para que viniera a dormir conmigo, no podía dormir solo. Gracias a el pude dormir aquella noche.


Fueron muchas las características que asumí en ese periodo post divorcio.

Recuerdo que llegaba a la casa y a las 7 de la noche me acostaba a dormir hasta el otro día, con la almohada puesta encima de mi cara, con la luz apaga y oyendo a Roberto Carlos, era pa suicidarse... coño la canción de el que decía: ¨ Y entonces fue que sin querer aquel instante te perdí... y así paso... que me encontré tan triste de repente¨ Cojones era pa cortarse el cuello.

Lloraba en todo momento y por todo, lloraba hasta con ¨Los Picapiedras¨, esa escena en que el saca al tigre afuera de la casa y que después el tigre lo saca a el y le cierra la puerta y el empezaba a gritar: Vilmaaaaaaaaaaa... coño eso me hacia llorar con cojones.

También otra de las características del divorciado, es que uno va por la calle, flojiiiiiiiito... siente que ha perdido la orientación de la vida y si por casualidad alguién chocara con uno sin querer, de seguro que uno cae acostado boca arriba en el medio de la calle de lo débil que se siente.

La verdad que uno en el amor no aprende con cabeza ajena... uno dice eso a mi no me pasará... no obstante la realidad le diga... que el único que no se ha divorciado es uno... pero bueno la experiencia de la vida me enseñó que para divorciarse nada mas hay que estar casado.

Bueno, yo recuerdo, que yo me ponía, al final del patio de mi casa, sentao en una silla, triste, afligido, llorando, mirando una puntilla de la cerca... Me decía: Bueno, te dejó de querer, entiéndelo, aunque te duela... esa es la realidad, tendrá a otro, las mujeres cuando dejan a uno, es porque ya tienen algo seguro... si me pegó los tarros la boto seguro que la boto... cojones llevo una semana sin comer caliente, soy capaz de llamarla y decirle que cojones no puedo seguir a croqueta, que desde que se fue no como caliente... porque nunca soporté la comida de la vieja mía... seguro que vuelve... y si no vuelves es el fin... así me pasaba 2 y 3 horas pensando en lo mismo...

Recuerdo un día que llegó mi madre y con una pose y un discurso al estilo Castrista, levantando la mano empezó: Hijo esta bueno ya... arriba que la vida continua... usted no puede seguir así sin comer... ¿quieres que te haga unas croquetica mijo?.... y siguió: - mira... mujeres son las que se sobran... así que usted se levanta, se baña (llevaba como 3 días sin bañarme, estaba más adobao que un puerco de noche buena) y sale pa la calle... Animado y decidido le dije: Tienes razón vieja... esta bueno ya... se acabó... que se piensa ella... que tiene la sartén cogida por el mango... pues no...

Efectivamente me bañe, estuve como una hora en el baño, me puse la ropa de salir, la única que tenia, un Jean que me vendió un preso del Combinado del Este, que le puse una etiqueta LEE y una camisa de cuadritos de manga larga... estaba de pinga...

Cuando salía por la sala, me dice la vieja... Ese es mi hijo, así quiero verte, palante todo el tiempo... nada de sentirte derrotado... mijo.. Cuando vengas te tendré hechas las croquetas.

Cuando iba por media cuadra bordeando el patio de la casa... entré por la puerta de atrás del patio y me senté en la silla al final del patio a mirar la puntilla de la cerca y con camisa de manga larga... Bueno, te dejó de querer, entiéndelo, aunque te duela... esa es la realidad, tendrá a otro, las mujeres cuando dejan a uno, es porque ya tienen algo seguro...

Después de esa etapa llegó otra... tenía que salir de aquella situación como fuera... estaba dispuesto a acostarme con la Virgen Maria con tal que me sacara de aquello.

Un día llamando por teléfono a mi tía, debido a la fibra óptica que hay en Cuba, mi llamada se cruzó con la de una mujer... le digo: Disculpe, pero al parecer se cruzó la llamada... a lo que ella contestó: No importa mi amor... papito... tienes una voz muy linda!

La verdad que una cosa que yo no he perdido ni en mis peores momentos, es el rifle que tengo. Le dije: aguanta ahí... y le disparé. Cayó como una mansa paloma. Quedamos en encontrarnos ese mismo día... Lo único que me repetía una y otra vez que era un bebé para ella... bueno nada, que fui pa allá cuando terminé el trabajo.

Cuando llegué comprendí sus palabras... era una vieja de 60 años. Es una cosa que no le puedo decir que no a una mujer, ya estaba allí y no podía estarle diciendo... mira no me gustas... ni que fuera un maricón.

Efectivamente, la miré con mejores ojos... ya en aquella época me fallaba la vista... pero tenia buenas nalgas, un Jean apretado al cuerpo, era original no como el mío, lo que la hacía ver más dura todavía... unas teticas pequeñas pero paradas... lo único malo era la cara... coño la cara parecía una casa vieja acaba de pintar.

Esa misma noche fuimos para una posada... una que esta en la calle Reina en Centro Habana y que le dicen ¨La tumba del Amor¨ . Durante todo el tiempo que íbamos caminando había una sola cosa que me preocupaba... Coño ahora cuando llegue a la posada todo el mundo va comentar y comentaran entre si... ¡tremendo come vieja!

Ojalá y no hubiera habitación.. Le dije a ella: Mira espérame aquí que vengo ahora... no quería que me vieran con ella... quería entrar a la posada por una esquinita sin que nadie se diera cuenta... cuando llegué al Carpetero... pregunto con desdén: ¿Hay habitación? Me dice el tipo... si... hay... pensé: Me cago en la madre que lo parió... pero casi al mismo tiempo miro para el salón de espera y veo las parejas... muchachos mas jóvenes que yo... con viejas más vieja que la mía... me dije: Na... si yo no tengo de que acomplejarme... me paré en la puerta de la posada y delante de todo el mundo le grite a ella... Mimiiiiiii ven que hay cuarto...

Bueno entramos al cuarto, el suelo lleno de semen, no había dónde colgar la ropa, para cerrar la puerta había una puntilla como la de mi casa como pasador, ya entendía por qué le decían ¨La tumba del Amor¨.

Bueno nos desnudamos y para mi sorpresa, la mujer tenia un buen cuerpo... no tenía ni una arruga, ni una celulitis... la verdad que estaba buena... no es por na... pero me sorprendió, con mis ojos entreabierto y con la luz apagada, podía imaginarme que estaba con Liz Taylor cuando estaba con el camionero.

Pero bueno estuve media hora martillando y ella de maravilla, cuando en el momento de mayor excitación le digo: ¿Mami la quieres en la boca?... ella me gritó que casi se oye en toda la posada ¨A mí me la echas en el bollo carajo¨ Lo primero que me imaginé es que no se la mojaban desde hace años.

Terminamos y ella fue para la ducha, me llama entonces para que le abra la llave de la ducha... que no era una ducha era un tubo que habían partido pegado a la pared y el chorro salía desde un extremo al otro del baño, la mujer se parecía Babe Ruth en las grandes Ligas tratando de capturar el chorro.

Me fui a vestir y mientras me ponía la ropa siento un ruido ensordecedor... Apraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, la vieja se ha tirao un clase de peo... peor que el viejo mio... me dije: Cojones la vieja esta está chocha pal carajo... como se va a tirar un peo delante de mí... Le ronca los cojones... que bajo he caído coño. Ese fue el último día y único que la vi.

Después de eso, conocí a otra mujer, muy parecida a mi esposa... terriblemente parecida... tetona, pelo largo, cara bonita... sin mucho culo, porque habitualmente no tengo suerte con las culonas, siempre son tetonas. Y el mismo día que la conocí me acosté con ella... todo de maravilla, aquello... aquello fue la verdad muy bueno...

Pero hubo una cosa que me entristeció a punto de llorar, desnuda en la noche, todo era mi primera esposa... pero no su olor... su olor característico... el que tiene cada mujer y que uno se acostumbra a el y que no olvida... es un olor... sin jabón, sin perfume, nada artificial... el olor propio de su piel y que es único. A mí me gusta oler a las mujeres... decirles... espera déjame olerte... olerle el cuello, los brazos, la espalda... para que se me quede el olor para siempre.

Después cuando me casé con mi segunda esposa, ella quiso volver... pero era tarde... ya la había olvidado o al menos... ya me había curado... estuve de nuevo con ella varias veces, pero después se apagó definitivamente.

Después vinieron otros divorcios y muchos más... me dirán analízate... no tengo nada que analizar, viví 5 vidas diferentes... en una sola.

Cuando tenga 70 años y este muriendo, pasarán en fracciones de segundo todas las mujeres que tuve, incluso la mujer de ¨La tumba del amor¨... que la traté como si tuviera 15 años... todas pasarán por mi mente, con ternura, con amor, me dieron y les di amor del bueno, no por contrato, no por dinero, no envidio a los que esperan tener dinero, para tener mujeres... las tuve a cambio de nada.


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