POR
MARIO J TORRES
Desde hace décadas, Fidel Castro ha venido tratando
de exportar el comunismo a América para crear un
nuevo campo socialista en este hemisferio. Como ejemplos
se pueden citar a Nicaragua, Chile, Bolivia, Guatemala
y la República Dominicana entre los menos secretos.
De todos es sabido que sus intentos fueron fallidos pero
las malas democracias, la corrupción, los pésimos
gobiernos, la injusticia y el anti-americanismo traen
reacciones en los cansados pueblos que los hacen buscar
ciegamente cambios en extremos opuestos sin importarles
o analizar en ese momento que pudieran pasar de mal a
peor o que detrás de las promesas de regímenes
aparentemente justos, ideales o perfectos se escondan
tragedias mayores.
Con la desaparición de los paises comunistas de
Europa del Este parecía que el maligno tumor que
representa el socialismo, atrayente en teoría,
pero hasta ahora caótico y devastador en la práctica,
se había hundido con estos pero este germen, como
mal no extirpado de raíz, en vez de desaparecer,
permaneció oculto como virus latente en estadío
de mutación a formas más engañosas
y por ende más peligrosas que ahora se han trasladado
en tiempo y espacio y de manera espontánea con
otros nombres, lenguajes y caras a las mismas latitudes
donde el genio del mal cubano las quería llevar
a la fuerza años atrás.
Los sueños del "Comandante en Jefe" de
revivir este funesto zombie se han acercado algo a la
realidad con la institución de los gobiernos izquierdistas
de Uruguay cuyo nuevo presidente lo primero que hizo fue
reestablecer relaciones con Cuba, de Lula da Silva en
Brasil, de Kirchner en Argentina y del colaborador actual
más cercano a Castro, Hugo Chávez, el exponente
más peligroso de este deseo de resurrección
y expansión comunista, esta vez disfrazada en un
canto de sirenas de falsa democracia con la esperanza
de incorporación de otros muertos vivos como entre
otros el Frente Sandinista de Nicaragua y distintos partidos,
guerrillas, terroristas, movimientos o tendencias que
busquen cambios en general pero que sean elementos moldeables
y de fácil captación por estos cultivadores
de tan letal bacteria.
Esta epidemia disfrazada de justicia, en el fondo lo que
busca es una hegemonía y un orden mundial al estilo
soviético que arrincone y aplaste a los norteamericanos
pero nunca para el bien de las masas, sino para su represión,
hostigamiento y esclavitud como han estado los cubanos
por más de 45 años.
¿Que tal caería en el siglo XXI el nuevo
"campo socialista" de América Latina
o una "Unión de Repúblicas Socialistas
HispanoAmericanas" al doblar de la esquina de los
aparentemente indiferentes norteamericanos? ¿ Sería
un retroceso de la historia o es que ésta nos tiene
reservado que también los Estados Unidos pudieran
enfermarse de este virus?