"¿Qué
tendrá Cuba que todos los europeos sueñan
con viajar y conocer la Isla?", me preguntaba
hace unos días una ingenua señora de
edad de ciudadanía española. La respuesta
es simple: más allá del bonito clima,
de las bellas playas, de la naturaleza tropical de
ensueño, de su gente alegre que hace
un chiste de todo y se ríe de su propia desgracia,
el secreto radica en la atracción que supone
para miles de europeos el viajar a Cuba en busca de
sexo barato, discreto y hasta con menores de edad,
todo bajo el consentimiento del propio gobierno cubano,
que para los medios de prensa persigue a las jineteras
pero que luego se hace el de la vista gorda.
Todo
hombre que viaja a Cuba, regresa a Europa hablando
maravillas, pero curiosamente casi todo el tema de
conversación gira en torno a la belleza de
la mujer cubana, a su "generosidad", a su
desparpajo, a como caminan por las calles de la Isla
con escasa vestimenta y así una larga lista
de "elogios" y piropos al sexo femenino
que reside en la Isla.
Aquí
en España, por ejemplo, muchísimos españoles
viajan con el único propósito de "ligar"
con una cubanita y hay quien hasta se atreve a decir
que no es culpa del gobierno ni de la situación
que atraviesa el país, sino que "los cubanos
son así de abiertos y promiscuos, son muy liberales
y se acuestan hasta con el Diablo".
También
muchos cubanos residentes en el exterior viajan a
la Isla con el mismo objetivo, ya no son pobres, ahora
regresan a la Isla con dinero y pueden darse ese tipo
de "lujos".
Alguien
podrá decir, y de hecho es la defensa de muchos,
que la prostitución se da en todos lados, que
Latinoamérica entera está plagada de
esta lacra, que en los países ricos no está
tampoco ausente,etc...nadie lo niega, este "oficio"
ha estado presente siempre desde que la humanidad
existe, pero las motivaciones que empujan a una persona,
ya sea mujer u hombre a prostituise, en Cuba son muy
diferentes.
Si
antes la prostituta vivía en barrios apartados
del centro de las ciudades, mantenía su distancia
de las familias normales y viceversa y representaba
un reducido grupo de la población, ahora en
Cuba, me atrevería a afirmar que en casi todos
los barrios y cuadras de una punta a otra del país
existe al menos una jinetera o un jinetero. Para nadie
es ajeno el tema, el que no lo vive en su barrio,
tiene alguna compañera de trabajo,hermano/a
o prima o tía que ejerce la "profesión".
De una u otra manera en Cuba todos hemos visto o vivido
muy de cerca este fenómeno.
Con
el triunfo de la revolución, la mujer cubana
se "liberó", se aplaudió que
la mujer viviera su vida e hiciera lo que le diera
la gana y así surgió la mujer obrera,
la mujer constructora, la mujer federada, la mujer
nueva, la mujer alfabetizadora..... y hay muchas historias
que documentan cómo miles de jovencitas cubanas
salieron a alfabetizar a los campos y pueblos del
país con cortísima edad y cómo
una buena parte de ellas terminaron de amantes de
barbudos, coroneles y pejes de la nueva nomenclatura
cubana. Muchísimos militares cubanos han tenido
y tienen queridas, amantes o segundas esposas en diversos
puntos de la geografía cubana. A estas mujeres
no se les dice prostitutas, sino "mantenidas",
viven solas o con los hijos, pero maridos no tienen
a no ser aquel militar que cada cierto tiempo las
visita y les trae cajas de comida y cosas para la
casa. El término puede variar pero al final
es la misma prostitución de siempre.
A
medida que la situación económica y
política de Cuba ha ido empeorando en estos
ya 15 años de Período Especial que no
parece tener fin, ha aumentado el número de
prostitutas. Si en 1994 muchas niñas en edad
de bachiller (preuniversitario), se prostituían
por un vaquero (jean o nevado) o por una bicicleta
montañesa, ahora el principal objetivo es "embrujar"
al extranjero, atarlo de alguna manera incluso hasta
con un embarazo para lograr que el señor europeo
se decida a casarse y luego sacarlas del país.
En
España el fenónemo es bastante conocido
incluso en la propia televisión española
con casos como los de Dinio, Toni Hernández,
Nilo Manrique y otros que se han casado con mujeres
españolas de fama o dinero y que en la mayoría
de los casos le doblan en edad y que hoy día
gozan de buena vida y entran y salen de Cuba con total
naturalidad. Más cercano a la realidad no televisiva,
en cada ciudad, pueblo y hasta aldea epañola
abundan las cubanas y cubanos casados con españoles,
muchas veces jóvenes que en buena parte y cuando
se encuentran en confianza y lejos de sus parejas
confiesan su relación por pura conveniencia
y "hasta que le den los papeles" (la residencia),
porque lamentablemente, en la mayoría de los
casos no hay ni amor ni respeto, simplemente interés
en quedarse en España y más o menos
vivir bien, tener cosas materiales y una vida "digna",
aunque ello implique tener que "aguantar a ese
viejo" o "acostarse con esa tipa".
No son inventos, más de una vez he escuchado
comentarios de este tipo de boca de cubanos frustrados
con su propia realidad.
El
jineterismo en Cuba ya no es solo cosa de mujeres,
también muchos jóvenes y hombres pasados
de los 30 años se prostituyen con el mismo
objetivo: tener una buena vida y en el mejor de los
casos salir del país gracias a matrimonios
con extranjeras. Si tener novia extranjera es un lujo
porque manda cosas, dinero y cuando va a Cuba te lleva
a los mejores sitios que normalmente son exclusivos
para la gente que maneja dinero, casarte con una,
sin importar que edad tenga (en muchos casos son mujeres
pasadas de los 40 y no muy agraciadas físicamente)
es ya sacarse la lotería, es un pasaporte seguro
a la emigración, simplemente "has tenido
tremenda suerte".
Muchas
mujeres que en sus países no son apreciadas
ya sea por su edad o físico, pero que tienen
dinero, viajan anualmente a Cuba en busca del amor
de algún cubano desesperado y todas regresan
siempre muy satisfechas. La mayoría de estas
relaciones carecen de amor, pero eso a nadie importa,
para el cubano que logra hacerse pareja de una extranjera
es todo un acontecimiento tanto en su familia como
en su barrio y centro de trabajo. Y eso se nota cuando
el hombre empieza a vestirse mejor, cuando a su casa
entra y sale gente, llegan paquetes, regalos...pasas
de no ser nadie a ser alguien muy importante porque
lamentablemente en la Cuba de hoy ser jinetero o jinetera
no es nada malo ni amoral, todo lo contrario. La causa
está en la pobreza del alma del pueblo, en
la pérdida de valores, en el vago sentido de
la moral y la integridad humana. Lo que antes estaba
mal visto ahora es "justificable" y "comprensible".
Finalmente
el negocio ha pasado al internet, el cubano ingenioso
se las arregla, para a pesar de tener acceso restringido
desde la Isla, anunciarse en la web, unas veces indirectamente
"buscando amigas" y otras descaradamente
anunciándose en páginas matrimoniales,
pongo solo un ejemplo, que no es más que la
punta del iceberg y es la página electrónica
que aparece en la foto donde he llegado a contabilizar
más de 3500 hombres y más de 5000 mujeres
cubanos todos, de edades comprendidas entre los 15
y 60 años que suelen anunciarse como divorciados,
serios, sencillos, trabajadores y humildes que buscan
el amor de su vida, curiosamente no entre propios
cubanos que sería lo natural, sino única
y exclusivamente con extranjeros. Hay quienes hasta
ponen "cubanos favor no contactarme, solo extranjeros".
A medida que algunos vía esta página
web han logrado su sueño: cazar a un extranjero,
el número de cubanos registrados en este portal
aumenta cada mes.
Existen
además otras páginas en internet con
el mismo fin y hasta páginas directamente pornográficas
donde se anuncian con fotos y datos a jóvenes
habaneras totalmente desnudas. Si el interesado quiere
contactar con una de ellas, debe pagar entre 5 y 10
$ por obtener la dirección postal, o sea ya
el "negocio" del jineterismo ha llegado
también a la tecnología.
Para quienes dudan de esto pueden conectarse a internet
y buscar, hay cientos de páginas donde miles
de cubanos anuncian "sus servicios".
Mientras
esto persista, Cuba seguirá enfermando su alma
como nación. Nadie puede decir que esto es
normal ni justificable. Lo normal es que la gente
tenga una vida digna, decorosa, que pueda vivir de
un trabajo honrado y de su sudor y no como parásitos
o engañando. Aunque en Cuba el gobierno no
garantiza una vida así, muchas familias de
bien prefieren seguir viviendo en la pobreza antes
que caer en la prostitución, es solo cuestión
de principios: entrar por la puerta ancha o por la
estrecha, ya sabemos a qué nos lleva cada una.
Al final e independientemente de las necesidades y
motivos que pueda tener cada cubano para "jinetear",
la prostitución seguirá siendo una lacra
social, una decisión personal y una cuestión
de conciencia. |