Por
César L. Alarcón.
Han
pasado cuarenta y seis dolorosos años desde que se instauró
en nuestra patria una de las más crueles dictaduras conocidas
por el hombre.
Nuestra
dictadura fue preconcebida con el modelo comunista como guía
y a sabiendas de las garantías ilimitadas de poder que
dan esos sistemas. De manera sutil se inició ganando día
a día más espacios entre los incautos. Como toda
dictadura promocionó las campañas de descrédito
de sus opositores políticos, inventando a su vez el necesario
“Enemigo Común.” Tergiversó los valores sociales
y anuló los legales, usando de forma repetida la mágica
frase: “En Nombre y para el Bienestar del Pueblo.”
Apoyados
en el “Enemigo Común” y luchando por el “Bienestar y En
Nombre del Pueblo” terminó de tejer su macabra telaraña
de control absoluto.
Sin
medios privados de comunicación, sin armas en manos del
pueblo, sin compañías extranjeras auto controladas
y con potencial económico propio, sin nacionales con capacidad
de creación de capital económico, Un único
Partido y controlado verticalmente.
En
su primera etapa desarticuló toda posible oposición
con cientos de sumarios e injustificados fusilamientos, encarcelamientos,
exilio, los mismos que hasta la fecha se mantienen. Forzó
y facilitó una masiva emigración de los desafectos
terminando con la obra maestra de sembrar la división en
la más sagrada de las obras de dios “La familia.”
Hoy
nuestros hermanos en la isla viven en un mundo irreal, un mundo
conocido como la isla del pasado, donde el surrealismo es la realidad
cotidiana, donde el sexo, los abortos, la promiscuidad y el alcohol,
todos mezclados y promovidos eficientemente por el mismo sistema
han ido anulando las esperanzas de los propios padres de encontrarles
un futuro mejor a sus hijos. Donde el conformismo, el escepticismo
y la indiferencia asociadamente se esconden bajo falsas ilusiones
y crean amorales conductas, entonces encontramos justificación
para lo que sabemos injustificable y como carneros seguimos en
marcha y con banderitas en mano a los falsos Mesías del
actual gobierno.
Aún
después de cuarenta y seis años nos encontramos
divorciados de nuestros hermanos cubanos por una irrompible hasta
el momento barrera de desinformación, una barrera impuesta
premeditadamente y a la fuerza, una barrera que no permite llegar
la ola de información y conocimiento que requiere cualquier
hombre para acceder la verdad, para tener por ende el criterio
suficiente y decidir su forma de vivir, una barrera que impide
que los propios pocos opositores encuentren en el mensaje intrínseco
de la libre información el camino democrático y
la inexcusable necesidad de unión para alcanzar la anhelada
Libertad.
Nuestro
exilio, un exilio persistente, fuerte, triunfador le ha demostrado
al mundo y a nuestros propios hermanos en la isla, hasta donde
somos capaces cuando disfrutamos de oportunidades y de libertad.
No
obstante en este forzado exilio de la misma manera surrealista
llevamos los mismos cuarenta y seis años cantando y gritando:
“La próxima navidad en Nuestra Habana.” Oh, Oh, realmente
que ilusos y presumidos somos los cubanos que nos auto celebramos
y nos auto creemos que la próxima será en la Habana
y hasta tenemos maletas empacadas y listas para el viaje.
Cuarenta
y seis años, “Diez Presidentes” que han pasado desde Dwight
D. Eisenhower hasta George W. Bush obteniendo sencillamente nuestro
voto a cambio del ya clásico “Yo les prometo que el pueblo
de Cuba pronto será Libre” (Aplausos, hurra, viva...) y
entre nosotros mismos: ¡Lo oíste, lo oíste
chico, ahora si que se acabo, con este nuevo Presidente ya Fidel
se J.... !
Y
en este triste e iluso ir y venir llevamos matemáticamente
hablando cuarenta y seis años.
Siempre
me ha gustado asociar los hechos y resultados de la vida real
al campo de los números, a la ciencia exacta. Si nos basamos
en ella podemos decir sin temor a dudas: "el partido de fútbol
se mantiene una a cero a favor de la dictadura". Mantienen
el control absoluto del país, conservan intacto su aparato
represivo y salvo muy raras y contadísimas ocasiones han
tenido que usar la fuerza bruta para reprimir a manifestantes
y desafiar algún tipo de desobediencia civil, escenario
que ante la opinión pública, colocaría a
la dictadura en peligrosa situación e iniciaría
internamente el detonador necesario para un cambio verdadero.
Por otro lado al momento no hay muestras de resquebrajamiento
en el “aparatus” interno.
El
miedo sembrado por sus cuerpos represivos y de espías mantiene
a la población como si estuviera embrujada, sólo
encuentra camino y esperanza en la fuga del infierno.
Algunos de nuestros periódicos, programas de radio y televisión
en el exilio nos dan una falsa y desproporcionada magnitud de
la realidad en Cuba, dándole un crédito exagerado
y desvirtuado de la realidad a los hechos generados por nuestra
valiente oposición en la isla, esto crea y siembra una
incierta expectativa en nuestra sufrida comunidad pues cree que
la oposición es inmensa y ya tiene la batalla casi ganada,
cuando en realidad es mínima y sus valerosos actos pasan
inadvertidos para la gran mayoría de la población
debido al control interno absoluto de la información. Al
no darse un panorama real, se desvirtúan los esfuerzos
y estrategias de lucha necesarios.
Hermanos
cubanos, la realidad concreta y sin engaños es que no hemos
comenzado a ganar la batalla, nuestros hermanos en la isla están
desposeídos de todo, necesitan que cada uno de nosotros
sin miedo y sin temor le digamos la verdad. Deben tomar las calles
y exigir sus derechos, pues nadie lo va ha hacer por ellos, o
enfrentan la realidad ellos mismos o la actual dictadura continuará
en el poder por siempre. Ya los tiburones del poder olfatearon
nuestro miedo y probaron carne y sangre cubana, no se detendrán
si no se lo impedimos.
Hago
público mi temor que una sucesión en camino se está
tramando tras bambalinas, una sucesión que garantizará
que los ciudadanos de a pie continuarán siendo ciudadanos
de a pie y continuarán de por vida y hasta que puedan dependiendo
de las remesas familiares de sus parientes en el exilio, una sucesión
que garantizará como ya es una realidad que los hijos de
los dirigentes y los allegados a su pequeño circulo continúen
disfrutando y manteniendo el control absoluto en la isla.
Hago
público y denuncio que Europa, América Latina y
los mismos Estados Unidos en el momento critico y oportuno le
darán la espalda a la causa cubana y se establecerá
un sistema como el de China y Rusia en Cuba.
Sólo
pondré un par de ejemplos de posiciones que muestran hacia
donde se dirige nuestro futuro con respecto al ámbito internacional:
Estados
Unidos:
-
Radio y TV. Martí se sabe y hemos informado que apenas
se escucha una y la otra no se ve en Cuba, el famoso “Commando
Solo”, que se supone vuele a diario rompiendo el bloqueo informativo
sencillamente no lo hace.
-
Estados Unidos comercia por entre 500 y 600 millones de dólares
al año y esta tendencia va en aumento; hay grandes presiones
por parte de muchos Estados de la Unión y dentro del mismo
Congreso y Senado, por ende hay probabilidades de que el no comercio
abierto bilateralmente (Embargo) se suspenda, abriendo las deseadas
líneas de crédito de los bancos norteamericanos
a Castro y/o sus sucesores.
-
Ya comenzaron y de forma legal las autorizaciones para que estudiantes
cubanos autorizados por el régimen viajen a estudiar a
Estados Unidos o Viceversa, (Aclaremos que la actual dictadura
controla al cien por ciento quienes entran y salen del país,
cualquier otra información al respecto es incierta y tergiversada).
Europa:
- Ya está dando los pasos necesarios para un borrón
y cuenta nueva con la dictadura y levantarle las sanciones, según
declaraciones de algunos de sus Ministros de Relaciones Exteriores
y Moratinos en particular ya todo está resuelto en Cuba
y la oposición es permitida abiertamente por el actual
gobierno. Sin embargo nuestros presos políticos siguen
presos y nuestro pueblo sigue esclavo, ellos no lo han notado.
América
Latina:
-
Según la mayoría de los gobiernos latinoamericanos
en Cuba no hay problemas, y tanto Venezuela como algunos otros
lejos de disminuir sus relaciones e intercambios comerciales van
en aumento.
Hermanos,
el problema cubano es de “Los cubanos” y sólo “Los cubanos”
lo resolveremos. Los derechos no se reclaman se toman, exijamos
nuestros derechos, tomemos las calles pacíficamente pero
con desobediencia civil, mientras no surjan líderes que
apoyen incondicionalmente esta vía, continuaremos hasta
siempre.
Hermanos
cubanos, con palabras y panfletos afuera no ganaremos la batalla,
la batalla y los panfletos hay que llevarlos a cada casa en Cuba,
a cada joven, a cada padre, cuando le enviemos una carta a nuestros
familiares y amigos expliquémosles que Cuba no puede seguir
viviendo del exilio y de exiliarse, que no asistan a las marchas,
que hagan huelgas de brazos caídos, que le pregunten a
los policías, militares, vecinos y familiares, ¿Qué
será de ti si esto cambia mañana? demuéstrenle
a esos militares y vecinos que ellos no llevan beneficio ni dejan
beneficios para sus descendientes, los beneficios están
sólo en el circulo cerrado y reducido del poder.
Hermanos
del exilio, la misión primera es romper la barrera de la
desinformación, TV Martí no se ve en Cuba, Radio
Martí apenas se escucha, no esperemos más por promesas
seamos cada uno de nosotros un portador de verdad, honor y vergüenza,
hagámonos nosotros mismos y frente a nuestra conciencia
la siguiente pregunta: ¿Qué quiero yo realmente
para mi patria y para mi familia? De seguro encontrarán
la respuesta.
El
exilio debe despertar y en bloque sólido pedirle al gobierno
de los Estados Unidos* hasta el momento nuestro mejor aliado,
que necesitamos como primera y decisiva medida, “Romper el Bloqueo
de la dictadura a la Información” destinar todo el dinero
que nos dan a esa tarea. Apoyar a los líderes civilistas
en Cuba, a los líderes que tomen y enfrenten a la dictadura
en las calles.
No
necesitamos que nuestros impuestos y nuestras recaudaciones vayan
a parar a manos de quienes con buena o con mala intención
nos brindan documentos que no plantean ninguna línea abierta
y clara de enfrentamiento a la dictadura. Ya todos sabemos que
es una dictadura, ya todos sabemos que su constitución
no sirve, ya todos sabemos y desde hace cuarenta y seis años
que los derechos humanos se violan a diario, para que continuar
diciéndonoslo, necesitamos acción concreta:
Desobediencia
Civil.
Nuestros
hermanos en la isla deben de recibir todo nuestro apoyo, pero
aquellos que se deciden a enfrentar abiertamente a la dictadura
y planteen estrategias de lucha que conduzcan a un final democrático.
Para tomar nuestro dinero y jugar al ratón y al gato mejor
que les pague la propia dictadura.
*Las
administraciones norteamericanas no son elegidas por el pueblo
norteamericano para resolver el problema cubano, el gobierno norteamericano
tiene problemas domésticos y problemas internacionales
que resolver, Cuba y su problemática es tan sólo
una de ellas, si nosotros los cubanos en bloque sólido
No
sabemos qué política concreta plantearle, como ha
sido hasta el momento, sencillamente seguiremos por otros cuarenta
y seis años como ahora, sin una política oficial
concreta hacia Cuba, El gobierno estadounidense continuará
diciéndonos que no hay comercio, pero comerciando, diciendo
que estamos enviando información de Radio y TV. Martí
aunque casi no se oiga y no se vea, diciéndonos que tenemos
la Ley Helms-Burton, aunque no surta efectos y cada seis meses,
no importa que presidente demócrata o republicano firme
su rechazo al capitulo tercero que ahogaría totalmente
a la dictadura y a sus secuaces los inescrupulosos comerciantes
que ponen el dinero por delante de los Derechos Humanos.
Los
cubanos siempre hemos recibido por parte de esta gran Nación
en mayor o menor medida su respaldo y lo agradecemos, damos gracia
por el refugio a nuestro gran exilio, por eso defendemos y queremos
a esta gran país, consideramos que es un gran ejemplo a
seguir por otras naciones, pero independientemente de eso debemos
separar y obligarnos a encaminar nuestras energías para
lograr que se plantee una política sólida y bipartidista
para apoyar la ruta hacia la democracia en nuestra patria.
Nota
del autor: El autor reconoce altamente el valor de nuestro gran
exilio, nuestro presidio político y nuestra valerosa oposición.
El autor basado en encuestas personales y públicas tiene
la intención de brindarle otro punto de vista y perspectiva
a los lectores sobre una realidad que nos afecta a todos y que
todos podemos contribuir a cambiar con un esfuerzo bien intencionado
y encaminado. Muchas gracias.
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