WILFREDO
CANCIO ISLA
Después de desandar los pasillos del Congreso y comparecer
en espacios estelares de televisión defendiendo el derecho
de viajar a Cuba, el sargento Carlos Lazo decidió venir
a Miami para convencer a sus compatriotas de que la restricción
de visitas familiares sólo favorece a ``la fortaleza sitiada
de Fidel Castro''.
''La
gente que va de visita y les habla allí a amigos y antiguos
vecinos del barrio sobre lo que es democracia, libertad de expresión
y otros mil temas, son los mejores embajadores para los cambios
en Cuba'', afirmó ayer Lazo en conversación con
El Nuevo Herald. ``Lo contrario es dejarle ese espacio al discurso
de Castro y a las mentiras del [periódico] Granma''.
Lazo,
de 40 años, galardonado con la medalla Estrella de Bronce
por su actitud heroica en la batalla de Fallujah, viajará
hoy desde su residencia en Seattle, en el estado de Washington,
para comparecer ante el programa A mano limpia, del canal 41-AmericaTeVé.
Su caso tomó notoriedad nacional luego que, a su retorno
de la guerra de Iraq, se ha visto impedido de visitar a sus hijos
Carlos Manuel, de 19 años, y Carlos Rafael, de 16, ambos
residentes en La Habana.
''Quiero
dejarle saber todas mis razones a la comunidad de Miami'', explicó
Lazo, quien abandonó la isla en balsa en 1992 y fue rescatado
a seis millas de Cayo Hueso. ``Queremos cambios democráticos
en Cuba, pero no a cuenta de sacrificar la familia que queda en
el medio de este conflicto''.
Lazo
se quejó de que funcionarios de la Oficina de Intereses
de Estados Unidos en La Habana (USINT) se comunicaron esta semana
con sus hijos para citarlos a la sede diplomática y considerar
el otorgamiento de visas de visitantes.
''Esto
se ha hecho a mis espaldas, en contra de una decisión familiar
que habíamos discutido'', relató Lazo. ``Por diversas
razones, ellos [los hijos] no pueden venir ahora''.
De
acuerdo con Lazo, el jefe del Buró de Asuntos Cubanos en
el Departamento de Estado, Kevin Whitaker, lo llamó días
atrás para ofrecerle que sus hijos pudieran reunirse con
él en EEUU. El menor, Carlos Rafael, estuvo hospitalizado
por diez días con una infección bacteriana y actualmente
se restablece en el hogar.
''No
quise cerrar esa posibilidad para el futuro, pero les dije que
ahora no era el momento'', contó Lazo. ``Los funcionarios
de la USINT han actuado sin contar conmigo''.
Anoche
un alto funcionario del Departamento de Estado confirmó
que en virtud de su situación personal, Lazo fue contactado
para sugerirle que arreglara una cita para sus hijos en la USINT
con el propósito de considerar sus visas.
''Fue
una sugerencia sin ninguna garantía de que las visas serían
otorgadas'', explicó el funcionario que pidió anonimato.
``El indicó la preferencia de que el encuentro familiar
fuera en Cuba''.
Lazo
elevó una petición a la Casa Blanca para obtener
un permiso excepcional por razones humanitarias y poder viajar
a la isla. De lo contrario, no podrá hacerlo hasta abril
del 2006, tres años después de la anterior visita.
''Pero
estoy pesimista'', aseveró Lazo. Según le informaron
fuentes congresionales, la petición está hace una
semana en el despacho de Condoleezza Rice.
El
funcionario consultado por El Nuevo Herald insistió en
que ``el criterio de la administración es no hacer excepciones''.
''Dudo
que se haga una excepción en su caso'', agregó la
fuente. ``¿Dónde quedaría entonces la línea
para negar otras peticiones?''
Lazo
considera que la política de restricciones ''refuerza al
régimen totalitario'', y añade ``el desastre de
la incomunicación familiar al desastre que ya los cubanos
tienen que padecer allí''.
En
Cuba, Lazo cumplió un año de cárcel por intento
de salida ilegal en 1988, lo que le impidió continuar sus
estudios universitarios. Tras conseguir llegar a EEUU en 1992,
vivió en Hialeah por seis años antes de radicarse
en Seattle.
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