Por
Richard Ammon
Cualquier lectura para turistas interesados en la vida gay de
La Habana recomienda cuatro tópicos principales:
1-
Sea testigo o a participe en la atmósfera de ligue que
hay en frente al cine Yara en el Vedado.
2-
Asista a las llamadas "fiestas de 10 dolares" (especie
de discotecas clandestinas) que pueden ocurrir en cualquier momento
y a cualquier hora.
3-
Escuche a los gays y lesbianas quejarse de la represión
política.
4-
Observe a su alrededor la pobreza deprimente que conduce a la
prostitución.
Estos
factores pueden estar presentes en el ámbito general de
los homosexuales en la Cuba de hoy, pero creo que sólo
representan una porción de las experiencias diarias que
han de vivir los gays y lesbianas cubanos.
Durante mi visita a Cuba, también conocí a "tiburones
sensuales" afuera del cine Yara, ofreciendo "leche para
preparar un chocolate" -como dicen muchos de ellos con una
tentadora y pícara sonrisa en los labios-. Pero esto no
sólo sucede en esa zona. Al anochecer, también puede
encontrar una escena similar en el Parque Central en La Habana
Vieja, rodeado por muchos hoteles turísticos.
Aunque no me decidí a ir a una de las "fiestas de
10 dolares", porque me advirtieron que la policía
suele hacer redadadas en los sitios donde se celebran, otro colega
periodista, que también se hallaba en La Habana en esa
temporada, sí pudo participar en una y me la describió
de esta manera:
"Varios taxis especiales se agrupan en la esquina del cine
Yara. Todos los choferes saben donde está el lugar 'secreto'
de la fiesta gay. Pero montarse en uno de esos taxi no es algo
simple. Unos amigos tuvieron que hablar con los taxistas y se
pusieron de acuerdo para esquivar a la policía. Para alquilar
uno, tuvimos que caminar hacia una oscura calle transversal y
allí abordamos el auto".
"El
taxi echó a andar y súbitamente, en una intersección,
apareció un auto patrullero. Dos policías obligaron
al taxista a descender del coche, le pidieron identificación
y lo interrogaron por unos minutos. Era obvio que sabían
que se dirigía a la "fiesta secreta" y nos dejaron
continuar viaje.
La
fiesta se celebraba en un patio entre varias casas. Había
cientos de turistas y cubanos bailando música americana
y latina, desde Britney Spears hasta Willy Chirino. Algunos hombres
usaban bandas en la cabeza con la bandera norteamericana. Según
mi amigo Fernando, lo podrían arrestar por llevar dicha
banda. Intrigado, le pregunté a Magdalena, una amiga, que
por qué la gente que vivía en los alrededores no
llamaba a la policía para quejarse del ruido, y ella me
respondió: si te pago, tú no hablas".
Una comunidad discreta
Pero estas cacerías nocturnas no constituyen la vida gay
en La Habana. Según mis observaciones y entrevistas, el
grueso de la vida homosexuale en la capital cubana se compone
de personas solteras o emparejadas que visitan los teatros para
ver ballet, piezas teatrales y otros eventos culturales. Por ejemplo,
cuando traté de asistir a una función del Ballet
Nacional de Cuba en el Gran Teatro Nacional, todas las entradas
estaban vendidas y unos nuevos amigos -una pareja gay que lleva
cuatro años de relaciones estables- me "resolvió",
un vocablo típico de los cubanos, un boleto de entrada.
Muchos
de los asistentes a la función se agrupaban afuera del
teatro como si fuera una reunión familiar e intercambiaban
apretones de manos, besos y sonrisas. Eso sí, vi menos
parejas de lesbianas que de gays en el ballet.
Aquí
pude apreciar que los gays que van a las funciones de ballet suelen
pertenecer a una especie de clase media dentro del ambiente homosexual
cubano. Se visten y acicalan con esmero, aunque de manera conservadora,
no glamorosa ni muy elegante, según los patrones de vestuario
europeo. En general son muy risueños, alegres y sociables.
Se mezclan bien con todos los asistentes, incluidos los heterosexuales,
y hacen nuevas amistades con facilidad.
Mis amigos parecían estar bien conectados socialmente,
ya que saludaron y me presentaron a muchas personas que se sorprendían
amablemente al ver un gringo entre ellos. Muy pocos norteamericanos
deciden viajar a Cuba, ya sea legal o ilegalmente, y entre los
homosexuales de Estados Unidos, aún Cuba no se ha convertido
en un centro de interés turístico. Aunque tengo
que reconocer que esta vez me tropecé con más compatriotas
que en otras ocasiones.
Antes de que comenzara la función y durante el intermedio,
me dediqué a observar a los presentes: había gays,
lesbianas y heterosexuales, todos agrupados en pequeños
grupos de amigos. No pude averiguar exactamente cómo es
que esta gente se conoce en medio de sus actividades diarias,
pero pude deducir que los homosexuales valoran las noches como
momentos especiales en los que pueden "salir del armario"
en público sin atraer mucha atención. Pero de algo
sí estoy casi seguro: Los homosexuales en el ballet no
parecen ser iguales a los que merodean la zona del cine Yara a
la caza de turistas.
Más bien, estos parecen ser homosexuales conservadores,
profesionales, dedicados a la amistad, la cultura y a sus parejas.
Entre ellos había muy pocos jóvenes. La mayoría
de los asistentes al ballet estaba compuesta por personas de edad
madura que pueden costearse las entradas para el ballet, así
como el vestuario adecuado y el importe del taxi para llegar al
teatro.
Poco
antes del comienzo de la función, la famosa prima donna
del ballet cubano, Alicia Alonso, se presentó en el
palco presidencial del teatro haciendo discretas reverencias al
público que la recibió con un fervoroso aplauso.
Como la ciudad de La Habana, Alonso es un ser vetusto y muy querido
por los gay cubanos.
MIS
AMIGOS
Mis
anfitriones durante el viaje a La Habana fueron Marcos y Raúl
(estos no son sus verdaderos nombres), que viven en un apartamento
de cuatro ambientes en el octavo piso de un edificio. Desde su
balcón se ve una vista muy agradable de la Habana Vieja.
Sin embargo, me llamó la atención de que las casas
en los alrededores carecen de color. No existen los techos típicos
de tejas rojas que uno espera ver en la arquitectura de influencia
española. En su lugar, los techos son zonas planas dedicadas
al almacenamiento de agua y otros objetos, y también se
usan como tendederas colectivas. El color dominante en La Habana
es el gris.
Dentro del apartamento de Marcos y Raúl, los muebles con
viejos pero están bien barnizados y cuidados. Un antiguo
gabinete de madera en la sala-comedor sirve de marco a un televisor
moderno, un vídeo y un equipo estereofónico de música.
El suelo es de granito, un materia que parece haberse generalizado
en las construcciones de Cuba. Las paredes son claras, adornadas
con unos pocos cuadros y cortinas. En la pequeña cocina
hay una lavadora recién comprada que contrasta con un viejo
refrigerador de fabricación rusa. Los dos dormitorios se
comunican con la sala-comedor. En ambos
hay camas cameras y grandes escaparates. Aunque modesto, su propiedad
se veía más limpia y mejor amueblada que el resto
de los apartamentos que he visitado en La Habana. Incluso, mis
amigos tienen vajillas de porcelana, vasos y cubiertos. Recuerdo
que en una ocasión visité una casa en la que me
dieron agua en una lata de cerveza improvisada como vaso.
Marcos
y Raúl no pagan alquiler. El apartamento fue asignado a
Raúl antes de que conociera a Marcos. Al principio, el
lugar era un desastre, pues no tenía agua corriente y había
mucha destrucción. Sin embargo, Raúl no tenía
dinero para arreglarlo,
pues gana el equivalente a 12 dólares trabajando en una
oficina. Pero cuando Marcos entró en la vida de Raúl,
el apartamento comenzó a cambiar.
Marcos,
un hombre de carácter enérgico, convenció
a Raúl para convertir la casa en una especie de Bed &
Breakfast, ya que el gobierno permitió en un tiempo que
los locales arrendaran habitaciones a turistas extranjeros que
visitaban la isla caribeña. En tres años, desde
que comenzaron su negocio de alquiler, Marcos y Raúl han
generado más dinero que el que han ganado toda su vida
en sus empleos estatales.
En
la actualidad, Marcos puede dedicarse a su negocio. Claro, el
gobierno les cobra una cuantiosa suma mensual por sus alquileres
en "chavitos" -la nueva moneda convertible que circula
ahora en la isla. Ellos han de pagar esta cantidad todos los meses
aunque no tengan inquilinos.
La
mejor forma de propaganda en la comunidad gay es la de echar a
correr la voz entre los amigos. A través de esta red, Marcos
y Raúl han dado a conocer que su local es amistoso con
los homosexuales, por lo que casi todos sus clientes con gays
o lesbianas. Un amigo norteamericano
puso el anuncio en la Internet diciendo que por 20 dólares
la noche pueden hospedarse en un lugar céntrico y limpio
que admite el estilo de vida homosexual.
En
la actualidad, Marcos y Raúl pueden disfrutar de un televisor
nuevo, de una lavadora, de la membresía de un gimnasio,
así como de entradas para el ballet y otros acontecimientos
culturales que se ofrecen en La Habana. No obstante, tienen que
tener cuidado con sus gastos porque el gobierno puede solicitar
detalles de sus finanzas en cualquier momento.
Notas
del Editor: Históricamente el pueblo
cubano ha sido un pueblo homofóbico, pero nunca
antes como con la mal llamada revolución, se institucionalizó
la homofobia como política estatal e ideológica.
Miles de personas por el solo hecho de ser afeminados
fueron expulsados de las escuelas y los centros de estudios,
miles que fueron marginados y maltratados.
Fueron
estimulados u obligados a salir por el Puente del Mariel,
aproximadamente 20 mil homosexuales, según cifras
de entonces del gobierno castrita.
Sin
embargo, el gobierno castrista durante años obligó
a la población a la doble moral. Esto también
se reflejo en la homosexualidad que para el gobierno era
rezago del capitalismo.
Es
paradójico, que homosexuales que ocupaban altos
cargos en el gobierno, también se prestaron para
esa política homofóbica. Naturalmente se
aceptaban homosexuales en el gobierno… pero eso
si… se podía ser loca... con la condición
de que fueran rojas.
A
continuación presentaremos las fotos de algunos
de los líderes y simpatizantes del gobierno castrista,
que en Cuba, el pueblo… sospecha o asegura su homosexualidad:
El
Ministro de las Fuerzas Armadas, Raúl Castro
El Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular,
Ricardo Alarcón
El Ex Presidente del ICAIC, Alfredo Guevara
El Ex Ministro de Cultura, Armando Hart.
Miembro del gobierno, Melba Hernández
El Difunto General, Senen Casas Regueiro
El Difunto Ex miembro del gobierno, Núñez
Jiménez
La cantante, Sara Gonzáles
El Cantante, Pablo Milanes
El Cantante, Amaury Pérez Vidal
El nombrado Poeta Nacional Nicolás Guillen.
El escritor y presidente del instituto Fernando Ortiz,
Miguel Barnet
Aclaración:
Pedimos disculpa a aquellos homosexuales, miembros del
gobierno que su foto no aparece en esta página,
no queremos que se sientan discriminados, si asi lo desean
deben de enviar por nuestros respectivos correos, una
foto y cargo que ocupa… muchas gracias.
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