Benoît
Hervieu
Despacho Américas
Reporters sans frontières
Por
invitación del rey de España y del gobierno español,
la XV Cumbre de jefes de Estado y de gobierno del continente latinoamericano
se reunirá en Salamanca, los días 14 y 15 de octubre
de 2005. Reporteros sin Fronteras, que asiste al encuentro en
calidad de observador, llama a sus participantes a la vigilancia
y la responsabilidad, a la vista de un balance más bien
grave para la libertad de prensa, en esa parte del globo.
El
año 2005 ha demostrado que la lucha por la libertad de
prensa sigue estando de actualidad en el continente latinoamericano.
Desde el mes de enero han muerto siete periodistas, la mayoría
asesinados, a causa de sus actividades profesionales. En la mayor
parte de los casos, así como en numerosos casos de agresiones
y amenazas, persiste un clima de impunidad. Hay cinco países
que reclaman particularmente nuestra atención.
México
se ha unido a Colombia en las filas de los países de alto
riesgo para la prensa. Una situación que concierne en particular
a los Estados costeros y fronterizos con Estados Unidos, lugar
de confluencia de diversos tráficos. Podemos hablar de
la "primavera negra" de la prensa mexicana, con una
primera semana de abril durante la cual asesinaron a dos periodistas,
y un tercero desapareció. Dolores Guadalupe García
Escamilla, periodista de hechos diversos en la radio Estéreo
91 XHNOE en Nuevo Laredo (Estado de Tamaulipas, Noreste), fue
blanco de disparos el 5 de abril, delante de la emisora. Falleció
once días más tarde. A Raúl Gibb Guerrero,
director del diario local La Opinión, le mataron el 8 de
abril en el Estado de Veracruz. Finalmente, desde el 2 de abril
no se encuentra a Alfredo Jiménez Mota, del diario El Imparcial
en Hermosillo (Estado de Sonora). Estos tres periodistas investigaban
algunos asuntos sensibles, relacionados con el narcotráfico
o la corrupción de las autoridades locales. En el transcurso
de una misión, efectuada en México del 22 al 31
de mayo, Reporteros sin Fronteras pudo medir la tendencia a la
autocensura de los medios de comunicación, como consecuencia
de esos crímenes. A la organización le preocupan
también las consecuencias judiciales de estos homicidios.
Aunque ahora es la Justicia Federal quien se ocupa de los asesinatos
de periodistas, los medios que se facilitan a los investigadores
siguen siendo insuficientes, y el gobierno todavía no ha
creado la fiscalía federal especial que se comprometió
a poner en marcha.
El
año 2005 comenzó trágicamente en Colombia
con el asesinato, el 11 de enero en Cúcuta (Noreste), de
Julio Palacios Sánchez, de Radio Lemas. También
en este caso la investigación está en un punto muerto.
Hernán Echeverri, fotógrafo del bimensual Urabá
Hoy, secuestrado el 22 de enero por las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia (FARC), felizmente fue liberado el 17 de abril. Sin
embargo, este caso es una muestra del poder de hacer daño
que tienen los grupos armados, paramilitares y guerrillas, que
hacen casi imposible en determinadas zonas el ejercicio del oficio
de periodista, como pudo constatar Reporteros sin Fronteras por
sí misma, en los departamentos de Antioquia y del Valle
del Cauca (Oeste). A lo largo del año 2005, las FARC han
saboteado frecuentemente instalaciones audiovisuales. Por otra
parte, las presiones y amenazas de los paramilitares o narcotraficantes
han obligado, desde enero, a siete periodistas a marcharse de
su región. Daniel Coronell, periodista de la revista Semana
y director del informativo televisado "Noticias Uno"
en el Canal Uno de Bogotá, se marchó a Estados Unidos
el 14 de agosto. Reporteros sin Fronteras espera del gobierno
colombiano medidas reales de protección para los periodistas,
que no obstaculicen su actividad, y un proceso equilibrado de
desarme de todos los actores de una guerra civil, que dura ya
más de treinta y cinco años.
En
Perú, ningún asesinato ha enlutado a la prensa en
este año, pero el país ostenta el triste record
de agresiones, amenazas y actos criminales de intimidación
contra periodistas. Reporteros sin Fronteras ha revelado más
de una treintena de casos de violencia física, causada
en ocasiones por funcionarios o responsables políticos.
Así, el 28 de abril, el embajador de Perú en España,
Fernando Olivera Vega, de paso por Lima, golpeó violentamente
a un periodista radiofónico.
La
mejora de la situación de la prensa en Haití tras
la caída de Jean Bertrand Aristide sufrió en 2005
un duro revés con el asesinato, el 14 de julio, de Jacques
Roche, jefe del servicio cultural del diario Le Matin en Puerto
Príncipe. Un mes antes, el 16 de junio, Nancy Roc, de Radio
Métropole, tuvo que abandonar el país tras recibir
amenazas de rapto. El director de la emisora, Richard Widmaier,
había escapado por poco a un secuestro, cinco días
antes. Además. Nunca han sido detenidos ni juzgados los
autores intelectuales de los asesinatos de Jean Dominique, de
Radio Haití Inter, ocurrido en 2000, y Brignol Lindor,
de Radio Echo 2000, en 2001. No ha tenido ninguna consecuencia
la detención de un policía y un secuaz del ex presidente
Aristide por su presunta implicación en la muerte de Ricardo
Ortega, muerto durante una manifestación el 7 de marzo
de 2004, en Puerto Príncipe. Al final de una misión
efectuada en Haití, del 23 al 27 de septiembre pasados,
Reporteros sin Fronteras se ha dirigido a los candidatos a la
presidencia del país, para que el próximo mandato
sea el de la ruptura con la impunidad.
Finalmente,
Reporteros sin Fronteras continúa estando más movilizada
que nunca por la suerte de los periodistas encarcelados en Cuba,
único país del continente americano donde no existe
libertad de prensa. Veintiún periodistas detenidos en la
oleada represiva de la primavera de 2003, y condenados a penas
de 14 a 27 años de cárcel, continúan soportando
unas espantosas condiciones de detención. Otros dos se
han sumado en 2005 a esa larga lista. Alberto Santiago Du Bouchet
Fernández, director de la agencia independiente Habana
Press, fue detenido y condenado a un año de cárcel
el 9 de agosto, por "desobediencia civil". A Oscar Mario
González Pérez, miembro de la agencia Grupo de Trabajo
Decoro, quien desde el mes de julio ha pasado por cuatro comisarías
de La Habana, podrían condenarle a veinte años de
cárcel, en aplicación de la ley 88 de "protección
de la independencia nacional y la economía de Cuba".
Para él, como para los demás periodistas encarcelados
en Cuba por el único motivo de haber querido hacer su trabajo
libremente, Reporteros sin Fronteras reclama la libertad inmediata,
y sin condiciones.
Los
jefes de Estado y de gobierno reunidos en Salamanca no podrán
evitar hablar de la libertad de prensa en la región. Reporteros
sin Fronteras espera la mayor firmeza de los Estados democráticos,
cuya vocación es promover y defender los derechos humanos,
en relación con algunos países que continúan
burlándose de las libertades.
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