1.
¿Cómo era, realmente, la Cuba inmediatamente anterior
a la revolución?
En el orden político, era una corrupta dictadura, repudiada
por la mayor parte de la población. El 10 de marzo de 1952
el general Fulgencio Batista dio un golpe militar y derrocó
al presidente constitucional, Carlos Prío Socarrás.
Ese Gobierno ilegítimo, perpetrador de numerosos crímenes,
duró hasta la madrugada del 1 de enero de 1959, fecha en
que Castro sustituye a Batista y se convierte en el hombre fuerte
de Cuba, hace aproximadamente 47 años.
En el orden económico, en cambio, la situación era
mucho más halagüeña. Desde 1940, el país
vivía un período de crecimiento y se situaba –junto
a Argentina, Chile, Uruguay y Puerto Rico– entre los más
desarrollados de América Latina. El Atlas de Economía
Mundial de Ginsburg, publicado en aquellos años, colocaba
a Cuba en el lugar 22 entre 122 naciones escrutadas. El per cápita
de los cubanos en 1953 era semejante al de Italia.
En el orden social el cuadro tampoco era negativo. Un 80% –altísimo
en la época– de la población estaba alfabetizada,
y los índices sanitarios eran de un país desarrollado.
La mejor prueba de las condiciones de vida en Cuba es que, en
esa época, era un país receptor de inmigrantes
europeos. Españoles y, en menor medida, italianos solían
emigrar a la Isla en busca de un mejor nivel de vida. En 1959
la embajada cubana en Roma tenía archivadas 11.000 solicitudes
de inmigración de otros tantos campesinos y obreros italianos
dispuestos a trasladarse a Cuba.
2. ¿Era un prostíbulo de los estadounidenses?
Ni un prostíbulo ni un garito. En La Habana había
una docena de casinos, y el país tenía un bajísimo
índice de enfermedades
venéreas, lo que demuestra que no podía ser un prostíbulo
de nadie. No obstante, como viejo y activo puerto de mar, la capital
tenía una zona de tolerancia semejante (aunque menor) que
la que hay en Barcelona. El turismo norteamericano, por otra parte,
solía ser familiar. La prostitución, en cambio,
era un fenómeno semejante al de todas las sociedades iberoamericanas.
La mayor parte de los clientes eran los propios cubanos. Curiosamente
–como cuentan corresponsales y viajeros–, es hoy cuando Cuba se
ha convertido en un
gran prostíbulo para extranjeros que participan –como ocurre
en Tailandia– del turismo sexual, aprovechándose de las
infinitas penurias económicas del país.
3. ¿Hasta qué punto controlaba EEUU la economía?
Hasta el 14% de las inversiones, y ese porcentaje se concentraba
en el azúcar, las minas, la comunicación y las finanzas.
Sin embargo, desde los años 30 la influencia del capital
norteamericano era descendiente, en favor del local. En ese período
otros 50
ingenios azucareros pasaron de manos norteamericanas a manos cubanas
–que en 1958 ya poseían los dos tercios–, y la banca privada
nacional llegó a controlar el 61 % del capital. En 1939
apenas era el 23 %.
4. ¿La fuerte oposición norteamericana a
las reformas de la revolución obligó a Castro a
tomar el lado de la URSS y los comunistas?
No es eso lo que Castro dice. Castro suele afirmar –lo hizo frente
a las cámaras de la televisión española–
que él era marxista leninista ya desde que estaba en Sierra
Maestra luchando contra Batista; pero "no lo decía
para no asustar a los cubanos". Según Castro, la hostilidad
norteamericana aceleró un enfrentamiento que era, por demás,
inevitable dentro del contexto de la Guerra Fría.
5. ¿A qué se debe el embargo norteamericano
contra el Gobierno de Castro?
A las confiscaciones sin compensación de las propiedades
estadounidenses ocurridas a principios de los 60, y evaluadas
en unos 1.800 millones de dólares. También, qué
duda cabe, es una medida de carácter político encaminada
a debilitar al régimen de Castro.
6. ¿En qué consiste el embargo?
En esencia, se trata de una orden a las compañías
norteamericanas para que no comercien con Cuba, y a los ciudadanos
de ese país para que no gasten dinero en la Isla. Hay otras
previsiones menos importantes, como la prohibición de tocar
puerto norteamericano, durante seis meses, a cualquier barco que
haya atracado en un puerto cubano.
7. ¿Afecta sustancialmente a Cuba el referido embargo?
No de la manera que popularmente se cree. En realidad, Cuba compra
en el extranjero cualquier producto norteamericano que necesite,
como puede comprobar cualquier turista que visite una diplotienda
o un buen hotel. Usualmente, Cuba compra en Panamá, Venezuela,
Canadá, Colombia o República Dominicana.
Por otra parte, casi todos los países comercian con Cuba
libremente. Sus principales socios comerciales en Occidente son,
precisamente, los mejores aliados de USA: Canadá, España,
Francia, etcétera. No existe un producto que Cuba necesite
que no pueda comprar en el extranjero (si tiene divisas para pagar),
o un producto de exportación que no se abra paso en el
mercado internacional (si tiene buena calidad y precio).
El embargo americano afectó a Cuba en los años 60,
porque toda la maquinaria era de ese origen, pero ya en la década
de los 70 Castro proclamó la total derrota del imperialismo
en materia de embargo. Para 1973 todo el parque industrial y los
vehículos provenían del Este.
8. Si el embargo no afecta a Castro, ¿por qué EEUU
no lo levanta?
Básicamente, porque la comunidad cubanoamericana (3.000.000,
si sumamos exiliados y descendientes), avecindada en el Condado
de Dade (Florida) o en Nueva Jersey, no lo quiere, y ninguno de
los dos grandes partidos –ni demócratas ni republicanos–
están dispuestos a sacrificar el voto cubano.
También lo mantienen por inercia. Es la política
que está ahí desde la época de Eisenhower
y Kennedy, y los dirigentes de la Casa Blanca o del Capitolio
ven más riesgos en modificar la estrategia que en mantenerla.
Por otra parte, Cuba no es una pequeña y desvalida isla
del Caribe. Es casi
tan grande como Austria y Suiza combinadas, y tuvo un ejército
de miles de soldados en África durante más de 35
años.
9. Si no es por el embargo, ¿por qué pasa
hambre Cuba?
Por dos razones. La primera es la desaparición del subsidio
soviético. Los países del Este –especialmente la
URSS– compraban azúcar a la Isla a precios muy altos, y
le vendían petróleo a crédito y a bajo precio.
Incluso le regalaban más de tres millones de toneladas
de crudo al año, petróleo que Cuba podía
reexportar. Ese subsidio se calcula en más de 5.000 millones
de dólares al año, y a lo largo de tres décadas
sobrepasó los 100.000 millones, de acuerdo con la cifra
aportada por la historiadora Irina Zorina, de la Academia de Ciencias
de Rusia.
La segunda razón es el ineficiente sistema de producción,
con el agravante añadido de la dependencia que creaba a
Cuba comerciar con la URSS en condiciones tan ventajosas. Eso
explica que el país importara más de la mitad de
los alimentos que consumía, y que paulatinamente redujera
el volumen de intercambios con Occidente. En 1970, el establecido
entre Cuba y el Este representaba el 60% de todo el comercio de
la Isla. En 1991 ya llegaba al 85%. Al desaparecer la URSS y plantear
Rusia los vínculos económicos a precios de mercado,
Cuba apenas dispone de 1.700 millones de dólares de exportaciones,
mientras tiene que importar del exterior más de 8.000 millones.
Por
otra parte, Cuba –que no paga su deuda externa desde 1986– debe
unos 12.210 millones de dólares en Occidente, y prácticamente
nadie en el mundo le ofrece crédito.
10. No obstante, el Gobierno de Castro reclama grandes
logros en educación y sanidad.
Y son ciertos... hasta un punto. Es verdad que Cuba cuenta con
una extendida red escolar y numerosos centros sanitarios, pero
todo eso no es el resultado de un aumento de la riqueza, sino
del subsidio soviético. El problema ahora consiste en cómo
mantener esa estructura de servicios si el país, con once
millones de habitantes, exporta menos que Costa Rica (3.500.000)
y el 70% del parque industrial está paralizado por falta
de energía eléctrica, piezas de repuesto o insumos.
11. En todo caso, Cuba está mejor que Haití
o que otras naciones del Tercer Mundo.
En efecto. Pero a Cuba hay que compararla con los países
con que se le comparaba en 1958. Por ejemplo, Argentina, Uruguay,
Chile, Puerto Rico, Costa Rica o España. Treinta y cinco
años después de iniciada la revolución, Cuba
está infinitamente peor que cualquiera de ellos. Puerto
Rico, que también es una isla antillana, y que recibió,
como Cuba, un enorme subsidio de una potencia extranjera, con
sólo tres millones de habitantes exporta diez veces lo
que exporta Cuba, y en las últimas tres décadas
ha pasado de ser un país exportador de azúcar a
ser un país industrializado.
12. ¿Hay alguna salida a la crisis económica?
Ninguna... a no ser que se cambie de sistema. Aislada por su modelo
político, sin crédito, terriblemente endeudada,
sin reservas, sin stocks, con graves problemas en las infraestructuras,
la predicción más razonable es que Cuba estará
cada vez peor. Producirá cada vez menos porque tendrá
cada vez
menos recursos para importar insumos con los que poder producir.
13. En estas circunstancias, ¿cómo se mantiene Castro
en el poder?
Porque no hay quien se pueda rebelar. La capacidad represiva del
régimen es enorme. La policía política tiene
cerca de 100.000 agentes. El ejército cuenta con 350.000
soldados. El Partido Comunista y los funcionarios del Gobierno
alcanzan el millón. Hay otras organizaciones paramilitares
que también impiden el desbordamiento popular. Las más
efectivas son los Comités de Defensa de la Revolución
y las Brigadas de Respuesta Rápida, turbas organizadas
por el Partido Comunista que golpean en las calles o en las casas
a quienes se atreven a manifestar públicamente su disidencia.
El Gobierno tiene, además, el monopolio del transporte,
de las comunicaciones, de la información y hasta del suministro
de comida y agua.
14. ¿Hay muchos presos políticos?
Decenas de miles, si incluimos a los que van a la cárcel
por tratar de escapar en bote o a los que compran y venden alimentos
en el mercado negro para poder subsistir. Unos cuantos centenares,
sólo, si nos atenemos a calificar como presos políticos
a quienes han sido condenados por delitos contra la "estabilidad
del Estado". En todo caso, se calcula que el número
de presos –políticos y comunes– asciende a más de
un cuarto de millón. Esa cifra es cuatro veces la que tiene
España, pese a que España tiene cuatro veces la
población de Cuba.
15. ¿Se tortura en las cárceles?
Es lo que aseguran Amnistía Internacional, la Comisión
de Derechos Humanos de la ONU, la OEA y numerosos organismos de
prestigio. Es lo que cuentan las propias víctimas cada
vez que pueden hacerlo. No se tortura con picanas eléctricas,
pero sí con las técnicas aprendidas del KGB. Durante
el periodo de detención es frecuente que a los acusados
no los dejen dormir. Otra tortura consiste en confinarlos en celdas
cubiertas por varios centímetros de agua, mientras un potente
chorro de aire frío mantiene la habitación helada.
El propósito es obligarlos a confesar sin dejarles marcas
en el cuerpo. El centro de detenciones donde más se tortura
es el conocido como “Villa Marista”. Una vez condenados y en la
cárcel, las golpizas son frecuentes. Cuando se les quiere
castigar, no es inusual que se les introduzca en una especie de
ataúd (lo llaman “gaveta”), donde no pueden moverse. Así
los mantienen semanas completas. Como es predecible, el régimen
alimenticio es terriblemente malo, al extremo de que abundan las
enfermedades carenciales (beriberi, pellagra, escorbuto).
16. ¿Es cierta la complicidad del Gobierno de Castro
con el narcotráfico?
Tres libros dan cuenta detallada de esos vínculos: el de
Andrés Oppenheimer Castro's Final Hour (La hora final de
Castro), ganador del Pulitzer en EEUU; La loi des corsaires (La
ley de los corsarios), del ex agente del Ministerio del Interior
de Cuba Jorge Masetti, y El gran engaño, de José
Antonio Friedl. Las conexiones entre el Gobierno de Castro y los
narcotraficantes comenzaron en la década de los 70, y no
se han detenido ni siquiera tras los fusilamientos del general
Arnaldo Ochoa y del coronel Antonio de la Guardia, en 1989.
17. ¿Es cierta la relación del Gobierno
de Castro con grupos terroristas extranjeros?
Castro mismo, durante muchos años, proclamó "el
derecho de la revolución" a participar en las batallas
internacionalistas. De ahí los vínculos con casi
todos los grupos guerrilleros y terroristas que han existido o
existen en Occidente desde la década de los 70. La ETA,
el ELN de Colombia, las Brigadas Rojas de Italia, los tupamaros
uruguayos, los miricos chilenos, etcétera. En el verano
de 1993 Castro se negó a pedir a sus compañeros
colombianos del Ejército de Liberación Nacional
que abandonaran las armas.
En Cuba viven numerosos terroristas latinoamericanos, y algunos
españoles, confundidos con delincuentes internacionales,
como el narcotraficante Robert Vesco. Durante muchos años
todos esos grupos guerrilleros se adiestraron en Cuba, y perpetraron
numerosos delitos junto a los servicios de inteligencia y contrainteligencia
cubanos, especialmente secuestros y asaltos a entidades bancarias
o financieras, que les proporcionaron muchos millones de dólares
(v. La Loi des Corsaires). Sin embargo, la penuria económica
y el fin del proyecto comunista en el mundo han hecho que el castrismo
haya renunciado a la violencia revolucionaria internacionalista,
aunque no a la lealtad personal de los viejos camaradas, que siempre
pueden encontrar en la Isla un refugio a prueba de extradiciones.
18. ¿Qué nivel de popularidad real mantiene
Castro?
Aunque no hay duda de que se trata de un líder carismático,
es difícil que un gobernante mantenga su popularidad tras
casi medio siglo de dictadura y un prolongado declive del modo
de vida de los ciudadanos. Ningún pueblo del mundo mantiene
su apoyo a un Gobierno en esas circunstancias. No obstante, el
grado real de rechazo sólo podrá medirse cuando
haya unas elecciones libres en las que se pueda seleccionar entre
diversas opciones.
19. Pero en Cuba hay una suerte de elecciones, ¿y
no es eso lo que reflejan los resultados?
Son elecciones de partido único y de total intimidación
a la oposición. Cuando algunas personas independientes
trataron de participar como candidatas fueron golpeadas o amenazadas.
Eso les ocurrió –por ejemplo– a los conocidos disidentes
Elizardo Sánchez y Oswaldo Payá. Nadie puede asegurar
cómo, pero parece que el régimen, tras proclamar
numerosas veces entre 1989 y 1992 que "la Isla se hundiría
en el mar antes que abandonar el marxismo leninismo", está
dispuesto a olvidar el modelo comunista y a sustituirlo por una
extraña combinación de capitalismo y comunismo,
en la que los cubanos de la Isla son los únicos que no
pueden convertirse en propietarios.
20. ¿Cómo va a terminar el castrismo?
Eso no se puede predecir con exactitud, porque impredecible siempre
ha sido el dirigente cubano. El castrismo pudo “morir” en 1962,
durante la Crisis de los Misiles, cuando irresponsablemente el
dictador alentó, y casi provoca, una conflagración
nuclear. Personajes que estuvieron muy cercanos a Castro y que
pertenecieron a su guerrilla han alertado de un Castro deseoso
de terminar sus días buscando una provocación con
los Estados Unidos. Castro siempre se ha oído a sí
mismo, y su entorno sólo ha sido estructurado con el objetivo
de cumplir sus órdenes, por muy disparatadas que éstas
puedan ser.
Lo más probable es que el castrismo muera con Castro. Y
para aumentar esa probabilidad es crucial un apoyo de las naciones
democráticas. Europa puede ayudar mucho a una Cuba democrática,
y la mejor manera de hacerlo es brindar un apoyo sincero a la
oposición pacífica, que es la única dispuesta
a dialogar sobre el futuro en democracia de la Isla.
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