Por
JUAN CARLOS GONZÁLEZ LEIVA
Abogado invidente y Presidente de la Fundación Cubana
de Derechos
Humanos en prisión domiciliaria
El aumento drástico del terrorismo de estado, la represión
violenta y la paulatina destrucción física de
los presos políticos y de conciencia es lo que me compele
a descorrer ante el mundo la densa cortina gubernamental que
acumula y oculta cada día los monstruosos crímenes
del gobierno cubano.
Los reclamos de justicia y las aspiraciones nobles de los pueblos
toma >obligación ineludible de toda la humanidad.
Envalentonado por la timidez de la Unión Europea y la
inmoralidad cómplice de otros gobiernos, el régimen
cubano, purga en mano, quiebra huesos y adelanta políticamente,
destruyendo los pulmones de los prisioneros de conciencia, inoculándoles
enfermedades y sustancias químicas.
Después del 20 de mayo de 2005, nuestro país ha
sido convertido en un infierno para los disidentes y presos
políticos. Una brevísima carta no puede ser ni
siquiera pálido reflejo de nuestra lúgubre realidad.
No tengo memoria en mis 40 años de edad de un momento
de tanta barbarie como la actual.
El gobierno cubano ha cruzado totalmente, la frontera de lo
político adentrándose en el oscuro camino del
vandalismo, organizando turbas violentas de cientos de personas
armadas de cabos, cabillas y otras herramientas, que irrumpen
intempestuosamente dentro de las viviendas, llegando hasta los
dormitorios. A los opositores los atacan y los amenazan de despedazarlos,
haciendo que cunda el pánico entre sus familiares, amigos
y vecinos. Un extenso informe sería necesario para plasmar
la larga lista de víctimas de éstos actos.
La propia ley gubernamental, injusta por demás, es arrancada
de su pedestal y lanzada, cada vez menos respetada, al pozo
de la miasma politiquera por quienes la enarbolan. La impunidad
está revolucionando cada vez más la maquinaria
de terror aquí acelerada ya por el perenne miedo gubernamental
a perder el poder.
El 14 de octubre pasado, 31 disidentes pacíficos fueron
acometidos con cabillas, palos y otros medios por una turba
de unos 800 paramilitares en la ciudad de Santa Clara. Entre
los lesionados se encuentran: Jesús Eloy Alberto Gutiérrez
del Movimiento Democracia, a quien las patadas que recibió
le causaron un trauma severo a un riñón y a quien
se vieron obligados a trasladar sin conocimiento para el hospital.
Yunieski García López, sufrió fractura
de clavícula, al igual que Jordis Tápanes García.
Guillermo Fariñas Hernández, destacado opositor
y periodista independiente se encuentra convalesciente con moretones
y dolores en todo el cuerpo y un gran hematoma sobre uno de
sus ojos.
El prisionero de conciencia del grupo de los 75, Alfredo Domínguez
Batista, probado cristiano fué llevado por el asedio
y la violencia de los militares de la prisión Provincial
de Holguín a clavarse la mano a la Madera de la pared
de su celda, hecho ocurrido el 17 de octubre, 2005.
El suministro de psicofármacos depresivos en gran cantidad
y en forma deliberada llevó al abogado y prisonero del
“Grupo de los 75”, Mario Enrique Mayo, a intentar el suicidio
en dos ocasiones en los últimas semanas en la Prisión
Kilo 7 en Camagüey y a grabar sobre su piel, incluyendo
su cara, letreros que decían SOY INOCENTE y LIBERTAD.
Más de 30 guardias propinaron una salvaje golpiza al
prisionero de conciencia Virgilio Mantilla Arango de 34 años
de edad, de piel negra, rompiéndole la cara, uno de sus
hombros y dejándole hematomas por todo el cuerpo y un
desgarrón sangrante en uno de los pies. Esto ocurrió
en la prisión de Kilo 9 en Camagüey el pasado 14
de octubre. La razón: poner en su cama carteles antigubernamentales
en protesta por las
violaciones de los derechos penitenciarios.
Al condenado a muerte, Héctor Santana Vega, que se encuentra
inválido sin una silla de ruedas por negativa gubernamental,
lo han sacado en tres ocasiones en los últimos meses
para el patio de la prisión de máximo rigor en
Kilo 8 en Camagüey, para hacerle simulacros de fusilamiento.
El gobierno cubano, en su desatino político, ha perdido
totalmente la órbita de sus propias leyes penetrando
peligrosamente en el terreno de la barbarie y el crimen. TODA
LA HUMANIDAD ESTÁ OBLIGADA A TENDERLE SU MANO AMOROSA
A MI PUEBLO QUE ES PARTE DE ELLA.
Los gobiernos e instituciones, indiferentes, cobardes ó
complices, tendrán que responder con vergüenza ante
los foros internacionales y ante sus propios pueblos, como responsables
en mayor ó menor grado de los crímenes que a diario
comete en Cuba el régimen de Fidel Castro.