Por
Maida Donate Armada
Según el diccionario logro es la acción de alcanzar,
conseguir algo. La idea de logro siempre expresa sentido positivo
y se relaciona con desarrollo y evolución.
Cuando
afirmamos que hemos logrado algo establecemos una comparación
con un determinado punto de partida, el resultado de esa comparación
debe ser positivo para que se pueda considerar logro.
A medida que crece el consenso nacional e internacional sobre
la necesidad del cambio político y económico en
Cuba, el gobierno cubano y diferentes políticos e intelectuales
no cubanos intentan justificar la lentitud de las medidas económicas
y el no realizar cambios políticos, con el pretexto de
salvaguardar los logros de la revolución, en particular
el desarrollo alcanzado en la educación y la salud.
Mucho se ha hablado de los logros sociales de la revolución
cubana, pero poco se ha dicho del punto de partida socioeconómico
que permitió al gobierno liderado por Fidel Castro desarrollar
tales acciones sociales.
En este trabajo analizo cuatro de los llamados logros de la revolución:
la educación, la salud, el pleno empleo y la liberación
de la mujer. Estos temas han estado presentes desde el primer
momento en el discurso socio-político cubano y en los últimos
treinta seis años han alcanzado determinado desarrollo
a nivel internacional.
En función de organizar las ideas me he planteado las siguientes
preguntas. En materia de educación, salud, empleo y situación
de la mujer en Cuba:
• ¿Qué recursos encontró en 1959 y qué
tiempo demoró el gobierno revolucionario para activar esos
recursos y poner en marcha las nuevas acciones sociales?
• ¿Cuáles han sido los principales resultados alcanzados
por esas acciones hasta el presente?
• ¿Cuál es el balance sociológico y psicológico
de las acciones sociales y políticas ejecutadas?
Para
el análisis utilizo datos de diferentes investigaciones
realizadas por mi en Cuba entre 1970 y 1993, y lo complemento
con bibliografía sobre Cuba escrita por especialistas residentes
en el extranjero.
EDUCACION
Históricamente la educación en Cuba ha tenido un
desarrollo acelerado. Entre mayo de 1902 y enero de 1959 se alcanzaron
en este campo, resultados importantes y significativos que fueron
la base de los cambios posteriores:
El 80,0% de la población mayor de 6 años de edad
estaba escolarizada. El 20,0% que no lo estaba, se concentraba
en las zonas rurales.
• En 1953, el 57.0% de la población total de Cuba era urbana
y el 43,0% rural.
• La constitución reconocía la enseñanza
laica y obligatoria hasta el sexto grado, para los niños
de 6 a 14 años. La escuela pública era gratuita.
En
la escuela primaria, además de las asignaturas generales,
se impartía educación física, música
y artes manuales por maestros debidamente preparados. Costo Sociológico
y Psicológico de los Logros de la Revolución Cubana
•
Se había logrado sentar las bases para la enseñanza
técnica especializada, que se encontraba en proceso de
expansión y desarrollo.
• Existían tres universidades oficiales: la hoy bicentenaria
Universidad de La Habana y otras dos nuevas, la Universidad de
Oriente y la Universidad de Las Villas. Se estudiaban las carreras
tradicionales de Ciencias, Humanidades, Derecho, Medicina, Farmacia,
Odontología, Arquitectura, Ingeniería Eléctrica
y Civil, Agricultura, Pedagogía, Contador Público,
Agronomía, Veterinaria y otras. En
la Universidad de Oriente y en la Universidad de Las Villas, se
cursaban otros estudios de mayor actualización: Economía,
Química Industrial, Ingeniería Mecánica,
Minería, etcétera.
• En el contexto del sistema, con sus tipos y niveles de educación,
florecía paralelamente la escuela privada.
• El sistema de formación de maestros estaba organizado
en las Escuelas Normales para Maestros, en correspondencia con
la división política administrativa del país.
La totalidad de los maestros estaban titulados y organizados en
Colegios que los representaban como grupo social activo en la
vida pública de la nación.
• La manera de acceder a una plaza de maestro en la enseñanza
pública, era a través de oposiciones que estaban
reglamentadas. En el escalafón para acceder a las aulas,
se contemplaba al maestro rural y la atención a las zonas
rurales.
• Los maestros y pedagogos cubanos eran uno de los sectores sociales
más activos políticamente. Jugaron un papel trascendente
en la huelga general de 1935 y estuvieron presentes como fuerza
cívica influyente en los momentos históricos en
que había que defender los derechos civiles y constitucionales
de los cubanos. Enseñaban a pensar.
Si tenemos en cuenta que estamos hablando de una república
que sólo tenía cincuenta y nueve años de
vida socio-política independiente, y algo menos de seis
millones de habitantes, se puede concluir que la situación
de la educación en Cuba al momento del arribo al poder
de la revolución, distaba mucho de ser caótica ni
similar a la situación de otros países de América
Latina.
De haber habido otra situación en la educación,
no le hubiera sido posible al gobierno revolucionario realizar
las primeras acciones de las que tanto se ufana en este campo.
Por ejemplo, las 10.000 nuevas aulas rurales que se crearon con
la Ley 561 de setiembre de 1959, fueron ocupadas por maestros
normalistas graduados y jóvenes graduados de bachillerato
o próximos a concluir estos estudios que habían
sido formados antes de enero de 1959.
La creación de esas aulas formaba parte del conjunto de
acciones que el magisterio cubano estaba haciendo desde hacía
mucho tiempo. No constituyó parte esencial del programa
político de Fidel Castro. Fue una acción política
que utilizó el terreno abonado por los maestros y pedagogos
cubanos, para buscar un efectivismo populista.
La Ley de Nacionalización General de la Enseñanza
de 6 de junio de 1961, sólo abolió el derecho a
la enseñanza privada, y en consecuencia, la posibilidad
de otras maneras de enfocar el proceso educativo. La enseñanza
laica, gratuita y como derecho de los cubanos estaba recogida
en la Constitución de 1940.
Las dos medidas más trascendentes en las tres últimas
décadas en la educación en Cuba: la campaña
de alfabetización en 1961 y la reforma universitaria en
1963, se llevaron a cabo con un determinado saldo social positivo,
pese a la irracionalidad de los ajustes que exigía Castro,
por la profesionalidad de una buena parte del magisterio cubano
formado en las décadas anteriores a la revolución.
La campaña de alfabetización se pudo plantear a
dos años escasos del triunfo de la revolución, porque
la población cubana estaba esencialmente escolarizada.
En las estadísticas de la campaña no se ha hecho
propaganda a la distribución de los alfabetizados según
edad, porque una gran parte de los analfabetos eran personas mayores
de 50 años. Para hacer más efectistas los datos,
la tasa de analfabetismo a la que se hace referencia corresponde
al total de población cubana mayor de 10 años, pero
se reporta como referida al total de personas entre 10 y 49 años,
según las definiciones internacionales.
La Reforma Universitaria de 1963 amplió el espectro de
las ingenierías y sentó las bases para controlar
el desarrollo del pensamiento filosófico, político
y humanístico en las universidades. Las ciencias sociales
y las humanidades, muy poco tiempo después, dejaron de
jugar el papel activo que siempre habían jugado en el paisaje
intelectual cubano. Se terminó con la autonomía
universitaria.
Hay otras cuestiones relacionadas con la educación: los
planes de becas, la reestructuración del plan de formación
de maestros, las escuelas de enseñanza especial -música,
artes plásticas, deportes-, la universalización
de la enseñanza universitaria en 1970, el plan estudio-trabajo,
que se incluyen en el acápite de los logros en la educación,
que sólo se mencionan y no se profundizan en el discurso
socio-político del gobierno cubano y sus simpatizantes,
porque los resultados no son de exhibición y en la práctica
han tenido un impacto muy fuerte en la desestabilización
de la psicología social cotidiana de los cubanos.
El plan nacional de becas comenzó en 1962 después
de terminar la campaña de alfabetización. El antecedente
directo de ese plan lo encontramos en 1959 en las escuelas para
los niños y las jóvenes campesinas que vivían
en la Sierra Maestra y se trajeron a estudiar a la ciudad de La
Habana. Al poco tiempo se comprobó el populismo de aquella
falacia y la irracionalidad de aquella idea.
Al finalizar la campaña de alfabetización se reestructuró
el plan de formación de maestros, bajo la dirección
de Elena Gil surgieron las escuelas pedagógicas “Antón
Makarenko.” El enfoque filosófico que debían aprender
las nuevas generaciones de maestros cubanos era: el mejor sistema
de educación es el que se basa en el quebranto de la voluntad
del educando, porque el sacrificio, como estilo de vida, es el
recuerdo vívido de la verdadera condición humana
y el único objetivo del ser social.
Los adolescentes y jóvenes que deseaban estudiar magisterio,
debían probar su vocación para el sacrificio y estudiar
los tres primeros años de la carrera en condiciones de
campamento guerrillero en Minas del Frío, zona situada
en las montañas de la Sierra Maestra en la región
oriental del país. Después, pasar dos en Topes de
Collantes, en el edificio que en su día fue sanatorio antituberculoso,
en medio de la cordillera del Escambray en la región central.
Sólo a los que habían pasado satisfactoriamente
esos cinco años de privaciones materiales y de lejanía
de la familia, se les permitía continuar un año
más en Tarará, zona residencial de playa al este
de La Habana, hasta graduarse.
Si por voluntad propia, los alumnos de las escuelas makarenko
interrumpían el ciclo una vez admitidos y matriculados,
se les consideraba desertores, se dejaba constancia de ello en
el expediente escolar y se les tenía en cuenta a la hora
de solicitar otros estudios.
Para distinguir a los que eran o habían sido alumnos de
ese plan del resto de los maestros que no se habían formado
en la “fragua del sacrificio”, los estudiantes y graduados de
las escuelas makarenko tenían la obligación de ir
de uniforme todo el tiempo. La mayoría absoluta de los
estudiantes eran del sexo femenino. Casi desde el principio la
revolución abolió la enseñanza de la música,
las artes manuales y la educación física en las
escuelas primarias. Más tarde, se exigió a los maestros
de enseñanza general que dieran clases de educación
física. La enseñanza de la música
y las artes manuales no se ha sistematizado aun. El sistema no
prevé esos conocimientos como parte de la educación
general.
Se trata de suplir esta deficiencia con las escuelas de enseñanza
especial que libran convocatorias de matrícula muy selectiva.
Según las especialidades se determinan las edades de acceso.
El profetizar si un niño de siete u ocho años será
un eminente músico, bailarín, pintor, etcétera,
lo hace un tribunal de profesionales del ramo, ante el cual desfilan
durante unos pocos días, aquellos niños cuyos padres
se hayan enterado de la convocatoria.
Otra
limitación para acceder a esas escuelas, es que todas están
concentradas en la capital y en algunas de las principales ciudades
del país.
Costo
Sociológico y Psicológico de los Logros de la Revolución
Cubana La enseñanza de idioma extranjero no se contempla
hasta el séptimo grado y en las escuelas de idiomas no
se admiten menores de 15 años.
En 1970 no se hicieron los tan anunciados diez millones de toneladas
de azúcar. Aquel evidente fracaso económico y político,
afectó de manera particular al sistema de educación
cubano.
La más dramática de las afectaciones fue el desmantelamiento
de la enseñanza politécnica en todo el país.
A los estudiantes de las escuelas y de los institutos tecnológicos
los movilizaron a cortar caña. En un curso de nueve meses
lectivos estaban hasta cuatro cortando caña sin asistir
a clases. En julio de 1969 se dio inicio oficial a la zafra de
los diez millones, los centros de enseñanza tecnológica
cerraron y sus estudiantes estuvieron en los campos de caña
los dieciocho meses que duró aquella locura.
Llegó el tiempo de la institucionalización de la
revolución, pero, como los dirigentes del staff no cumplían
los requisitos de instrucción que se estaban planteando
para ocupar los cargos de dirección, la solución
fue una amnistía de cinco años para que todo aquel
que no fuera universitario lograra un título.
Bajo el amparo de la Ley de Universalización de la Enseñanza
de 1970, la universidad graduó en los cursos para trabajadores
a los funcionarios y dirigentes de cualquier nivel de dirección,
para que las “nuevas medidas de orden” no los afectaran en su
status social.
La participación sistemática en jornadas de trabajo
voluntario en labores agrícolas que se exige a los cubanos,
en especial a los jóvenes, y de manera notable a los capitalinos,
son el complemento de la filosofía de la expiación
permanente por el hecho ...de consumir sin gastar esfuerzo físico,
lo que otros producen.( sic)
La idea del plan estudio-trabajo tuvo su génesis en las
movilizaciones para la recogida de café en 1960, a las
que siguió la institucionalización de la escuela
al campo: todos los estudiantes de la enseñanza media,
preuniversitaria y técnica-profesional especializada, junto
a sus profesores tenían -tienen- que ir cada curso escolar
durante un período de tiempo, a trabajar al campo y vivir
en campamentos en condiciones de ruralidad.
A
principio de los años setenta, la primera ola de la explosión
demográfica de los sesenta arribó a la enseñanza
secundaria básica, las escuelas que existían no
alcanzaban. Por otra parte, las empresas agrícolas justificaban
la falta de productividad y eficiencia con la escasez de mano
de obra. Coyuntura que aprovechó el gobierno de Fidel Castro
para dar otro enfoque al sistema de becas: de la escuela al campo
se pasó a las escuelas en el campo. Se construyeron las
escuelas en zonas rurales apartadas de los pueblos y principales
centros urbanos. Los alumnos de secundaria básica y preuniversitario
trabajaban en labores agrícolas o de otra naturaleza en
la sesión contraria a la de clases.
En Cuba el acceso a la instrucción no ha significado acceso
a la información. El sistema de educación cubano
no entrena al educando en la búsqueda de información
ni lo adiestra en cómo orientarse para acceder a fuentes
de información más variadas y complejas. El fracaso
de la revolución en el terreno de la educación se
hace manifiesto en la relación instrucción- información.
SALUD
El sistema de salud cubano es reconocido internacionalmente como
un sistema de cobertura nacional, integral en el alcance de los
servicios, universalmente accesible, evaluado y con participación
comunitaria en la movilización de los programas de salud.
Analizando los antecedentes de este resultado en el campo de la
salud hallamos que en 1953 los indicadores de salud de Cuba eran
de los mejores en América Latina, y la escuela de medicina
cubana formaba profesionales de indiscutible calificación,
informados y actualizados en los adelantos científicos
de su época. La enseñanza de la medicina en Cuba
siempre se ha guiado -en la revolución también-
por la enseñanza de la medicina en Estados Unidos y Canadá.
En los años 60, cuando emigró gran parte de los
médicos cubanos, aquellos que se quedaron en la Isla y
habían estudiado medicina antes del triunfo de la revolución,
fueron quienes instrumentaron el sistema de salud actual y han
sido los profesores de las posteriores generaciones de médicos
cubanos. La carrera de medicina no se estudió en los países
ex socialistas, los estudios de post grado en el extranjero y
los
proyectos de investigación médica, se han estado
concertando a través de los organismos internacionales,
en instituciones de países desarrollados -Francia, Inglaterra,
Estados Unidos, Canadá, Suecia.
La enseñanza de la medicina en Cuba mantuvo un alto nivel
de calificación hasta que se planteó, en los primeros
años de la década de los ochenta, la masificación
de la formación de médicos. Fidel Castro tuvo la
idea de “exportar” médicos cubanos a países que
contrataban y pagaban en dólares los servicios de los especialistas.
Justificó esa idea con la idea del médico de la
familia, el resultado final ha sido un descenso sensible en la
calidad de la formación profesional de los médicos
cubanos.
Todos los niveles del sistema nacional de salud cubano no han
tenido igual desarrollo. El personal médico -general y
especialista- puede calificarse de muy bueno. El personal de enfermería
de regular, porque en la selección y el proceso de formación
de este personal, no se ha seguido el mismo rigor que en la selección
y la formación del personal facultativo.
El personal paramédico puede evaluarse de bueno, por lo
general, son graduados de la enseñanza preuniversitaria
que quisieron estudiar medicina y por alguna razón no lo
pudieron hacer, entonces se vincularon a la salud pública
como técnicos en rayos X,
laboratoristas, etcétera.
Algo muy diferente sucede con el personal dedicado a los servicios
infraestructurales de las instituciones hospitalarias. Se les
paga salarios muy bajos, tienen que realizar su trabajo en condiciones
muy difíciles, no tienen estabilidad laboral -como promedio
están entre uno y tres meses en el puesto de trabajo, comienzan
a trabajar en salud pública como última alternativa,
para después trasladarse a otro centro de trabajo. Son
los que deben garantizar las condiciones de higiene y limpieza,
pero ni ellos ni sus supervisores tienen la suficiente conciencia
que de ellos depende, en gran medida, la no proliferación
de las infecciones cruzadas que ponen en peligro la vida de los
pacientes, tras las más espectaculares actuaciones médicas.
En el panorama de las estadísticas cubanas, las de salud
pública son las más confiables y susceptibles de
ser comparadas internacionalmente. No por ello dejan de ser manipuladas
para resaltar lo que conviene al gobierno cubano.
La mortalidad infantil, sin dudas, es la más baja de América
Latina -lo era desde 1953- pero hay algunas decisiones a la hora
de recoger los datos que ayudan a redondear el número que
se exhibe. Por ejemplo, el concepto de nacidos vivos se mueve
a discreción del equipo médico: si se sabe que un
niño morirá después de nacido, se informa
como muerte fetal, aunque técnicamente sea un nacido vivo
...porque Fidel Castro ha dicho que la tasa de mortalidad infantil
tiene que seguir bajando...
En 1990 el informe anual del Ministerio de Salud Pública,
en el capítulo de mortalidad, las muertes violentas, aparecen
como tercera y única causa de muerte que aumenta la tasa.
Bajo este concepto se agrupan los accidentes -de tráfico
y otros-, los suicidios, las lesiones autoinflingidas y los homicidios.
Las muertes por accidentes a partir de 1989 han tenido un ascenso
consecuencia de la brusca introducción de la bicicleta
como medio de transporte cotidiano.
En la década de los setenta, la muerte por suicidio y lesiones
autoinfligidas duplicó la tasa. Aunque ha bajado ligeramente,
no ha vuelto a presentar los valores anteriores a ese año.
Este indicador sí se ha modificado respecto a América
Latina, Cuba ha pasado a ser uno de los países del mundo,
donde más muertes por suicidio hay. En particular, en el
grupo de edad 15- 49 años.
El aumento de la demanda del servicio de psiquiatría, del
consumo de psicofármacos, del alcoholismo y de las muertes
por homicidios, se han declarado datos de “alta sensibilidad política,
utilizables por el enemigo imperialista.”
EMPLEO
En 1958, en Cuba había un 12.5% de desempleo, que representaba
alrededor de 700.000 personas sin trabajo. En 1970 las estadísticas
censales informan un Costo Sociológico y Psicológico
de los Logros de la Revolución Cubana 1.3% de desempleo.
Una reducción tan dramática merece algunas reflexiones.
La creación de puestos de trabajo para eliminar el desempleo
fue una medida política que transcendió, irresponsablemente,
las posibilidades reales de la economía del país.
Muy poco tiempo después, esa solución mágica
-la más mágica de todas las adoptadas durante la
etapa de la revolución-, se convirtió en un boomerang
contra los trabajadores, al erigirse el estado como único
y absoluto empleador.
En la trayectoria hacia el pleno empleo, desde el punto de vista
sociológico, encontramos dos momentos significativos que
giran alrededor de la zafra de los diez millones de toneladas
de azúcar: primero, las medidas que anunció Castro
en el discurso del 13 de marzo de 1968, conocidas como la ofensiva
revolucionaria, convirtieron en delito punible cualquier vestigio
de actividad laboral privada; segundo, en 1969, la Ley 1231 contra
la vagancia, instituyó el estado pre-delictivo de vagancia
y estableció cuatro tipos de medidas para sancionar a los
varones que estando en edad laboral no establecieran vínculo
laboral con el estado, por demás, único empleador
posible. Previamente, en 1966, se desarticularon los sindicatos.
La fuerza laboral cubana en 1970, había perdido cualquier
posibilidad de actuar. Los mecanismos de control laboral se acabaron
de perfilar en el Código del trabajo de 1980 -este documento
merece ser estudiado en sí mismo, como ejemplo de legislación
limitante de los derechos de los trabajadores. Años más
tarde, cuando las crisis económicas y la insatisfacción
de la población han ido en aumento, se ha denominado este
control total sobre los trabajadores paternalismo de estado, en
un intento de presentar como protección lo que en realidad
es represión.
En la práctica el problema del empleo no se ha resuelto.
Cada cierto tiempo el gobierno tiene que dar respuesta a situaciones
críticas de sobre empleo. El remedio más utilizado
ha sido mandar a estudiar a los trabajadores que sobraban en los
centros de trabajo.
En la mayoría de los casos, los que sobraban oficialmente
eran los que de alguna manera entorpecían -o presumiblemente
entorpecerían- alguna medida que se quería implantar,
como sucedió en el caso de los contables en 1963, cuando
la lucha contra el burocratismo, y como está sucediendo
ahora en los años 90.
En Cuba, invariablemente, la racionalización de la fuerza
de trabajo -variante del despido con prestaciones, ha respondido
más a razones políticas que económicas.
El gobierno cubano se vanagloria de no privar a los trabajadores
de sus salarios, aunque cierren los centros de trabajo o se limiten
las actividades laborales que venían desempeñando.
A los trabajadores cubanos no se les priva del salario porque
a nivel de toda la sociedad se deprimen las condiciones de vida,
y el trabajo no es medio de satisfacción de las necesidades
individuales y familiares.
SITUACION DE LA MUJER
El tema de la mujer como sujeto de derecho ha sido planteado como
uno de los logros importantes de la revolución cubana.
El análisis retrospectivo de tal afirmación muestra
que, desde época tan temprana como 1920, la mujer cubana
ha estado en la palestra pública luchando por sus derechos.
Antes de la Constitución de 1940, legislativamente se reconoció
a las mujeres el derecho al voto, ocupar cargos públicos,
el acceso a la enseñanza universitaria -incluso en carreras
como medicina, no comunes en aquel tiempo entre el sexo femenino-,
el divorcio era legal y se reconocían los hijos fuera de
matrimonio.
En la Asamblea Constituyente de 1940, quedaron refrendados: el
derecho de la mujer a igual salario por trabajo igual y el derecho
a la protección de la maternidad de las trabajadoras.
Entre 1920 y 1929 se celebraron varios Congresos Nacionales Feministas,
en los que participaron mujeres de todas las tendencias políticas,
donde se hicieron planteamientos tan trascendentes como el derecho
de la mujer a que se le reconociera su participación en
la lucha política, y consecuentemente, el estatuto de presa
política, si por sus actividades en este campo era objeto
de privación de libertad.
Obviamente, el hecho del reconocimiento legal no implica la aplicación
en la práctica de la legislación.
Pero, sí es un indicador del activismo social y político
del grupo para el que se legisla.
En materia legislativa muy poco ha ganado la mujer cubana con
la revolución. En la práctica social la discriminación
no ha dejado de estar presente.
La liberación de la mujer en Cuba se manifiesta en la incorporación
a variopintas actividades extralaborales, de dudosa utilidad individual
y social y no en un cambio de los roles en el seno de la familia
y de la sociedad. Hecho que puede explicar algunos cambios en
las estadísticas femeninas.
Las mujeres cubanas redujeron pronto el promedio de hijos durante
su vida fértil. A comienzos de los años cincuenta
la tasa de fecundidad ya era baja en el contexto latinoamericano.
De 4.0 hijos por mujer entre 1950-1955, se ha pasado a 1.8 hijos
por mujer en el período 1990-1995.
A pesar de disponer de métodos anticonceptivos variados,
las estadísticas reportan un incremento de la cantidad
de abortos a partir de 1975. En 1986 la relación fue de
96.6 abortos por cada 100 partos. En 1991 la relación fue
de 78.4 por cada 100 partos.
El divorcio presenta un comportamiento atípico comparado
con las estadísticas internacionales, la ruptura del vínculo
matrimonial se produce con independencia del tiempo de duración
del mismo y de la edad de los cónyuges. En 1990 hubo 37
divorcios por cada 100 matrimonios.
Comparada con América Latina, Cuba exhibe una tasa de actividad
femenina -38.2- alta. Sin embargo, esta participación resulta
baja en comparación con las tasas que se alcanzaron en
los ex países socialistas.
La incorporación laboral de la mujer cubana ha transitado
por etapas: 1960-1969, se caracterizó por la masividad
de la incorporación, 1970-1974, se produjo un proceso de
desincorporación laboral de la mujer, 1975-1989, las mujeres
se incorporan al trabajo calificado, 1990 hasta la fecha, con
el empeoramiento de las condiciones de vida, las mujeres, al igual
que los hombres, se han replanteado la participación en
la actividad laboral estatal.
La esperanza de vida de las cubanas ha aumentado de 61.3 años
en 1950-1955, a 77.6 años en 1985-1990.
Pero, la tercera causa de muerte para las mujeres en edad adulta,
es la muerte violenta (accidentes, suicidios, lesiones autoinflingidas
y homicidios). En 1988 fue la primera causa de muerte en los grupos
de edades de 15 a 24 años, con el 64.2% del total de muertes
por esa causa, y de 25 a 44 años, con el 72.9% del total.
CONCLUSIONES
A treinta seis años de la toma del poder por el régimen
de Castro, el balance del costo sociológico y psicológico
de los logros del socialismo cubano en la educación, la
salud, el empleo y la situación de la mujer, pueden ser
resumidos de la manera siguiente:
• En Cuba, la ampliación de la cobertura del sistema de
educación a toda la población, no ha significado
la posibilidad de acceder a fuentes más amplias de información
y ha limitado el desarrollo de las capacidades potenciales de
los educandos. Esta limitación se hace más evidente
fuera de La Habana y de las principales capitales de provincia.
• La orientación, homogenización y control estatal
centralizado de los planes de estudios, han inhibido el papel
activo que tiene que jugar el maestro en el proceso educativo,
de estimular en sus alumnos el pensamiento creativo, la investigación,
la toma de decisión y el asumir la responsabilidad por
las decisiones propias.
• El nivel educacional de la fuerza de trabajo cubana no se refleja
en el desarrollo socioeconómico del país.
• Los resultados en el campo de la salud evidencian un énfasis
en los aspectos curativos de la medicina más que en los
preventivos. En sus decisiones el gobierno no ha considerado la
influencia de las condiciones materiales de vida en la salud de
la población.
• El aumento de las tasas de los accidentes y de los suicidios
entre las principales causas de muerte, a partir de la década
de los ochenta, es indicativo de alteraciones en la adaptación
psico-social en la Costo Sociológico y Psicológico
de los Logros de la Revolución Cubana población
cubana, particularmente en el grupo de edad 15-49 años.
• La alta demanda por la población de los servicios psiquiátricos,
del consumo de psicofármacos, el incremento del alcoholismo
y de la violencia, también están indicando situaciones
de adaptación psico-social límites a nivel de toda
la sociedad.
• En la práctica, el problema del empleo no se ha solucionado
en Cuba. La imagen paternalista que proclama el gobierno cubano,
encierra una acción de represión contra los trabajadores,
que les inhibe la capacidad de actuar como individuos y no les
deja otra opción que la de aceptar las condiciones que
le impone el único empleador posible: el estado.
• El estado cubano ha mantenido los salarios a los trabajadores
porque a nivel de toda la sociedad, deprime las condiciones de
vida y el trabajo no es el principal medio de satisfacción
de las necesidades individuales y familiares.
• En las últimas tres décadas la mujer cubana ha
ganado muy poco en el terremo legislativo. En la práctica
social la discriminación no ha dejado de existir.
• La liberación de la mujer en Cuba se manifiesta en la
incorporación a variopintas actividades extralaborales
de dudosa utilidad individual y social, y no en un cambio de los
roles en el seno de la familia y de la sociedad.
• Algunos indicadores estadísticos muestran modificaciones
en el comportamiento de las mujeres cubanas durante las tres últimas
décadas. La tasa de divorcios, la reducción de la
fecundidad, el uso del aborto como método anticonceptivo,
la oscilaciones en la incorporación de la mujer a la actividad
laboral y las muertes violentas como tercera causa de muerte y
primera entre las mujeres de 15-49 años.
En las teorías del cambio social hay consenso en considerar
que las bases esenciales para el desarrollo de un país
se establecen cuando logran que la población
alcance altos niveles de educación, tenga salud y empleo
acorde con su calificación. El caso Cuba pone en tela de
juicio esta conclusión y nos plantea la interrogante: ¿exactamente
qué logros se perderían y qué se podría
ganar si se produjeran cambios políticos en Cuba?
|