Por Lázaro González Valdés
Naciones Unidas apesta. Su mal olor es insoportable para las víctimas
de uno de los flagelos más antiguo que sufren los pueblos:
el de los opresores (sean individuos o grupos de ellos) que menoscaban
y arruinan la dignidad humana. La corrupción de la ONU
es causa principal de que la mayoría de la nación
cubana no consiga solidaridad para su causa de liberación
en tanto que la minoría opresora es admitida y tratada
en ese organismo internacional como la embajada auténtica
del pueblo de Cuba.
Por tanto si hoy me pidieran representar gráficamente a
la Organización de Naciones Unidas metería un lienzo
blanco dentro de una
letrina llena de heces fecales, después montaría
la tela en el bastidor e inmediatamente exhibiría la obra.
¿Qué el público se va a quejar del hedor
cuando visite la galería? Su reclamo es tan justo como
el de las víctimas del partido comunista de Cuba (PCC)
pero a diferencia de éstas tiene la opción de no
presentarse en la hipotética exposición de arte.
El problema de las víctimas cubanas es único en
su especie. Si permanecen en el territorio nacional no tienen
vías legales para conseguir la administración de
justicia ni para cambiar los procedimientos y normas arbitrarios
impuestos por el PCC. Si huyen de esta realidad kafkiana podrían
ser devueltos a su verdugo por entrada ilegal al país donde
trataron de refugiarse, o morir en el mar a bordo de una embarcación
precaria, o ser asesinados por partidarios del PCC como le pasó
a una parte de los que viajaban en el Remolcador 13 de Marzo.
Si se refugian en países con gobiernos democráticos
tampoco encuentran procedimientos legales para que se les haga
justicia pues no hay jurisdicción sobre el opresor PCC
en ningún sitio del orbe. Por último, si desde el
destierro recurren al supremo recurso de la rebelión contra
la tiranía comunista y sus arbitrariedades los mismos demócratas
que antes les tendieron la mano ordenan que los metan tras las
rejas.
El enigma empeora cuando se escucha a líderes disidentes
proponiendo planes para modificar las leyes injustas impuestas
por el PCC y asegurando que esas normas contienen resquicios que
podrían conducirnos a la democracia. Esta hoja de ruta
de dudoso destino liberador pero seguro rumbo hacia el reciclaje
y perpetuación de la casta comunista en la sociedad cubana
(obviamente para su desgracia sine die), no sólo ignora
la beligerante postura castrista sino que coadyuva a perpetuar
el sofisma de que “los cubanos pueden solucionar sus diferencias
de modo civilizado, sin el uso de la fuerza”. Es obvio que con
estas contradicciones no se consiguen aliados ni solidaridad efectivos.
Esta imposibilidad real de conseguir libertad, paz, respeto a
los derechos humanos y democracia con la participación
de los comunistas es el equivalente -pongamos por caso- de esperar
que delincuentes profesionales se entreguen voluntariamente a
las autoridades judiciales para ser juzgados por sus crímenes.
Esta imposibilidad de sentido común como diría Jaime
Balmes es manipulada por la ONU cuando sus órganos tratan
el caso cubano como si fuera una bagatela. Ejemplo de esta manipulación
son las “¿condenas?” sin pena de la corruptísima
Comisión de Derechos Humanos de la cual el opresor PCC
es estado miembro y en las cuales se les solicita al violador
“que mejore la situación de las libertades básicas
en Cuba”.
Si no hubiera tantos asesinatos, encarcelamientos y arrestos arbitrarios,
torturas físicas y mentales así como crímenes
de toda índole en torno al problema cubano se podría
morir de risa con la plaga inmoral de Naciones Unidas.
Ahora la noticia de estación proveniente de la fétida
ONU es que su secretario general (Kofi Annan, adicto a la bolsa
negra con la derrocada tiranía iraquí) insta “a
una rápida aprobación del texto … para crear un
nuevo Consejo de Derechos Humanos … (que) reemplazaría
a la desprestigiada Comisión de Derechos Humanos” - Sin
embargo, según la misma fuente Annan “admitió que
el compromiso delineado en el borrador no cumplió con las
propuestas originales dadas a conocer en marzo de 2005”.
Dicho en cubano claro y conciso: Annan quiere que firmen el nuevo
proyecto relativo a la observancia de los derechos humanos aunque
el mismo contenga errores y omisiones.
¿Será que el secretario general necesita tratados
y procedimientos insuficientes para que no le abran fuego certero
a tiranías como la del PCC en Cuba? Recuerden que Annan
visita La Habana pero no estrecha la mano de los activistas defensores
de los derechos humanos sino la ensangrentada garra de Fidel Castro
y de su PCC.
Por su parte los terroristas usurpadores del poder en Cuba no
tardaron en intervenir en el asunto. Usando la estrategia de culpar
al totí los voceros comunistas declaran que su régimen
“no se opone a la transformación de la Comisión
en Consejo, sino a las duras condiciones que pretende imponer
Estados Unidos (o sea el totí) como la disminución
de los miembros, los parámetros de efectividad de los mismos...”
y también están en desacuerdo con que el nuevo órgano
“tenga amplios poderes punitivos y capacidad sancionadora…” Era
de esperar. ¡A qué delincuente le gusta que le hablen
de comparecer ante el juez!
Pero los castristas rompen el descarómetro cuando plantean
que los reclamos del gobierno estadounidense para que se hagan
cambios justos y efectivos en ese foro internacional constituyen
“un nuevo golpe al multilateralismo y a las Naciones Unidas”.
¡Quien diría que el unilateral PCC, órgano
dirigente exclusivo de la sociedad y el estado por injusta norma
constitucional, saldría en defensa del multilateralismo!
Vale la pena recordar aquel discurso donde Fidel Castro vociferó
a los cuatro vientos: “¡El pluripartidismo es una pluriporquería!”.
Estas realidades son conocidas por la ONU, por Kofi Annan y por
sus funcionarios. Un refrán usado por los mayomberos cubanos
dice “Mientras más se revuelve la mierda más apesta”.
Quizás Annan, que es africano, conoce esta enseñanza
y es por ello que aboga por la aprobación y firma precipitada
del deficiente proyecto para crear el Consejo de los Derechos
Humanos.
No por gusto el sapientísimo guajiro de Tumba Cuatro, al
ser consultado al respecto, se limitó a declarar: “Lo de
Naciones Unidas es una cagástrofe”.
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