Por Miguel
A. García Puñales
La
mitología greco-romana nos ha legado un enorme bagaje de
leyendas e historias fantásticas que según afirman
los entendidos, portan en su contenido varias lecturas. Entre
las más conocidas -sobre todo por su difusión fílmica-
se encuentran los llamados “Trabajos de Hércules”.
El
Hércules romano –Heracles para los griegos- era un semidiós
concebido de forma adúltera entre el voluntarioso Dios
Zeus –Júpiter para los romanos- y la mortal Alcmena, esposa
de Anfitrión. Por los azares de una mitología que
no entiende de teorías genéticas, Alcmena dio a
luz a dos hijos gemelos; Hércules e Ificles, el primero
hijo de Zeus, el segundo de su legítimo esposo.
Por
causa de una sórdida trama mitológica de la guerra
entre dioses, termina Hércules como esclavo de su primo
Euristeo, que intentando deshacerse del forzudo primo le ordena
el cumplimiento de doce trabajos considerados imposibles de realizar.
Desde
el primer trabajo consistente en dar muerte al león de
Nemea, hasta el último; atrapar vivo al Can Cerbero –custodio
de las puertas del infierno- estuvo claro que el héroe
no lo tendría nada fácil.
Con
la lucha por la instauración de la democracia en Cuba,
parece ocurrir otro tanto.
Cual
Hércules mitológico, la democracia cubana nace como
proyecto político al amparo de una relación adúltera;
la relación de los estados demócratas que en el
mundo son, con una tiranía totalitaria de la peor especie.
En
el momento del alumbramiento a los émulos del héroe
de Tebas, nacen a la vez sus gemelos policigóticos; los
simuladores, los oportunistas, los agentes del totalitarismo.
Sólo
que a diferencia del musculoso semidiós, los demócratas
cubanos adolecen de verdaderos apoyos –salvo honrosas excepciones-
en el Olimpo de la alta política internacional. Todas las
deidades se empeñan en apostar públicamente por
los héroes, pero entregan sus joyas al apostador que trabaja
para Euristeo.
Doce
años duró la esclavitud del griego, 47 las del pueblo
que ha dado vida a los héroes. Solo que en contraste con
el primero, nuestros héroes carecen de un compromiso formal
con los dioses del Olimpo que les garantice la terminación
de su condena.
Casi
todas las deidades que ofrecen formalmente ayudas verbales, realmente
están calculando su posicionamiento actual y futuro en
la geopolítica de la Perla de las Antillas.
Ante
la gigantesca maquinaria de propaganda totalitaria, sólo
podemos oponer nuestros esfuerzos de hormigas en la transformación
de la opinión pública de los votantes que sustentan
a los estados democráticos.
Solo
que para limpiar los establos de Augias carecemos de la fuerza
arrazadora de una gran corriente de agua, nos toca limpiar los
establos en seco con nuestras propias manos.
Recientemente
culminó un ejercicio internacional del exilio cubano en
apoyo a la oposición interna. A tres años cumplidos
del inicio de la peor oleada represiva de los últimos veinte
años, la indiferencia y las políticas de salón
con relación a Cuba parecen constituir la norma de la mayoría
de los estados democráticos.
Desde
España, hemos hecho esfuerzos –titánicos a nuestra
escala- para llevar adelante el proyecto “Acción periférica”.
Es en la periferia de la Comunidad de Madrid donde se libra la
mayor campaña de propaganda en contra o a favor del totalitarismo
que impera en la Isla. Ahí están los ayuntamientos
que apoyan sin ambages a la dictadura, que erigen bustos de sus
iconos mediáticos que albergan en su territorio a los nuevos
esclavos que arriban a estas tierras en “misiones civiles” consistentes
en trabajar por un salario de miseria –retenido en Cuba hasta
su regreso- a cambio de ser participes de la vieja política
cubana de alquilar mano de obra cualificada en beneficio de la
nomenclatura.
Primero
en Getafe, después en Leganés, la Plataforma Cuba
democracia ¡Ya! ha ofrecido la oportunidad a los jóvenes
y población en general de participar en debates sobre filmes
que abordan la tragedia cubana. Conscientes de la importancia
del arte en la propaganda política se han efectuado cine
debates sobre los filmes “Antes que anochezca” y “Azúcar
amarga” con gran aceptación y participación de público,
sobre todo de jóvenes, para los que la realidad cubana
es una especie de mezcla entre desconocimiento y mitología
castrista.
La
campaña, prevista para finalizar a la llegada de la primavera,
se extenderá permanentemente dada la insistente solicitud
de diferentes asociaciones de la sociedad civil española
en otros municipios de la periferia.
Otro
tanto ocurre con la campaña “De la calle a la Universidad”,
iniciada hace algún tiempo en la residencia universitaria
Pio XII y con estudiantes de diferentes facultades de la Universidad
Carlos III, continuó recientemente con una conferencia
y cine debate en la Facultad de periodismo y Ciencias de la Información
de la Universidad Rey Juan Carlos. Nuevas solicitudes de universidades
españolas nos animan a continuar permanentemente con la
campaña, sobre todo después de haber constatado
en la pasada manifestación del 18 de marzo, que jóvenes
universitarios españoles unieron sus voces a las asociaciones
de cubanos, españoles y venezolanos que participaron en
la protesta.
El
ejercicio internacional del 18 de marzo, demostró que se
está consolidando una Posición Común entre
todas las fuerzas del exilio cubano –incluso entre aquellas que
mantienen programas contradictorios entre sí- al margen
de formalismos o firmas protocolares de documentos de unidad,
al margen también de protagonismos estériles. Algo
así esperábamos el pasado 31 de enero cuando nos
encadenamos frente a la representación de la UE en Madrid
al entregar al alto organismo regional el informe sobre el estado
de los Derechos Humanos en Cuba durante 2005, aunque sinceramente
el entusiasmo de todos los demócratas participantes rebasó
todo pronóstico.
Por
primera vez la convocatoria contó con la intervención
de numerosas agrupaciones de cubanos y de otras nacionalidades
no adscriptas formalmente a la preparación de los actos,
cada iniciativa coordinada o no traza una línea que debe
ser continua, la simple relación de las ciudades que se
sumaron resulta esperanzadora:
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