Por
José F. Sánchez
Hace
19 años, la espectacular huida del general Rafael del Pino
a bordo de un bimotor Cessna 402 desde Cuba remeció los
cimientos del régimen de Fidel Castro. Quien fuera vicecomandante
de la Fuerza Aérea de Cuba hoy sigue siendo el militar
de mayor graduación que se haya exiliado en el extranjero.
Por
razones de seguridad, el general sólo accede a responder
las preguntas por correo electrónico desde Washington,
donde dice que vive actualmente. Con una nueva identidad, en Estados
Unidos se dedicó a la venta y compra de acciones en la
bolsa de Nueva York, actividad que hoy mantiene, pero sólo
a través de internet.
El
trabajar codo a codo con Fidel Castro durante los primeros años
de la revolución lo convierte en la actualidad en una voz
autorizada para analizar los últimos acontecimientos en
la isla. Y debido justamente a esa relación es que hoy
piensa que la enfermedad del líder cubano es sólo
"un show".
-¿Qué
cree que está pasando realmente con la salud de Fidel Castro?
"No
se puede ocultar que la salud de Fidel Castro está muy
deteriorada, pero no creo que su condición sea terminal.
A él le gusta este tipo de show donde crea la incertidumbre
sobre su posible muerte para después aparecer como ave
Fénix resurgiendo de las cenizas. Este ensayo de su posible
muerte le permite ver cuál es la reacción de la
disidencia en Cuba, observar y medir la reacción de los
militares, especialmente los que forman el círculo más
cercano a Raúl Castro y medir la reacción del pueblo
cubano".
"Probablemente
tenía pendiente alguna cirugía para removerle algún
pólipo y aprovechó el pretexto para montar las bambalinas.
Es imposible que, con el control que tienen sobre su salud los
médicos que lo acompañan constantemente, le hubieran
permitido solo días antes viajar a Argentina. Una afección
intestinal es predecible con los chequeos continuos que recibe
Castro".
"Ya
lo veremos el 2 de diciembre junto a Raúl y al Presidente
venezolano, Hugo Chávez, en la Plaza de la Revolución,
muertos todos de la risa. De las veces que he deseado estar equivocado
creo que esta es la principal".
-Casi
todo el mundo coincide en que Raúl no tiene el carisma
de Fidel, ¿cuál es su opinión del hermano
de Castro?
"Es
cierto que Raúl no tiene el carisma de Fidel, pero es más
pragmático y organizado y esta es una condición
esencial para sacar a Cuba del manicomio castrista. Creo que Raúl
optará por la vía china de reformas económicas
para poder poner comida en la mesa de los cubanos. No creo que
él ni su equipo de trabajo tengan intenciones suicidas
de ignorar el sentir de la mayoría del pueblo. Pero esto
sólo sucederá cuando Castro esté fuera de
escena definitivamente".
-¿En
este momento, usted prefiere hablar de transición o de
sucesión?
"Ni
una cosa ni otra. Yo lo catalogaría como una sustitución
provisional. En definitiva, en la proclama leída por el
vocero de Fidel Castro se dice claramente que esta sucesión
es temporal".
-¿Cuál
debería ser el papel del exilio en una transición?
"Yo
creo que cualquiera que inicie una transición hacia la
democracia y a un estado de derecho en Cuba cuando Fidel Castro
salga definitivamente de la escena debe ser apoyado por el exilio.
Cambiar las estructuras de un sistema totalitario estalinista
como el implantado por Castro no es nada fácil y requiere
un proceso paulatino. Creo que el primer paso sería cambiar
las estructuras y el sistema económico que le den la oportunidad
a los cubanos de liberarse del chantaje de ser todos empleados
del Estado. Una vez ocurrido esto se puede ir a una verdadera
apertura política".
-Y
la disidencia interna, ¿tiene alguna posibilidad de jugar
un rol protagónico?
"Muy
pocas. El control absoluto de todos los medios de comunicación
por parte del régimen totalitario hace que no le llegue
al pueblo cubano el mensaje ni la plataforma política de
la disidencia".
-¿Qué
opina de la relación entre Castro y Chávez?
"Hay
que reconocer que a Castro, a pesar de estar decrépito,
le queda todavía materia gris para seguir aprovechándose
de cuanto idiota surja en el mundo. Desde el mismo inicio, la
relación con Chávez ha sido para mantener a flote
un sistema inoperante y fracasado a costa de otro. Anteriormente
fue la Unión Soviética, la que con sus 5 mil millones
de dólares anuales de subsidio mantuvo al parásito
cubano. En este caso, Chávez con su chequera de petrodólares
ha venido a llenar ese vacío dejado por la URSS. Yo siempre
le he dado el crédito a Castro y no a Gorbachov por haber
acabado con la URSS. El comunismo nunca funcionó en la
URSS y se mantenía gracias a las enormes reservas naturales,
de las cuales el petróleo era una de las principales. Castro
puso a la URSS en bancarrota y lo mismo va a ocurrir con Venezuela.
Creo que va a ser peor, porque la URSS por lo menos tenía
una base industrial, pero Venezuela tiene solamente el petróleo.
Yo lo siento por los venezolanos, no es fácil con la miseria
del país echarse arriba 12 millones de mendigos cubanos".
-Y
con Evo Morales, ¿se relaciona de la misma forma?
"De
ninguna manera es igual, como tampoco es igual con Lula o con
Ortega en Nicaragua. La relación con Chávez es totalmente
especial. Castro necesita que lo mantengan y el único que
lo puede hacer es Chávez".
-¿Qué
espera para Cuba?
"Cuba
esta totalmente destruida. Solo hay que tomar un índice
cualquiera, como por ejemplo la producción de azúcar.
El colmo es que actualmente produce menos que lo que hacían
los españoles durante la Colonia. El país ha retrocedido
mucho más de un siglo. Esta situación no se puede
mantener por más tiempo".
"No
soy la excepción"
El
día 27 de mayo de 1987, cuando junto a su esposa y dos
de sus hijos abordó el Cessna con rumbo a Estados Unidos,
cambió para siempre la vida del general Rafael del Pino
y Díaz.
"Del
día que escapé de Cuba con mi familia me queda el
recuerdo de la decisión más importante que he tomado
en toda mi vida", dice hoy a los 68 años. En Cuba
dejaba una brillante carrera militar y hasta el título
de "Héroe de Playa Girón", debido a su
lucha contra la invasión frustrada de anti castristras
en Bahía de Cochinos. Antes de convertirse en vicecomandante
de la Fuerza Aérea fue asistente de Fidel Castro para asuntos
relacionados con la aviación, durante la crisis de los
misiles, en octubre de 1962. Posteriormente fue destinado a Vietnam
del Norte (1968) y, entre 1975 y 1977, fue el jefe de la Fuerza
Aérea del primer cuerpo expedicionario cubano en África.
Del Pino indica que "tengo confianza en que muchos altos
oficiales al igual que yo estén deseando ponerle fin a
ese régimen. Seria ilógico pensar que yo fui la
excepción de la regla".
Chilenos
en la isla
En
1972, el general Rafael del Pino fue testigo privilegiado de una
fracasada acción de Fidel Castro para adoctrinar a militares
chilenos, profundamente anticomunistas, enviados a Cuba por Salvador
Allende.
-¿Qué
actuación tuvo usted durante la visita de los militares
chilenos?
"Yo
fui uno de los oficiales principales que Castro designó
para atender a las delegaciones militares chilenas. Tuve oportunidad
de confraternizar con ellos en esas visitas. Todos eran muy profesionales.
Yo recuerdo que durante unas maniobras en San Julián Fidel,
extremo occidental de la isla, Castro le dedicó especial
atención al coronel Roberto Souper. La inteligencia cubana
le había informado a Fidel que el coronel no era de confiar
y Castro trató por todos los medios de adoctrinarlo".
Del
Pino recuerda que la delegación era espiada las 24 horas
del día, ya que los anfitriones debían elaborar
un parte diario a Fidel para reportar el estado de opinión
de las visitas.
"Sus
habitaciones en el hotel Habana Libre estaban llenas de micrófonos
por todas partes", recalca. Por eso, tras conocerse en La
Habana la participación de Souper en el "tanquetazo",
en 1973, la furia de Fidel se dejó caer sobre los oficiales
que no realizaron la operación de "lavado de cerebro"
a los chilenos para que apoyaran a Allende.
Hoy
la historia se repite, pero con oficiales venezolanos. "Esto
parece increíble, pero desgraciadamente es así.
Ahora con las visitas de oficiales venezolanos a Cuba se ha incrementado
este tipo de adoctrinamiento", sostiene Del Pino.
"Hay
que reconocer que Castro, a pesar de estar decrépito, le
queda todavía materia gris para seguir aprovechándose
de cuanto idiota surja en el mundo". |