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| El Veraz. | San Juan, Puerto Rico |
El Viejo y el Mal

Por Lalo Cura

Más allá de la vida. Un terreno neutral, donde las diferencias no existen, donde los enconos, los odios, los afanes quedan truncos, subordinados plenamente a la NADA, en la total paz de los sepulcros.

Polvo y cenizas, regreso a los orígenes, a la madre tierra. Pero fuera de toda lógica, para el sistema Castrostalinista imperante en Cuba, los muertitos también pagan su carga por lo que en vida fueron; y con ellos, sus descendientes de primera y segunda línea, familiares colaterales y viudas, amigos o involucrados en las acciones punibles que según el Estado hayan cometido. Es la única herencia que en la Cuba reprimida pueden con mayor seguridad dejar a los deudos, es la sombra espiritual que tal custodio permanente o implacable cancerbero impide que los “malos” salgan de sus tumbas a importunar o abrir los ojos de los mansos a la cruenta realidad de una revolución que como el dragón mítico se comió a sí misma por su cola.

Hoy tiene suerte Don Tirano, no lo vamos a fustigar todo lo que merece porque sólo tocaré el sagrado tema de la muerte...sagrado para todos menos para él. La Muerte en Cuba es una institución diferente a la demás muertes del planeta tierra. En otros países el tema está rodeado de sacrosanta divinidad, pero mi país es otro mundo dentro de este mundo, meticulosamente planificado “al revés”, la verdadera razón de la sinrazón, en fin, el inframundo.

La muerte en Cuba es una extraña institución, aunque por falsa modestia, Don Tirano nunca la menciona en sus muy frecuentes y kilométricas estadísticas. El porcentaje en mi país de suicidios políticos es enorme, muchos de los que un día gozaron de la tutela del Padrino acaban su frustración en el cañón de una calibre cuarenta y cinco de fabricación rusa.

Otro dato curioso es el porcentaje de desaparecidos políticos, muy inferior al de muchos países de América latina. ¿ Razón ?. Perdone que le quite ilusión o entusiasmo, no son datos de cumplimientos de derechos humanos, sino porque resulta más fácil efectuar un proceso “legal” y que por orden de Don Tirano algún juez dicte la sentencia apropiada, tanto para refundir a alguien en la cárcel o condenarlo a pena de muerte por fusilamiento.

Seguimos con las curiosidades caribeñas... ¿ Sabía Usted que a los fusilados en Cuba aún después de muertos los alcanza la espada castigadora del Castrostalinismo?. Pues sepa que no le entregan los cuerpos a los familiares para velarlos como Dios manda, pues tal vez algún disturbio o manifestación de protesta pudiera acontecer, ya que en momentos de dolor intenso a pesar del miedo a veces se llega a la imprudencia. Tampoco se permite a los deudos enterrar a los fusilados, simplemente le llega a domicilio el odiado telegrama : “Se le informa que en horas de la madrugada de hoy se ejecutó la sentencia número...”. Es todo. Ni ceremonia religiosa de cuerpo presente, ni cuerpo, ni presente: sólo unos años después otro telegrama, para pasar a la administración del cementerio del pueblo tal, donde se le dirá bajo cual número se encuentra enterrado el familiar fusilado, a fin de entregarle sus restos. En ese entonces ya pasó el momento del furor, ya las heridas están lamidas, y como no se velan esos restos no hay peligro de manifestaciones…

Como cierre a este breve artículo, haremos alusión al cubano en el extranjero. Cuando al fin logra salir, si el divino escape fue ilegal, o siendo legal se pasa de los once meses y un día sin regresar, o si fue funcionario, estudiante, médico, artista o científico que aprovechando la salida “oficial” al extranjero logró desertar; simplemente se le niega el regreso definitivo a Cuba.

Pero el odio va más allá, el castigo a los rebeldes o desertores nos alcanza después de la muerte: En México dos cuerpos de balseros, hombre y mujer, que fallecieron de hambre, sed, quemaduras de sol y noches de frío en el Golfo de México, permanecieron por casi dos meses en una cámara refrigerada de la ciudad de Mérida, en el Estado de Yucatán, sin que el Cónsul cubano del lugar se haya dignado en dar respuesta a las múltiples peticiones y avisos de las autoridades del lugar, ni aceptado su retorno hacia la Isla, para ser llorados y enterrados por sus familiares y amigos.

Lo más normal de haber sido ciudadanos de cualquier país civilizado, sin importar cual fuere su desarrollo económico, social, tecnológico o ubicación en el planeta, hubiera sido una repatriación de los cuerpos, asumida por la representación consular de la nación a que correspondiere. Lamentablemente, se trataban de cubanos, balseros por demás, merecedores de todo el odio y el rencor de las hordas fascistas, perdón, de los miembros del consulado Castrostalinista, que nunca perdonarán la osada decisión de retar a la muerte en busca de libertad y de otro tipo de vida, aún a costa de la vida misma.

Pero no se preocupen los familiares ni las almas de nuestros balseros: Si el desnaturalizado Cónsul, por orden de su amo Don Dictador ignora y se desentiende de sus responsabilidades y las de su País, en México los cubanos libres y democráticos que residimos en esta generosa tierra, al igual que nos ocupamos de los vivos, también respondemos siempre por nuestros muertos, a pesar del enojo de esas autoridades mal llamadas cubanas, que como el perro del hortelano, no resuelven el problema pero recurren a todos los medios para impedir que otros lo resuelvan, y protestan siempre muy airados y descompuestos ante este País por cualquiera de nuestras acciones: A pesar de sus histerias y mala voluntad, pseudodiplomáticos-espias-castrostalinistas, les podemos asegurar que nuestros cubanos fallecidos en tierras ajenas o recuperados sus cuerpos al mar tendrán de una u otra forma su velorio, sus banderas cubanas cubriendo sus féretros, y sus cenizas serán custodiadas con suma dignidad hasta el día en que, tarde o temprano, regresen con los suyos a donde corresponde: a la Cuba libre y soberana que todos soñamos, donde el hombre sea hermano del hombre, y no prevalezca como hoy la política del rencor por encima de todo, más allá incluso de la vida y la muerte...


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