Por
Uberto Mario
Desde
1970 Fidel Castro exporta médicos cubanos a trabajar en
el exterior.
Leído
así, se podría interpretar que éste es el
país más solidario del mundo.
Las
primeras y actuales intenciones fidelistas siempre han sido con
un marcado interés material a cambio de hombres y mujeres
que ya suman más de veinte mil cubanos trabajadores de
la salud que han tenido que dejar sus casas y sus familias para
cumplir con este "deber".
El
pretexto siempre ha existido… terremotos, ciclones, temporales,
guerras y hasta males epidemiológicos en Asia, Africa y
gran parte de Latinoamérica han servido para que Castro
siempre esté listo para enviar a sus técnicos, enfermeras
y galenos a prestar "auxilio".
Pero
detrás de todo esto, el petróleo, el oro, equipos
automotrices y cualquier cosa que sirva para negociar cuando el
gobernante cubano se sienta a negociar con sus clientes y con
sus necesitados más apurados por recibir este tipo de colaboración
médica.
Claro,
las propuestas de pago nunca lo saben ni lo sabrán nuestros
profesionales designados para trabajar, ellos salen de la isla
a "salvar vidas humanas", y no importa que ganen dinero
o no.
Fidel
se ha encargado de decir en cada tribuna dentro y fuera de Cuba,
que su país es "una potencia médica mundial",
y por eso siempre está dispuesto a enviar sus médicos
a donde sea necesario.
Hoy
es importante recordar que países como Argelia, Perú,
Angola, Nicaragua, y por estos años Venezuela, han sido
víctimas de esta macabra intención castrista, donde
al final toda la ayuda ha sido cambiada por petróleo, asesoría
mutua en varias esferas de la vida económica, y por dinero,
por mucho dinero verde (dólar) que al tirano nunca le ha
convenido anunciar, pero sí conveniar secretamente con
los dirigentes de turno.
Durante
más de dos décadas África ha sido un manjar
para los propósitos de salud que Fidel ha podido implantar
en ese continente.
Primero
las guerras en Angola, Etiopía, Mozambique, el Congo, Nigeria,
donde además de miles de civiles y militares cubanos, ha
logrado mantener la "colaboración" médica,
pues después de los años guerreristas, Cuba cuenta
con galenos en más de diez países de este continente
negro cobrando hasta cinco mil dólares por cada uno de
ellos.
Cada
vez que una tormenta o fenómeno tropical azota el área
ahí está listo Castro para enviar su ejército
de "batas blancas", y hasta los más pobres, como
Honduras y El Salvador tienen que pagar con algo, entiéndase
intercambio de militares cubanos que se entrenan a escondidas
por estos lares, con el objetivo de "defender" mañana
a América Latina si fuera necesario.... ¿qué
tal?
Venezuela...
punto y aparte.
En
todo este negocio que Castro ha tenido con el personal de salud
que ha formado, Venezuela es una historia bien interesante.
Aunque
desde hace muchos años Cuba ha colaborado de alguna manera
con sus médicos, en estos momentos esa "ayuda"
es más marcada.
Primero
la tragedia de Vargas en 1999, donde 500 especialistas antillanos
vinieron a ayudar a ese pueblo; pero una vez aquí, el líder
de la revolución cubana preparó a su buen amigo
Hugo Chávez Frías para que dicha ayuda se expandiera
a nueve estados venezolanos... Aragua, Zulia, Barinas, Lara, Falcón,
Portuguesa, Guarico, Carabobo y el propio territorio varguense.
Pasaron
los meses, se firmó oficialmente el convenio de colaboración
económica entre Cuba y Venezuela en octubre del 2000 y
aparecieron nada más y nada menos que 19 ministerios para
trabajar mutuamente y la salud con prioridad máxima, a
través del cual Fidel seguro sacaría la mejor parte
y mayores dividendos financieros.
Actualmente
cada médico cubano en este país gana 400 mil bolívares,
más la garantía alimentaria, transporte, cuidado
personal y seguro médico que asumen obligatoriamente las
alcaldías y gobernaciones que los acogen (todo el país).
Además,
Chávez sabe muy bien que cada enfermo que envía
a La Habana representa una buena suma petrolera aparte de los
53 mil barriles diarios y acomodamiento financiero a la hora de
"pagarle" lo que a muchos parece financiado de verdad
por Castro y su combo.
¡Basta
ya de ser engañados y de obligarnos a creer lo incierto!
Cuba
cobra mucho dinero por los médicos en Asia, África
y gran parte de Latinoamérica; sin embargo, nuestros galenos
ven muy poco de esa ganancia, pues como se les advierte antes
de salir a cumplir su misión: "... el dinero que ustedes
ganarán es para nuestro pueblo, para garantizarles su salud,
su educación y alimentación adecuada..."
Los
cubanos que viven en la isla cada día tienen más
hambre, más necesidades, sus hospitales están en
precarias condiciones constructivas y de insumos, únicamente
los que utilizan para recaudar divisas y para atender a los enfermos
venezolanos, están en buen estado, y ni hablar de las escuelas,
muchas de ellas en peligro de derrumbe.
Pero
a pesar de todo nuestros médicos necesitan salir del país
a trabajar, pues así compran lo que necesitan para más
o menos subsistir.
El
encierro al que nos ha sometido por casi 45 años Fidel
Castro, sus perversos antojos de no dejarnos acceder libremente
a la Internet, televisión por cable, carros, viajes turísticos
al exterior, el inmenso deseo de tocar con nuestras manos la libertad,
eso obliga al médico, al entrenador, al maestro, al cubano
de hoy a salir sea cual sea el precio, pues es la única
forma de llevar para la casa los artículos y necesidades
materiales, que Castro vende siete veces más caro en la
isla. Además del dinero que se puede ir guardando para
darle de comer a nuestros hijos.
Pero...
¿dónde está la mayoría del dinero
que se recauda por la presencia de nuestros colaboradores en el
exterior?
Habría
que preguntarle al propio Fidel, pues en Cuba la vida sigue igual
y empeorando.
Por
sólo citar un ejemplo, actualmente más de 150 médicos
cubanos que trabajan en Venezuela han decidido pasar al exilio,
pues resulta más importante que cada uno de nosotros desde
donde estemos continuemos ayudando económicamente a nuestros
familiares.
Desde
otros países del área y del resto del mundo las
estadísticas de este año solamente reflejan que
alrededor de 500 galenos han decidido no regresar hasta tanto
no termine esa tiranía (y estoy hablando de médicos).
Aquí
no incluyo los que frecuentemente huyen en lanchas o balsas o
a través de trámites migratorios, la inmensa mayoría
de los cuales son profesionales que en Cuba no pueden alcanzar
sus sueños o trabajar y desarrollarse con entera libertad.
|