Por
zerlina
Acabo
de volver de Cuba, donde he pasado, con mi marido, dos semanas
de vacaciones. No pienso volver. Para ser justa, tengo que decir
que Cuba tiene un campo muy bonito, playas fenomenales (a pesar
de los descomunales mosquitos y pulgas), y que la parte viaje
de La Habana tiene su encanto. ¿Por qué me quejo?
Tal vez, me esperaba otra cosa del pueblo cubano.
Mi
primera semana de viaje la llevé contratada desde Madrid,
tres días en Habana en un 5 estrellas y otros 3 en Varadero,
en un todo incluido. Los hoteles estaban cayéndose en pedazos
y la comida era deprimente, pero podía pasar (a pesar de
lo pelmazos que podían llegar a ser los transeúntes
en La Habana).
Lo
peor fue la segunda semana, en que visitamos Trinidad (que tiene
mucha fama, pero cualquier pueblecito español es mil veces
más bonito y no te dan la brasa), Cienfuegos, Santa Clara
y Pinar del Río. Salvo el caso de los mogotes de Pinar
del Río, el resto es totalmente prescindible.
Bueno,
pues ya he hablado de la parte estrictamente turística,
y ahora voy a hablar de cómo transcurren los días
en Cuba (me he dejado decir que la comida es requetemala y carísima,
te cobran 2 euros como se te
ocurra pedir un café, así que imagínate los
platos - además son tremendamente rácanos con las
raciones, para obligarte a pedir más).
Muy
pronto descubres (el primer día) que la mayoría
de los cubanos que ves por la calle no te consideran una persona,
sino una especie de monedero ambulante al que ellos deben echar
mano. Parece el deporte nacional. Por desgracia, tal vez por la
peculiar situación del país, la virtud de la honradez
no abunda entre los habitantes de la perla de las antillas, de
modo que tratan, por todos los medios imaginables (y la imaginación
sí es un talento innato en ellos), de pegártela
en todo momento. Como, además, se han inventado un curioso
sistema monetario en el que los turistas se ven obligados a pagar
con una moneda diferente a la que usan los nativos, pero que se
llama igual (aunque vale 24 veces menos), hay una situación
de facilidad para el timo total: en las vueltas de la compra,
en las tiendas a ti te cobran 24 veces el precio marcado, etc.
etc... Y, eso, los que se dignan a darte las vueltas,...Por supuesto,
los taxistas jamás tienen vuelta (siempre es su "primer
viaje") , y aplican el redondeo hacia arriba (o sea, si cuesta
3, 40 dólares, tú les pagas 4).
También
hay policías que te intentan multar por cosas que no has
hecho y luego te piden sobornos, gente que te pide dinero (no
menos de dos dólares) para que no le pase nada a tu coche
de alquiler (si les regateas, te expones a que te pinchen las
ruedas por dos sitios, experiencia propia),...
Además
de eso, tenemos a los insoportables buscavidas callejeros. Éstos
tienen muchas habilidades, te ofrecen amablemente acompañarte
a los restaurantes particulares (donde te incrementarán
la cuenta mínimo un 15%) o, más sencillo, cuando
vas a entrar al restaurante, hacen el amago de entrar contigo
(por supuesto, con el mismo resultado). Lo más normal es
que por la calle te persiga algún ejemplar de estos, tratando
por todos los medios de entablar conversación contigo para
tratar de conseguir sacarte algo. Cuando, por fin, desiste, te
ataca el siguiente (se dan relevos). El acoso por la calle es
continuo, del estilo del que sufres en determinados zocos en Egipto,
sólo que en español (mucho peor, tienen más
recursos), mucho más intenso, más generalizado...
y no hay pirámides que te compensen la tortura.
Porque es una tortura, no puedes mirar más que al suelo,
porque si miras a alguien viene a por ti, si miras un monumento
vienen a contarte el monumento, si miras el plano automáticamente
deciden que estás perdido, y no sigo porque no pararía
nunca. Agobiante.
Comprendo que en Cuba la gente tiene carencias, sé que
Cuba es un país pobre, pero he viajado, he visto países
más pobres, y eso no tiene que ver con la honradez. En
Costa Rica vi gente muy humilde (mucho más que en Cuba,
donde dudo que la gente pase hambre), y eran honrados, y te trataban
como a una persona. Nunca me pude sentir cómoda en Cuba,
ni siquiera en el hotel de todo incluido (¡¡ los cubanos
tienen prohibido entrar!!). Me parece triste que, para evitarse
estos problemas, mucha gente opte por recluirse en un hotel de
estos. Además, no penséis que la oferta hotelera
cubana es como la española... hoteles tremendamente caros,...
y cutres (al menos los 3 estatales en que estuvimos) - en fin,
ni eso se salva. En cuanto al, tan celebrado, alojamiento en casas
de cubanos, estuvimos en tres casas diferentes, te cobran 25 euros
la coche incluyendo desayuno, y no merece en absoluto la pena.
Ni mejora el trato, ni la calidad, ni nada. Por poner un ejemplo,
en ninguna de las tres casas el agua de la ducha salía
a presión (vamos, que prácticamente sólo
salía un hilo de agua) ni caliente. Los retretes se atascan,
los bichos son tan grandes que ni dan asco,...etc... ¡Y
son cuatro mil pelas! En mi pueblo, el hostal cuesta eso, las
cosas funcionan y ... está limpio.
Volviendo
al tema más importante, que es el trato humano y la predisposición
para la poca honradez, mi conclusión es que, si no te puedes
mover libremente por el país, y estar tranquilamente con
su gente siendo uno más, no lo conoces de verdad y, en
Cuba... no te dejan. Ojala fuese diferente. Por lo visto, hace
algunos años (tres o cuatro), la cosa no era ni de lejos
así, el agobio al turista ocurría sólo en
Habana y Varadero, mientras que pasear por Trinidad, Cienfuegos,
etc., era igual de tranquilo que hacerlo por Almagro -por poner
un ejemplo de pueblo bastante más bonito. El famoso encanto
que tenía la isla, y que nos atrajo a visitarla, no lo
encontramos por ningún sitio, a pesar de ir bastante predispuestos
a lo contrario...
¿Cuál
es la causa de todo esto? Es demasiado evidente. En Cuba hay unas
diferencias sociales tremendas, claramente entre los que viven
del turismo y los que no. Por poner un ejemplo, los sueldos más
altos (por ejemplo, el de un médico) están en torno
a unos 20 dólares mensuales, aparte la cartilla de racionamiento.
En cambio, la camarera del hotel todo incluido estatal de Varadero,
que te ofrece amablemente robar botellas de ron del Bar y vendértelas
por 5 dólares (esto tuvo su gracia, en la tienda del mismo
hotel eran más baratas!!!) delinquiendo unas pocas veces
al mes, ya saca mucho más que el anterior. Es evidente,
el cubano honrado tiene mucho mérito, y con tu viaje, estás
favoreciendo al que no lo es. Desde aquí mi reconocimiento
a los primeros, que tienen muchísimo mérito, pero
¡ojala se les viera más!
En
fin, ésta ha sido mi nefasta experiencia en Cuba... si
a pesar de todo, decides ir, al menos, avisado vas. ¡¡
Mucha suerte !!
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