Por Miguel A. García Puñales
Ahora resulta que los cubanos residentes en España apoyan no sólo a “su embajada”, sino absolutamente todos los pronunciamientos del Faraón tropical.
Claro, existiendo en España un régimen democrático se puede hacer todo lo que en Cuba es prohibido. Allí se puede protestar todo lo que se quiera... contra Estados Unidos o en su defecto contra quienes determinen las directivas de ya se sabe quién.
Por eso en estas tierras, que están lo que se dice llenas de agentes residentes, residentes apencados, residentes “con familia en Cuba” y hasta trabajadores ilegales importados por el estado cubano en contubernio con empresarios españoles; no es difícil reunir a cincuenta cortesanos –y cortesanas, para no desentonar de la pésima moda idiomática que van imponiendo algunos políticos del patio- capaces de gritar cualquier consigna que les “orienten” sus compañeros dirigentes.
Veamos con quiénes cuentan, -por supuesto no me estoy refiriendo a los apoyos que fácilmente obtienen de las agrupaciones comunistas de la periferia de Madrid, Coslada, por ejemplo- ese tipo de apoyo se obtiene cuando se quiere reventar un acto como la apertura de la Fundación Hispano Cubana en 1997; me refiero en este caso a los cientos de supuestos residentes cubanos que todos conocemos y que son felices “propietarios” de empresas de turismo, agencias de transferencias bancarias, restaurantes de comida cubana, discotecas, sin contar los representantes de Turismo de Salud, de Cuba Tabaco y tantas otras agencias estatales con “manto” de empresas privadas.
También a los trabajadores de la construcción que laboran en condiciones de semi esclavitud, como el caso de los obreros de la corporación UNECA que laboraban en Canarias y que fueron detectados por los inspectores de trabajo gracias a las denuncias periodísticas de Libertad Digital, pero que ¿alguien duda que puedan estar clonados por toda la geografía española?, Así como a los camareros de la Comercial Cubana o del Ranchón de la Comercial, muchas veces escondidos en las cocinas al llegar los inspectores, según las propias declaraciones de algunos que “desertaron” y hoy en día forman parte de los mas de 3000 cubanos que se encuentran ilegales en territorio español.
Toda esta masa de “residentes”, sigue funcionando en territorio español, tal como si vivieran en Cuba, de la misma forma en que han estado funcionando las diferentes “misiones” cubanas en países del Tercer Mundo, Venezuela, por ejemplo.
Aunque muchos no lo puedan creer, el totalitarismo del decrépito Faraón, extiende sus garras hasta cualquier estado democrático. Allí donde se encuentra su aparato de coacción, están sus agentes y por supuesto sus mecanismos. ¿Alguien duda que muchos supuestos residentes y hasta algún que otro “exiliado”, realizan en pleno territorio de España sus reuniones de los comités de base o de los núcleos de las agrupaciones comunistas?, Claro que no, si aquí eso es legal.
Los trabajadores de los restaurantes y otras empresas aportan una parte de su raquítico salario a “donaciones” para la salud pública cubana, cotizar las Milicias de Tropas Territoriales y entregar las remesas a la embajada cubana, vieja práctica de cuando la mano de obra cubana era subcontratada por el estado expoliador a los países del este de Europa.
Créanlo o no, verdaderos residentes, es decir, gente que salió de Cuba por sus propios medios, se dejan sodomizar a cambio de migajas, viajecitos a congresos en Cuba, promesas de ser considerados para el evento “La Nación y la Emigración”, la obtención del PRE –Permiso de Residencia en el Extranjero- y tantas formas más de utilización de la técnica de la zanahoria y el garrote; a fin de cuentas sólo tienen que hacer lo mismo que han estado haciendo desde que nacieron en Cuba: oír la voz del amo. En nuestra propia historia tenemos ejemplos de cómo funciona el “Síndrome de su mercé”, muchos esclavos liberados al ser abolida la esclavitud en el país siguieron sirviendo a sus antiguos amos por propia voluntad. Vivir en libertad requiere valor. Sólo uno mismo responde por sus actos vitales.
Por suerte, los cimarrones marcaban el paso hacia la libertad y hoy nadie se acuerda de los mansos. Los cimarrones que estamos por España, seguiremos denunciando a la dictadura, desenmascarando sus métodos y manifestándonos. Pacíficos, siempre de forma pacífica, no existe otra vía, aunque como se sabe no es la del gobierno cubano. En Francia agredieron a manifestantes, en Ginebra a un miembro de la oposición, en presencia incluso de un embajador extranjero y en Cuba, bueno en Cuba, hacen realmente lo que les viene en ganas, hasta un día. |