Por
José Victor Briuno
Amigos
lectores, en un Articulo anterior les hice un breve análisis
en el que anticipaba algunas de las secuencias que nos quedan
por ver en este prolongado duelo anticipatorio que el propio tirano
a elaborado para si mismo y dentro del cual, se inscribe este
sainete patético esceníficado en el teatro Carlos
Marx, por todos los personajes allí reunidos, integrantes
de esa fauna innoble y cínica que en Cuba han encontrado
durante demasiados años el sitio ideal para vacacionar,
recibir tratamiento permanentemente VIP y de usted a mercachifles
con miserables vidas de tu, reconocimientos a talentos que no
se poseen, libros mediocres publicados como obras maestras, vacaciones
ilimitadas en los mas insospechados parajes de nuestro archipiélago,
risas asegurads a cuanto pujo se les ocurriera,
tragos, mojitos, mulatas y vacilón siempre andando para
ellos en una isla poblada por sufridas gentes, sacrificadas hasta
la extenuación y enagenadas de sus mas elementales derechos
como seres humanos. gentes de un pueblo noble al que le impusieron
y le exigieron el papel del buen salvaje, que además de
tanto injusto castigo, debía disfrutar y agradecer como
una bendición todas las infinitas privaciones y prohibiciones
que lo han mantenido en una vida indigente, llena de precaridades.
Mucho, pero mucho cinismo e indolencia se reunió en ese
teatro; cinismo e indolencia de muchos que no son tontos ni alienados
ni ciegos y por esa misma razón multiplicad su culpa, para
no ver la verdadera esencia del tirano y el régimen despótico
que ha impuesto a Cuba durante medio siglo y al que ahora intentan
glorificar con todo este montaje tragicómico. Todos estos
miserables son los que han traficado y negociado su complicidad
con la tiranía a cambio de todo género de dádivas
públicas, privadas y en ocasiones hasta inconfesables,
a cambio de magnificar y proagandizar el mito de las llamadas
conquistas de la revolucion (r minúscula intencional),
es decir, salud (incompleta, inestable y mutilada), educación(politizada,
distorcionada, sin opciones) y seguridad social(precaria,generadora
de indigencia), al precio de una larga lista de violaciones, omisiones,
prohibiciones y humillaciones con las que se ha castigado a todo
un pueblo durante medio siglo.
Pero la vida, siempre cargada de ironías y contrasentidos,
los confronto a todos con un discurso de un Fidel Castro ya instalado
en la nube que lo elevará al Olimpo que su megalomanía
le fraguó para si mismo durante toda su vida,pero en realida
con una mente de mortal el fin, ahora concentrada en enfrentar
la realidad de una muerte que ni siquiera acepta se filtre o haga
pública con el que lo aqueja una larga y penosa enfermedad,
manido eufemismo de la jerga de los tiempos del castrismo con
la que se denominaba al cancer en la prensa. No, de ninguna
manera, quién ha dicho que a el puede matarlo una enfermedad
de mortales, no, nada está ocurriendo, todo está
y estará en orden per secula seculorum,simplemente no se
presentó en público porque el criterio de los médicos
se lo desaconsejó(afirma textualmente), nada menos que
a el, que siempre a sido tan comprensivo y atento con las opiniones
de los demás, sobre todo cuando no coinciden con las suyas.
No, distinguidos invitados al "funetur", su pensamiento
todo está envuelto en aferrarse a la sublimación,
un mecanismo psicológico harto conocido en quienes están
enfrentando su final y que en su caso aparece clarísimo
en esta carta que les envió, mostrándose exclusivamente
preocupado con salvar al mundo todo, como corresponde a su autopercepción
de mesías salvador, en la que no deja puede evitar que
aflore su íntima animadversión por t los adelantos
de la humanidad en el desarrollo de la masividad de las comunicaciones,
que el ha percibido como la mayor de las amenazas a su poder feudal,
la teéfonia y las computadoras, a los que un pérfido
intento premorten de anatematizarlos, les endilga supuestos y
aun no descubiertos efectos nocivos para la salud con sus radiaciones.
Solo le falto utilizar estos argumentos para justificar la situación
bochornosa que en Cuba sufren los cubanos con estos medios de
comunicación; pero ya veremos a los comparsa utilizando
el pié forzado que acaba de ofrecerles la mente del preclaro
guía y gran timonel y todos los demás títulos
que por estos dias, los aduladores de todas la épocas le
han dispensado. Cosas veremos aun en está gran parranda
fúnebre.
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