Por
James R. Whelan
Cuando
Fidel Castro hizo su entrada triunfal en La Habana, el 8 de enero
de 1959, Cuba era uno de los países más prósperos
del mundo.
Cuando
Augusto Pinochet y sus colegas militares depusieron al marxista-leninista
Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973, encontraron un
país al borde del colapso económico. Lo que desde
entonces ha sucedido en ambos países es imposible tapar
con el dedo.
Castro gobierna una nación donde prácticamente todo
está racionado, un país que Freedom House clasifica
como "estado policial de un solo partido" y “sin libertad”
por 40 años, caso único en nuestro hemisferio.
Por el contrario, Chile figura entre los países "libres"
según Freedom House, desde que Pinochet, derrotado en un
plebiscito entregó voluntariamente el poder. Pero Castro
es adulado y tratado con respeto por dirigentes políticos
y periodistas en todas partes del mundo. El más vergonzoso
ejemplo lo dio Janet Reno, Procuradora General de Estados Unidos,
postrándose ante Fidel Castro en el caso del niño
Elián González.
En cambio, Pinochet es perseguido y vilipendiado por una amplia
gama de observadores y analistas. La misma Janet Reno aportó
los formidables recursos de su Departamento de Justicia al flagelo
"legal" de Pinochet.
El contraste del muy distinto trato recibido por estos dos líderes
latinoamericanos parece provenir de las páginas del libro
de George Orwell, "1984", donde encontramos términos
como "nuevohablar" (blanco es negro, arriba es abajo)
y "doblepensar" (creer en dos ideas contradictorias
a la vez). Se trata, ni más ni menos, del triunfo orwelliano
de la propaganda política impulsada por la izquierda internacional
y del conveniente olvido de los hechos por quienes tienen la obligación
de reportarlos.
Poco antes de irrumpir Castro en el poder, el ingreso per capita
de los cubanos se aproximaba al de los italianos. Cuba figuraba
en el lugar 22 entre las –entonces- 122 naciones del mundo en
términos de desarrollo. Más de 12 mil italianos
esperaban visas para emigrar a esa isla de oportunidades. Y los
indicadores sociales avanzaban paralelamente: el alfabetismo se
ubicaba en 80 por ciento, una cifra bastante alta para aquellos
tiempos. Cuba tenía más médicos y dentistas
per capita que Holanda, Francia, el Reino Unido y Finlandia. Los
cubanos gozaban de las tasas más bajas de mortalidad infantil
y las más altas de longevidad de los países latinoamericanos.
En 1959, los cubanos tenían ingresos similares a los puertorriqueños,
mientras que hoy ganan menos de una décima parte.
Durante años, Castro pudo esconder su incompetencia detrás
de las asombrosas subvenciones soviéticas. La historiadora
rusa Irina Zorina calcula que la URSS le regaló a Castro
cien mil millones de dólares, es decir, cuatro veces el
total del Plan Marshall, y tres veces la ayuda recibida por toda
la América Latina bajo la Alianza para el Progreso.
Cuando Rusia suspendió su ayuda económica en 1992,
la economía cubana se contrajo violentamente, perdiendo
50% de su capacidad productiva y 80% de sus industrias se vieron
obligadas a cerrar.
La mejor prueba del inmenso fracaso de Castro es que en ningún
consulado cubano alrededor del mundo hay gente haciendo cola para
emigrar a Cuba. Por el contrario, más de 1,5 millones de
cubanos han huido de la isla, la mayoría de ellos arriesgando
sus vidas y abandonando lo que tenían.
El caso Pinochet difícilmente podría ser más
diferente. El ex presidente chileno, Eduardo Frei Montalva, sintetizó
la situación del país en vísperas de la Revolución
de 1973: "Chile está hundido en un desastre economico,
no una crisis, sino una verdadera catástrofe... peor que
la inflacion, la escasez, la violencia es el odio. Hay angustia
en Chile..."
El mismo Allende, a pocos días de su caída, anunció
que quedaba pan sólo para cuatro días. La inflación
galopaba fuera de control, acercándose a mil por ciento.
Un país, antes orgulloso, se había degenerado en
un verdadero infierno socialista.
A partir de 1973, el régimen militar chileno tuvo que enfrentar
boicots, embargos y hostilidad generalizada, no sólo de
parte de países comunistas sino de los supuestamente anticomunistas,
encabezados por Estados Unidos. El gobierno de Pinochet transformó
lo que era la segunda economía más estatista de
América Latina (después de Cuba) en la más
libre y próspera. Sin embargo, en la prensa mundial Pinochet
aparece como el villano y a Castro siempre se le da el beneficio
de la duda. ¿Dónde está el George Orwell
de nuestra generación capaz de desenmascarar tanta hipocresía?
Jorge
Felix
Editor del Semanario ¨El Veraz¨
Quizás
haría falta agregar a raíz de la muerte de
Pinochet, algunos aspectos adicionales.
Debemos
partir del hecho que toda Dictadura es infame, inmoral,
cruel, inhumana y criminal, ya sea de izquierda o de derecha
y por igual deben ser condenadas.
No
se puede justificar una dictadura con otra, no se puede
justificar una inmoralidad con otra.
Lo
que más asombra analizando la historia latinoamericana,
es la capacidad que poseen los pueblos latinoamericanos
para cometer suicidios colectivos, adorando a Dictaduras
de cualquier tipo, Dictadores de izquierda o de derecha.
Quizás
sea la nefasta influencia del caudillismo español
en nuestras raíces, que debe ser cortada de tajo.
Tomamos lo peor de España.
Pero
desgraciadamente América Latina… no aprende.
Más de 200 años después continúan
adorando a Dictadores de toda lacra.
Incluso,
los eligen, como fue el caso precisamente de Salvador Allende,
que era un Dictador en ciernes, el propio Hugo Chávez,
que alcanza el poder en las urnas democráticamente
y se comporta entonces despues de ser elejido, como un clásico
Dictador Latinoamericano, con el objetivo de implantar un
cuasi comunismo.
Denota
esto en Latinoamérica, la indigencia de nuestros
pueblos, la total falta de cultura y educación democrática,
la total falta de inteligencia política, la total
falta de respeto entre los propios latinoamericanos.
Y
la formula latinoamericana siempre es la misma, ¿hay
corrupción? Pues nos buscamos un Dictador
o una Dictadura de cualquier color… y que nos pateen
el trasero, somos felices así... pero después
la solución es llorar en la Plaza de Mayo.
Y
no solo en Latinoamérica desde luego. Esto nos toca
a los latinoamericanos que vivimos en territorio norteamericano.
Si
Puerto Rico, no estuviera bajo las leyes de la democracia
norteamericana, hace rato que los puertorriqueños
hubieran tenido un Dictador nativo… voy mas allá,
si la Florida no estuviera bajo las leyes norteamericanas,
hace rato que los cubanos allí, hubieran tenido un
Dictador en la Florida, si California no estuviera bajo
las leyes norteamericanas, hace rato que los mexicanos tendrían
un Dictador en California.
Pueden
apostarse lo que quieran… la casa, el carro, la vida.
Somos pueblos que nos gustan que nos pateen el trasero.
Debemos
analizar en que parte de nuestro cuerpo, los latinoamericanos
tenemos esa adoración estupida e idiota por los Dictadores.
Si
es en un brazo, debemos amputarlo, si es
en el cerebro, necesitamos un transplante,
si es en la sangre… necesitamos sacarnos la
sangre española y hacernos una transfusión
de sangre norteamericana… uno de
los pocos pueblos en el mundo, que no ha permitido nunca
ni Dictaduras ni Dictadores en su tierra.
Ahora
aparte de todo esto… sin justificar al Dictador Pinochet,
pero creo si lo comparamos con Castro… hay
que canonizarlo.
Dicen
que bajo su mandato fueron asesinadas 3000 personas, pero
Castro con leyes mas crueles que verdugos,
lo superó ampliamente en ese aspecto, con 3223...
Puede
ver el lector esa información en el articulo
victimas cubanas y aquí ponemos un breve resumen.
Enero |
489 |
Febrero |
167 |
Marzo |
193 |
Abril |
354 |
Mayo |
206 |
Junio |
301 |
Julio |
191 |
Agosto |
342 |
Septiembre |
300 |
Octubre |
355 |
Noviembre |
168 |
Diciembre |
157 |
Total
de victimas de la mal llamada revolución |
3223 |
Por
otra parte, Pinochet, fue el único Dictador que trajo
progreso para su país… Franco empobreció
a España, Kim Il Sun destruyó a Corea del
norte, Mao mantuvo un cuasi feudalismo y empobreció
intelectual y materialmente a China. Stalin mantuvo a la
ex Unión Soviética en la pobreza, al punto
que nunca pudo recuperarse, siendo un país inmensamente
rico con una economía tercer mundista.
¿Y
que decir de Castro y su Dictadura? bueno ya lo
sabemos, destruyó su país en todos los aspectos.
Quizás
lo mas sorprendente fue, cuando en Cuba recibimos la noticia
de que Pinochet solo… cuando el Plesbicito,
casi le gana a toda oposición.
Entonces
los cubanos nos dijimos en Cuba, ¿pero no
nos decían los medios de comunicación dentro
de la isla, que Pinochet estaba matando a todo el mundo?
¿Pero no nos dijeron que en Chile la gente se estaba
muriendo de hambre?
Descubrimos
entonces que la mayoría de las cosas que nos decían
de Pinochet eran una total mentira.
Dicen
que Pinochet robo como 8 millones de dólares…
es un pobre infeliz, un alma de Dios, un indigente al lado
de Castro.
Por
otra parte… Pinochet hizo un Plesbicito
y dio la oportunidad a su pueblo para que decidiera…
Castro y su dictadura no han permitido nada, que implique
terminar con la dictadura fascista cubana. Y no
lo hacen… porque saben que pierden.
Pinochet,
evitó la cubanización de Chile…
como la que se esta efectuando en Venezuela.
Pinochet
derrotó a Castro en Chile, derrotó al comunismo
internacional evitando con esto que Chile fuera otra Cuba
e igual de destruida.
Creo
que si los latinoamericanos se respetaran mas a si mismo,
construyendo en sus países un verdadero estado de
derecho, un estado realmente democrático, donde se
hagan respetar las leyes y se apliquen, no hubiera necesidad
de pasar por todo esto.
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