El Veraz 
Portada
Audio y Video
Los 10+
Raíces
La otra Cara
Documentos
Reconciliación
Estadísticas
Victimas Cubanas
Galería de Puerto Rico
Isla del Encanto
Galería de Cuba
La del Turista
La del Cubano
Rostros Cubanos
Nostalgia Cubana
Búsqueda
Buscar en ¨El Veraz¨
Internacionales
Sitios de Puerto Rico
Sitios de Cuba
Artículos anteriores
Artículos anteriores
Divulgue la verdad
Imprimir Articulo  
Envie Articulo  
A Favoritos  
| El Veraz. | San Juan, Puerto Rico |
La esperada y ansiada muerte Castro

Por A. Prieto


¿Será que el régimen cubano esta utilizando el secretismo en torno a la salud de Fidel Castro para desviar la atención de los graves problemas del país? No lo creo. La larga hospitalización del tirano y su inminente muerte no es una cortina de humo ni un spin de la propaganda castrista.

Es un hecho fuera de su control que ha venido a modificar (a la larga, quizás a simplificar) la ecuación política cubana. Y todo el mundo, lógicamente, está pendiente del desenlace.

La esperada noticia de la muerte de Fidel Castro no desvía la atención de la problemática cubana. La concentra. Nos obliga a todos a repensarla, tanto a la oposición interna como al exilio anticastrista. También a los herederos del castrismo, pero en otro sentido desde luego.

Entretanto, hay que entender que ése es en estos momentos el problema central número uno de Cuba. Y todos los medios andan a la espera del último flash, del notición definitivo, el que traiga la nota necrológica.

Noticia no es que el perro muerda a la vieja, sino al revés, como bien saben los del oficio. Esta vez la vieja de la guadaña le ha dado un mordisco mortal al perro. Ésa es la supernoticia del año.

Muerto el perro rabioso no se acabó la rabia. Pero es una oportunidad única que no se puede perder, como sucedió en 1994. Algo debe pasar esta vez, y en eso estamos.

A a su sucesor (o sucesores) le ha venido de perilla la larga convalecencia de Fidel Castro, luego de la jugarreta política que fue la delegación de poderes. Eso les ha permitido realizar la sucesión gradual en vida de Castro y tenerlo todo supuestamente bien atado para cuando ocurra su inevitable deceso (o para cuando lo anuncien oficialmente, caso de que ya haya ocurrido y mantengan al tirano en refrigeración).

Pero puede ser que lo que realmente esté sucediendo entre bastidores sea una lucha sorda por el poder. Quién sabe. O en todo caso, debe de existir un alto grado de ansiedad y paranoia ante la posibilidad de que se desencadene ese escenario de caos poscastrista.

La normalidad que los observadores extranjeros creen ver en la Isla es sólo la parálisis política en que se halla inmovilizado tanto el pueblo como el régimen en la presente coyuntura. Raúl y su entorno deben estar sudando frío sólo de pensar en lo que sobrevendrá tras el entierro de Castro.

Por otro lado, tampoco les resultaría beneficiosa una convalecencia de Fidel Castro demasiado larga. Sería prolongar excesivamente un vacío de poder que se nota visiblemente en Cuba, por más que se disimule con movilizaciones, mesas redondas, solemnidades, desfiles, coloquios y fanfarrias fidelistas.

De modo que si la pelona tarda en llevárselo más tiempo del políticamente conveniente, no hay que dudar que a Castro le apliquen la eutanasia revolucionaria.

La ausencia clamorosa de Fidel Castro en el desfile del 2 de diciembre sólo sirvió para confirmar las sospechas. La disfuncionalidad de Castro es un hecho. O está en las últimas, o se encuentra en un estado tan deplorable que no es aconsejable exhibirlo en vivo y en directo.

Su presencia en esas celebraciones, lejos de haberse visto como un acto heroico in extremis, hubiera sido contraproducente para la imagen del comandante invicto con que han querido dormir al pueblo cubano y al mundo entero.

Mostrarlo desmejorado y esquelético sería fatal para el castrismo. Cuando un tirano despierta en el pueblo compasión y lástima, en lugar de miedo, la tiranía se tambalea entre chistes, coñas y brindis a escondidas.

Tampoco lo sacaron por televisión, en un vídeo cuidadosamente editado como la última vez, para demostrarle al mundo que haciendo un gran esfuerzo con la lengua estropajosa todavía podía hilvanar algunas tonterías inconexas.

Es que ni siquiera han publicado últimamente una foto suya con el diario del día en la mano, o recibiendo a algún amigote de la fauna izquierdista. Y eso que a su cumpleaños diferido no faltaron personajes para todos los gustos, lo mismo de la izquierda caviar francesa que de la bananera latinoamericana.

Si Evo Morales o Daniel Ortega esperaban salir en la última foto con el Padrino, se quedaron con las ganas. El capo di tutti i capi no está para visitas. Posiblemente, hasta haya perdido el conocimiento.

¿Habrá caído en un coma profundo e irreversible? ¿O habrá emprendido ya el viaje al infierno del que no lo libran ni los santos óleos con que lo untara su amigo Fray Betto?

Es un secreto a voces que el fraile dominico y teólogo castrista de la liberación fue convocado de urgencia a La Habana para administrarle al dictador la extremaunción en un momento en que parecía que se iba. Dicen que después volvió, si bien parece que Betto tiene otra opinión y le pasó la información sobre el asunto al presidente brasileño.

Lula, que hace poco lo daba por muerto, ahora lo da por moribundo y ha dado a conocer su intención de viajar a Cuba próximamente. Ese viaje a mí me huele a cadáver en conserva. Ya veremos.


Inicio | Puerto Rico | Cuba | Internacionales | La otra Cara | Cartas de Cuba | Conózcanos
© Fecha de Fundación 30 de Julio 2003 El Veraz - Derechos Reservados