Por Dalia Acosta
El
sexo desprotegido que practican muchas personas en Cuba, incluso
aquellas que se dedican a la prostitución, se convierte
en una puerta abierta de par en par a las enfermedades de transmisión
sexual, incluida el SIDA.
Estudios
realizados desde inicios de la década de 1990 en grupos
pequeños de prostitutas coinciden en que en la gran mayoría
de los casos, las mujeres que venden sus favores sexuales en la
isla no exigen el uso del condón al cliente.
Aunque
no se conoce de investigaciones entre hombres con conductas prostituidas,
al parecer en la mentalidad masculina también triunfa el
rechazo al preservativo por la concepción bastante generalizada
en Cuba de que inhibe el placer.
Así
y todo, el resurgimiento de la prostitución “no ha dejado
una gran cantidad de seropositivos” al Virus de Inmunodeficiencia
Humana (VIH, causante del SIDA), afirmó el doctor Jorge
Pérez, director del Instituto de Medicina Tropical Pedro
Kourí.
Con
más de una década de trabajo en el Programa Nacional
de Prevención del SIDA en Cuba, Pérez aseguró
que aunque parezca “increíble”, donde más se ha
reflejado el vínculo prostitución-SIDA, es en el
género masculino.
Entre
enero y noviembre del año 2001, fueron detectadas en Cuba
unas 30 personas con conductas prostituidas. “En ese grupo el
número de hombres infectados es muy superior que en el
de las mujeres”, reveló Pérez.
El
dato fue confirmado por Alberto Loy, especialista encargado del
Departamento de Sicología del Sanatorio de Santiago de
las Vegas, uno de los más de 10 existentes en este país
para el tratamiento de personas con VIH/SIDA.
Según
Loy, contrario a otras investigaciones llevadas a cabo a nivel
nacional, estudios realizados en esa institución indican
que las prostitutas cubanas se están protegiendo durante
su relación sexual.
LAS
CIFRAS
Hasta
finales de noviembre del 2001 se habían detectado tres
mil 775 personas seropositivas al VIH, de los cuales mil 460 habían
enfermado y 941 muerto, de ellos 57 por causas ajenas al SIDA.
De las dos mil 777 personas que viven con el VIH, 77.9 por ciento
son hombres.
Con
más de 11,2 millones de habitantes, Cuba reporta 0,03 por
ciento de infección por VIH, el índice más
bajo de la región de América Latina y el Caribe,
según informes del Programa de las Naciones Unidas de Lucha
contra el SIDA (ONUSIDA). La vía más común
de transmisión es la homo-bisexual.
La
preocupación de las autoridades en torno a la propagación
del VIH entre prostitutas y homosexuales fue evidente en agosto
de 1997, cuando se anunció el inicio de una campaña
de prevención en esos dos grupos.
María
Isabel Domínguez, investigadora del Centro de Investigaciones
Psicológicas y Sociológicas, reveló en el
evento que en el primer semestre de 1997 habían sido detectadas
116 personas seropositivas que se dedicaban a la prostitución.
Domínguez
aseguró entonces que aunque el número era "ínfimo
en relación al total" de contagiados, se notaba una
seria tendencia al aumento pues en el mismo período de
1995 se había reportado sólo 55 casos.
Cinco
años después, el Centro de Prevención de
Infecciones de Transmisión Sexual (ITS-SIDA) del Ministerio
de Salud Pública tiene un trabajo sostenido con la comunidad
homosexual en Ciudad de La Habana, pero la labor ha resultado
más difícil entre prostitutas.
EL
MIEDO
“Nos
ha resultado muy difícil. Ellas se esconden, tienen temor
a ser incluidas en ese grupo de riesgo, a ser controladas. Es
muy difícil penetrar. Estamos intentando hacer cosas”,
dijo María Julía Fernández, especialista
de la institución.
Un
trabajo de diploma en sexualidad humana presentado en noviembre
del 2000 pero aún inédito, intentó caracterizar
a un grupo de 17 mujeres prostitutas, 41,2 por ciento de las cuales
tenía entre 15 y 19 años de edad.
La
investigación encontró que 7 del total había
padecido alguna infección de transmisión sexual
en algún momento de su vida. La enefermedad más
frecuente era blenorragia, seguida de sifilis y condiloma. Una
de las mujeres se había infectado con el VIH.
Estas
mujeres con conductas prostituidas “no conocen los riesgos que
ocasionan estas enfermedades para su salud” y asumen la relación
sexual “sin conciencia de protección” por ninguna de las
partes implicadas, añade el estudio.
Investigaciones
anteriores aseguran que la mayoría de las prostitutas cubanas
usa condón "de vez en cuando" y únicamente
a pedido del turista que suele llegar a la isla con una sensación
de seguridad por los "niveles de salud" que exhibe la
isla.
El
regurgimiento con fuerza de la prostitución coincidió
además con el aumento de la incidencia de diferentes infecciones
de transmisión sexual, según datos del Ministerio
de Salud Pública.
De
acuerdo con el Anuario Estadístico de Salud 1998, en ese
año se reportaron 29 mil 648 casos de blenorragia y 13
mil 400 de sífilis, para una tasa de 266.1 y 120.5 casos
por 100 mil habitantes, respectivamente.
En
1980 se habían reportado 16 mil 471 casos de blenorragia
y cuatro mil 346 de sífilis.
INFECCIONES
SEXUALES
De
acuerdo con el Perfil estadístico de la mujer cubana en
el umbral del siglo XXI, publicado por la Oficina Estatal de Estadísticas,
en 1996 la incidencia de ITS era mayor en los hombres que en las
mujeres.
Por
cada 100 mil habitantes se reportaban 149,2 casos de sífilis
en el sexo masculino y 138,2 en el femenino. La diferencia era
aún mayor en la incidencia de la blenorragia, con una tasa
de 578,2 hombres infectados por cada 100 mil habitantes, contra
156,8 mujeres.
Las
estadísticas oficiales no hacen referencia, en ningún
caso, a la incidencia de estas infecciones entre las personas
con conductas prostituidas.
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