Lazaro
L. Fariñas
Todo
hace indicar que a partir del 1ro. de junio, es decir, dentro
de unos días, entrarán en vigor las medidas
aprobadas por el presidente George W. Bush, con las cuales
los cubanos que aquí residimos nos convertimos, automáticamente,
en víctimas del odio despiadado de esta administración
contra la nación cubana.
Desde
que se anunció, públicamente, que la Casa
Blanca estaba muy contenta con las recomendaciones políticas
que sobre Cuba le estaba entregando una comisión
que ellos habían creado el pasado mes de octubre,
aquí se especulaba la fecha que escogerían
para poner en vigencia las tan malsanas restricciones. Ya
se ha filtrado que será el 1ro. de junio cuando se
materializará la infamia. A partir de esa fecha,
los cubanos que aquí residimos tendremos que pedir
una licencia especial para ir a Cuba, la cual se nos será
negada, si es que, por cualquier razón viajamos a
la isla en los últimos tiempos. Tendremos que esperar
tres años a partir del último viaje para ser
considerados merecedores de un permiso para viajar otra
vez. Así es de sencillo lo que se nos avecina.
El
presidente norteamericano también se ha tornado en
algo así como juez de la corte familiar, para dictarnos
quién es familia nuestra y quién no. Un tío,
por ejemplo no es nada de nosotros, como tampoco lo es un
sobrino. Mr. Bush ha decidido que esos parientes no son
lo suficientemente cercanos como para que merezcan ser visitados
o para que se les mande cien dólares. El gran “justiciero
y demócrata” Mr. Bush nos niega el derecho que nos
da la Constitución de este país para viajar
libremente a donde mejor nos plazca y además se erige
como el gran comendador y nos enseña cómo
debemos emplear nuestro dinero y a quién le podemos
regalar y a quién no. Es más, nos cuida nuestro
capital, cuando nos dice que no podemos gastar más
de 50 dólares diarios cuando nos toque el viaje a
Cuba.
Según
se cuenta en esta ciudad, los permisos especiales para ir
a ver un familiar que agoniza en la Isla van a ser eliminados
por completo. Es decir, que el cubano que aquí vive,
si recibe un telegrama de que su madre está en fase
terminal, no recibirá un permiso especial para poder
darle un último beso a ese ser querido. ¿Quieren
algo más cruel? ¿Son estos señores
los que hace unas semanas atrás estaban desesperadamente
buscando votos en todos los confines de este planeta para
que Cuba fuera condenada en la Comisión de Derechos
Humanos de Naciones Unidas?
Además,
que nadie piense que podrá ir a Cuba después
de estar esperando por tres años, y pasarse el tiempo
que le dé la gana por allá. No señor.
Según las disposiciones que esta gente está
dispuesta a poner en vigor dentro de unos días, el
cubano de aquí que logre viajar a la Isla no podrá
permanecer por allá más de los catorces días
que le van a permitir y además no podrá llevar
en su equipaje más de 44 libras. Así es que
no están dejando ningún cabo sin apretar:
cuándo puede ir, cuánto puede gastar, cuánto
tiempo puede permanecer y cuántas libras puede llevar
en su equipaje, todo lo cual será agresivamente controlado
por los funcionarios de este gobierno, en los aeropuertos
del país.
Se
acabará la botellita de ron o la caja de tabacos
que le permitían traer. De ahora en adelante, el
que quiera tomar ron aquí en Miami tendrá
que tomarlo de cualquier lugar menos de Cuba.
Los
votos de los cubanos de la Florida tienen enloquecido al
presidente y a todo su equipo re-electorero. Pero me parece
que han cogido el camino equivocado, pues con estas medidas
no van a ganar ni un solo voto más de aquellos que
ya tenían asegurados y sí van a perder muchos
de los que, por su filosofía, se hubieran inclinado
hacia ellos. Hay que tener en consideración que,
a pesar de haber ganado la Florida en contra de Clinton
en el año 92, el padre del presidente perdió
el condado de Miami Dade, a pesar de haber tenido el voto
abrumador de los cubanos americanos del área.
Las
medidas que se dice que el presidente pondrá en vigor
al 1ro. de junio son una verdadera vergüenza nacional,
pero parece que este presidente padece de una carencia total
de la misma y está dispuesto a seguirlas hasta sus
últimas consecuencias. En este 1ro. de junio, seguiremos
esperando noviembre |