Por
Alejandro Guevara Onofre
Lo
común y corriente es que una dictadura extermine por completo
a la Cultura, ejemplos sobran desde Alberto Fujimori hasta Pol
Pot. Augusto Pinochet no apoyó a la cultura chilena por
sus fuertes nexos con la izquierda, entre sus principales víctimas
se encontró el folclorista Víctor Jara, quien
fue asesinado brutalmente en el Estadio Nacional de Santiago en
1973.
Sin
embargo existe otra corriente de dictadura que se enfrasca en
auspiciar programas culturales con el fin de marcar diferencia
con el clásico modelo de una dictadura anticultura: la
Revolución Cubana.
A
decir verdad, el régimen dictatorial de Fidel Castro no
ha logrado superar a la época dorada de la cultura cubana,
pese a la extensa ayuda soviética.
Por
lo general se cree equivocadamente que lo mejor de la cultura
de América y de las naciones del Tercer Mundo se concentra
en el seno de la Revolución Cubana. Asimismo, se piensa
que Cuba antes de la Revolución era un país totalmente
desvinculado de la cultura.
Lo
cierto es que la Revolución Cubana está muy lejos
de ser un ejemplo cultural en el Tercer Mundo y con plena seguridad
el pasado cultural de Cuba fue el mejor de toda su historia.
Al
respecto, importantes compositores musicales se han inspirado
en las melodías y ritmos de la música afrocubana
:Louis Gottschalk (1829-69), George Gershwin (1898-37) y Aaron
Copland (1900-90). El estadounidense Gershwin es autor de la genial
obra Cuban overture. Durante una visita a la Isla, Copland se
quedó maravillado por la riqueza de los bailes típicos,
ritmos posteriormente adoptados por algunos músicos norteamericanos.
Entanto,
en la década de los treinta, el músico español
Xavier Cugat se convierte en uno de los
principales admiradores de la música criolla.
Hasta
1960, Cuba recibió la visita de extraordinarios artistas
y grupos musicales: Ignacy Pederewski ofreció diversos
conciertos en 1917; Anna Pavlova se presentó en 1917 y
1919; Arthur Rubinstein viajó a La Habana en 1919; el tenor
Enrique Carusso estuvo en 1920; Sergei Rachmaninov en 1922; y
conciertos de Andrés Segovia y Pablo Casals en 1923.
La
zona caribeña, crisol de razas europeas, asiáticas,
africanas e indígenas, es un rico emporio de la cultura
mundial. De esta región han surgido expresiones artísticas
que han enriquecido la cultura del Mundo del Atlántico,
como son la música, la danza, la pintura y la literatura.
Entanto,
existen países caribeños que exhiben orgullosamente
aportes directos a la cultura de
la humanidad, a pesar de la pobreza y las escasas oportunidades.
La
pequeña Jamaica es cuna del mundialmente reggae, un estilo
musical que causó furor en Europa Occidental y Estados
Unidos durante los años sesenta y setenta.
3.CUBA:
IMPORTANTE TRADICION CULTURAL:
«
..el señor Lecuona es un joven, prodigioso técnico
del piano y un incansable derrochador de melodías. Favorece
la música moderna con su capacidad de ejecutante, interpretando
la Rhapsody in blue de Gershwin, que nadie puede tocar como él,
y producciones de Nin y Falla… », I.Morse Jones,
Los Angeles Times, noviembre de 1931.
Antes
de la llegada de la Revolución Cubana, el mayor orgullo
de los cubanos era precisamente su riqueza cultural, desde la
música y pintura hasta la danza y literatura, a pesar de
la escasa población, reducido territorio y ausencia de
apoyo internacional.
Cuando los reyes de España visitaron por primera vez la
República Popular de China, en 1978, los anfitriones asiáticos
ofrecieron un maravilloso banquete de lo mejor de la gastronomía
cantonesa, pero durante la cena Don Juan Carlos de Borbón
y Doña Sofía escuchaban fascinados como una orquesta
de Beijing tocaba las melodías de la célebre La
malagueña, aquella inolvidable pieza musical que hizo famosa
a España en los cinco continentes.
Para
sorpresa de los propios chinos y de los invitados, el autor de
aquella música era el genial Ernesto Lecuona, el compositor
y pianista nacido el 6 de agosto de 1895 en Guanabacoa, provincia
de La Habana.
En el primer decenio del siglo XX, el compositor musical Eduardo
Sánchez estrenó la obra Dolorosa, una de sus mejores
creaciones musicales.
Considerado
uno de los mejores talentos artísticos de Cuba, él
es el padre de la famosa habanera Tú, sin lugar a dudas
su máxima obra maestra que se extendió a lo largo
y ancho de América Latina y Europa, especialmente España,
donde tuvo el nombre de La Habanera de los repatriados. Durante
esta época, Sánchez Fuentes produjo una vasta coleción
de óperas, suites y ritmos tradicionales.
En
1911 el músico cubano Gonzalo Roig sorprende al mundo al
componer la canción Quiéreme mucho,
que rápidamente se
transformó en el primer èxito internacional del
género del bolero. Después de este suceso, el bolero
inició toda una época de oro por América
Latina, como Cuba y México como principales capitales.
Entre sus máximos exponentes figuran los cantantes Agustín
Lara, Benny Moré y Luis Miguel.
En
este mismo año, murió Claudio José Domingo
Brindis de Salas. Fue el primer latinoamericano que ganó
prestigio como músico de categoría internacional,
título que posteriormente lo ganarían el boliviano
Jaime Laredo, la trinitaria Hazel Scott y el famoso chileno Claudio
Arrau.
Su
extraordinario talento encontró especial acogida en los
círculos culturales de las monarquías europeas.
Llamado «el Paganini negro », en honor a su raza y
talento, Brindis de Salas dejo gratos recuerdos en Francia y Haití
: destacó en el Conservatorio de París y fundó
el Conservatorio de Puerto Príncipe. Aunque cubano de nacimiento,
posteriormente adoptó la nacionalidad alemana al casarse
con una bella dama germana.
En
los años veinte y treinta, el compositor Amadeo Roldán
logró resonantes éxitos
internacionales producto de su trabajo de persecusión afrocubana
como aporte en el concepto orquestal. En 1931, las composiciones
de Roldán, como Rítmicas y Los tres toques, causaron
grata impresión en París durante los conciertos
internacionales de música sinfónica.
Otro
importante compositor cubano fue Alejandro García Caturla,
uno de los principales pioneros de la escuela de la música
afrocubana en el marco de la música sinfónica, con
interesantes piezas como La rumba, Tres danzas cubanas , Yamba-o
y Suite cubana. Por otra parte destacó el talento de Joaquín
Nin, entre los mejores pianistas de las Americas.
Maestro
de Ernesto Lecuona en España, también tuvo una importante
participación como compositor musical. Al igual que Roldán
y Nin, fue el apogeo musical del compositor Eliseo Grenet, con
justicia, uno de los máximos exponentes de la zarzuela,
destacando su obra Virgen Morena, que obtuvo fama por muchos años
en Madrid, Barcelona y Sevilla. Con el respaldo de Grenet y Gonzalo
Roig, La Habana floreció como la segunda capital universal
de la zarzuela. A partir de este momento, los cubanos Mario Bauza
y Don Aspiazu se convierten en los principales representantes
de la época de oro de las grandes orquestas de música
latinoamericana
de Nueva York.
En
las décadas de los cuarenta y cincuenta, en Estados Unidos
, Mario Bauza organizó una orquesta que mezcla los ritmos
afrocubanos y el jazz norteamericano. En este mismo escenario,
la Orquesta de Machito y sus Afrocubanos estrena el tema musical
Tanga, obra pionera en el estilo latín jazz. En 1946, en
mérito a sus grandes cualidades artísticas, el pianista
cubano Jorge Bonet es nombrado director musical del cuartel estadounidense
en Japón.Tres años después, el gobierno mexicano
otorgó la orden Aguila Azteca al crítico teatral
Marty Francois Baquer, la orden más alta que concede México.
Cinco
años después, la pieza musical de Dámaso
Pérez Mambo 8, causa furor alrededor de todo el planeta.
El manbo es una mezcla de ritmos afrocubanos adaptado a la línea
del jazz Bard.
En
el campo de la pintura, Eduardo Abela expone sus obras en el Salón
de Artistas Franceses de París, al lado de los mejores
pintores del orbe. En 1930, los pintores Juan Emilio Hernández
y Concepción Ferrant conquistaron los primeros lugares
en el Premio Exposición de Sevilla, grata experiencia que
lo vivió la artista Maria Capdevila en 1905.
Por
la fuerte oposición de los artistas y músicos de
no aceptar una cultura bajo la política de un gobierno
dictatorial, la época de oro de la cultura cubana ha sido
practicamente borrada por el régimen de Fidel Castro, por
ello no sorprende mucho que injustamente se ignore los aportes
a la cultura universal de Lydia Cabrera, Ernesto Lecuona, Joaquín
Nin, Mario Bauza, Jorge Bonet, Don Aspiazu, Desi Arnaz y César
Romero.
4.UNA
GRAN MUJER:
Elogiada
por intelectuales de la estatura de Carmen Conde, Federico García
Lorca y Gabriela Mistral, la escritora cubana Lydia Cabrera partió
al exilio defraudada por la ausencia de libertad artística
en la Isla.
La
antropóloga, investigadora y escritora Cabrera fue una
de las primeras intelectuales que destacó la importancia
de las raíces africanas de la cultura latinoamericana,
especialmente en la región caribeña. "Los Cuentos
negros de Lydia Cabrera constituyen una obra una obra única
en nuestra literatura, logrando situar a la mitología antillana
en la categoría de los valores universales », señalo
cierta vez el novelista Alejo Carpentier.
En
1954 publicó El monte, obra que por razones políticas
no tuvo el reconocimiento internacional que mereció: "El
mejor libro cubano de todos los tiempos lo escribió una
mujer: El monte, de Lydia Cabrera.
A
este libro no le han hecho caso en ninguna parte, no porque esté
escrito por una mujer, sino porque Lydia Cabrera está en
el exilio desde 1960", sostuvo en los anos ochenta el escritor
Guillermo Cabrera Infante. Con diversas obras como Yemayá
Ochun, La laguna sagrada de San Joaquín, La Regla Kimbisa
del San Cristo del buen viaje, Anafoniana, Los animales en la
magia y el folclore de Cuba y La lengua sagrada de los nanigos,
la escritora cubana se encuentra en la misma situación
de la pintora mexicana Frida Kahlo antes de que el investigador
estadounidense Hayden Herrera publicara su apasionante biografia
Frida : A Biography of Frida Kahlo (1983).
El
18 de septiembre de 1991, Cabrera muere en los Estados Unidos,
dejando el legado de una importante obra afrocubana como parte
del orgullo nacional de la Isla.
5.ENTRE
LOS PRIMEROS MUSICOS DEL MUNDO:
Admirado por Placido Domingo y Federico Fellini, el músico
Lecuona fue uno de los extraordinarios talentos de la humanidad
surgidos en el siglo XX. Se afirma que desde temprana edad recibió
clases de piano y música bajo la dirección de su
hermana Ernestina, una respetada pianista de la época.
Con
un fino oído y una gran habilidad en el teclado, a los
cinco años de edad causó admiración al ejecutar
las obras para piano Las campanadas y Gigantes y cabezudos, lo
cual le otorgó la categoría de prodigio musical
en la sociedad cubana. En el Conservatorio Musical de La Habana,
Lecuona se presenta como un gran proyecto musical en medio de
elogios y aplausos de los especialistas.
Después
de llevar estudios musicales en Madrid, el joven se especializa
en la llamada música culta, pero no bandona la música
de su país de origen. Asimismo de la mezcla de la música
europea y cubana surgieron algunas de sus numerosas composiciones
como la recordada Siempre en mi corazón y Noche azul.
También
zarzuelas con sabor tropical, entre ellas María la O, Rosa
la china, Lola Cruz, El batey, La tierra de venus, Nina Rita,
El maizal, La plaza de la catedral y El cafetal.
Entre
sus primeras composiciones famosas destacó la obra para
piano La comparsa, estrenada en 1912, genuino trabajo musical
que prácticamente se alzó como la partida de nacimiento
y el justo reconocimiento internacional a la música afrocubana.
Posteriormente
a su cargo de director de la Orquesta Filarmónica de La
Habana, el músico criollo organizó Los Lecuona Boys,
una orquesta que recorrió diversos países tocando
música básicamente cubana. En 1929 el compositor
estrenó en los Estados Unidos Siboney, otro gran paso en
la internacionalización de la música antillana.
También
compuso hermosas piezas para piano de estilo típicamente
español como La malaguena y Andalucia. Asimismo en este
género es importante resaltar la obra Rapsodia negra.
En
tanto en honor a la Isla compuso los ritmos afrocubanos Para vigo
me voy y Karabali. Sin embargo sorprendió al mundo al presentar
Danza y Danza lucumi, composiciones netamente africanas. A decir
de los especialistas, muy pocos compositores en el mundo se acerquen
a la gigantesca y variada producción musical de Lecuona,
que incluye títulos como Juventud, Es un golfo, Sin nombre,
Como presiento, Aquella tarde, Sor Ines, La de Jesús María,
A la antigua, Ahí viene el chino, Maracas, El zunzun y
Damisela.
La
llegada de la Revolución Cubana fue un golpe mortal para
Lecuona, pues lo alejó para siempre de su patria, un dolor
que llevó hasta el día de su muerte.
Como
la mayoría de intelectuales y artistas más importantes
de la Isla, rechazó ser miembro cultural de la propaganda
política del régimen castrista. Al poco tiempo,
el único artista anticastrista aceptado en el Bolshoi de
la URSS, pasó al exilio en España, donde murió
en 1963. Antes de morir, Lecuona solicitó de forma muy
especial que sus restos sean enviados a Cuba solo el día
en que no exista una dictadura.
6.EN
EL SALON DE LA FAMA DEL CINE
A
pesar de sus raíces españolas, el cineasta Nestor
Almendros siempre considero a Cuba como su primera patria por
ser la tierra que otorgo refugio a su familia cuando él
apenas era un niño. Después de estudiar filosofia,
letras y artes cinematográficas en la Universidad de La
Habana,
Almendros se inclinó por incursionar en el cine, conjuntamente
con el novelista y cineasta Guillermo Cabrera Infante.
Al
poco tiempo empezó a producir sus primeros cortometrajes.
En los años cincuenta, su preucupación por organizar
una industria cinematográfica cubana lo llevó a
ser uno de los miembros fundadores del Instituto del Cine, y después,
realizar el primer cineclub en la Isla. En los peores años
de la dictadura Batista, Almendros partió hacia los Estados
Unidos e Italia, donde perfeccionó sus estudios cinematográficos,
especialmente en el Centro Spementale de Cinematografía
de Roma, instituto que tuvo en sus aulas a Tomas Gutiérrez
Alea, Fernando Birri, Gabriel García Márquez y Julio
García Espinoza.
Al
regresar a la Isla, el territorio cubano se encontraba bajo los
primeros años de la Revolución Cubana, con una serie
de amezas y persecuciones a los artistas e intelectuales no aliados
al nuevo régimen dictatorial. En 1962 fue expulsado de
la Isla por un documental que no se ajustaba a la política
cultural de la revolución.
Sin
embargo, su exilio en Francia fue el nacimiento de su internacionalización
como cineasta: ganó mucha experiencia al trabajar al lado
de Francois Trauffaut y Eric Rohmer, dos consagrados cineastas
de Europa.
Pronto,
figuró como director fotográfico en muchas películas
de Barbet Schroeder, Roger Corman y Vicente Aranda. No hay duda
que 1979 fue un año especial
en la biografia profesional de aquel cubano-español que
salió de la Isla por razones políticas, pues obtuvo
el premio Oscar por su fotografía en la película
Los días del cielo, del cineasta Terence Malik.
En
los siguientes años recibió numerosos galardones
y nominaciones por su trabajo fotográfico en algunas de
las películas más populares de los Estados Unidos,
tales como Sophie`s choice (Alan Pakula) y Kramer contra Kramer
(Robert Benton).
Entre
todas sus virtudes, Nestor destacó ampliamente por ser
un hombre profundamente comprometido con el respeto de la democracia
y los derechos humanos, un atípico ejemplo en el mosaico
de artistas e intelectuales del Tercer Mundo que sutilmente olvidan
la esencia totalitaria de la Revolución Cubana.
En
1988, realizó Nadie escucha, un documental sobre la realidad
de los disidentes políticos cubanos, tal vez el trabajo
más importante de una serie de documentales que realizó
sobre el perfil dictatorial del régimen castrista. Como
muy pocos artistas, durante su vida tuvo que soportar tres exilios,
experiencia que con el paso del tiempo se transformó en
una pasión por la democracia.
7.EL
ORGULLO DE LA ISLA:
En
1965 el escritor Guillermo Cabrera Infante pasó a formar
parte del grupo de artistas e intelectuales de Cuba en el exilio.
En este año ganó el Premio Biblioteca Breve Editorial
Seix Barral. Posteriormente naturalizado británico, en
1967 Cabrera Infante publicó Tres tristes tigres, su máxima
obra que lo llevó a la fama internacional.
Dos
años más tarde es el guionista oficial del filme
Carrera contra el destino, una película que nació
en Hollywood bajo la producción de la 20th Century Fox.
En los años setenta publicó las obras : Vista del
amanecer el trópico (1974), O (1975), Exorcismo de esti(l)o
(1976), Arcadia todas las noches (1978) y La Habana para un infante
difunto (1979).
En
1997 el escritor y cineasta cubano-británico obtuvo el
prestigioso Premio Miguel Cervantes Saavedra, el mayor galardón
que concede las letras de Iberoamérica.
A
partir de los últimos anos del decenio de los noventa,
su nombre figuró en la lista de candidatos favoritos al
Premio Nobel de Literatura, un hecho que se presenta por primera
vez en las letras de la Isla. En el 2005 murió el famoso
escritor.
8.LA
DESERCION DEL COMPAÑERO DE ALICIA :
Durante
un compromiso artístico por Italia, en octubre de 1992,
el famoso bailarín cubano Jorge Esquivel, emblema de la
cultura de la Revolución, causó sorpresa al mundo
al recibir asilo político. Muchos no entendieron como un
hijo privilegiado
por la Revolución Castrista abandonaba la Isla en el peor
momento de su historia.
A
principios del decenio de los sesenta, Alicia Alonso descubrió
en el niño Jorge Esquivel a un magnífico proyecto
para el ballet cubano. No pasó mucho tiempo hasta que el
joven ingresó al Ballet Nacional de Cuba, donde descolló
como la segunda figura más importante en las giras internacionales
por el Mundo Soviético y algunos países de Europa
Occidental.
Sin
embargo, su consagración entre los seis bailarines más
completos sobre la Tierra llegó cuando fue electo partenaire
de Alicia Alonso, pareja artística que se alzó como
el cerebro central de la fama internacional del Ballet Nacional
de Cuba.
El
ciclo Esquivel-Alonso, causó mucha impresión en
el público y especialistas del ballet del exterior por
interpretar con singular arte el Pas de Deux del segundo acto
de Giselle y el adagio del segundo acto de El lago de los cisnes,
dos de las mejores obras del ballet universal.
Como
bailarín individual, Esquivel fue invitado de honor en
diversas compañias artísticas: Ballet de la Scala
de Milán (Italia), el American Ballet Theatre de Nueva
York, la Òpera de Budapest (Hungría), el Ballet
Bolshoi de
Moscú y Les Grands Canadiens.
En
tanto, su estatura profesional fue destacada por la prensa especializada
en la prensa estadounidense y británica, incluyendo comentarios
interesantes en el Herald Tribune, New York Times y el Financial
Times de Londres. En 1982
Durante
el VIII Festival Internacional de Ballet de La Habana, ingresó
como coreógrafo de la obra Espiralia. "Para mi es
de gran importancia este festival, fundamentalmente porque está
dedicado a las coreografías latinoamericanas: las hay de
Brasil, la Argentina, México, Chile…Además, por
la importancia cultural y política que tiene. Se esta haciendo
un esfuerzo extraordinario para llevar mucha organización
trabajo, no sólo de los bailarines, sino también
de todos los compañeros ».
En
los últimos años de los ochenta, el bailarín
cubano se dedicó a experimentar otras formas de danzas,
tanto dentro del Ballet de Camaguey, como en si trabajo individual
con el músico Leo Brouwer.
Después
del exilio de diversos artistas e intelectuales y del fallecimiento
de figuras aliadas, el escritor Carpentier y el poeta Guillen,
el bailarín y coreógrafo Esquivel se convirtió
en una de las dos personalidades de renombre internacioanl de
la Revolución Cubana.
Sin
embargo, en 1992 el exilio político de Esquivel presentó
la cruda realidad del fracaso del desarrollo de la político
de la intolerencia artística del gobierno cubano, pues
no se trataba de una figura cultural de la época prerrevolucionaria
como el pianista y compositor Ernesto Lecuona o escritores que
elevaron su prestigio internacional en la primera década
de la Revolución Cubana como Guillermo Cabrera Infante
y Severo Sarduy, sino en el primer y único artista de tono
internacional que nació bajo la sombra tropical de los
maratónicos discursos antiestadounidenses de Fidel Castro
Ruz.
9.DERECHOS
HUMANOS Y CULTURA CASTRISTA:
En la mayoría de los casos la intolerancia de las tiranías
hacia los escritores se transforma en claros ejemplos de irracionalidad,
tal fue el caso de Salman Rushdie, el escritor angloindio autor
de los Versos Satánicos.
Antes
de finalizar los años ochenta, la teocracia gubernamental
de Irán condeno a muerte al novelista por supuestamente
blasfemar a la religión musulmana en su obra Versos Satánicos.
Como ciudadano británico, el gobierno de Margaret Thatcher
le otorgó la seguridad apropiada. "Puede ser una ironía
en un Estado auoritario, donde uno le debe lealtad al régimen,
pero no lo es en un democracia auténtica", respondió
Rushdie al ser interrogado sobre su condición de ciudadano
protegido del Reino Unido.
De
hecho, una gran cantidad de escritores son asesinados o forzados
al exilio sobre todo en sociedades con grupos terroristas y gobiernos
tiránicos sin fuertes presiones internacionales por el
respeto de los derechos humanos, tal como ocurre en Argelia, Myanmar,
Bangladesh y Cuba.
Tal
vez una de las historias más drámaticas de la supervivencia
y lucha de un escritor opositor dentro del marco de una tiranía
se encuentre en la vida y obra del singular novelista cubano Reinaldo
Arenas, autor de Celestino antes del alba (1967), El mundo alucinante
(1969) y El palacio de las blanquísimas mofetas (1980).
Por
su condición homosexual y como tenaz opositor al régimen
de Fidel Castro, el ex revolucionario nacido en Holguin, pasó
dos años en la prisión de El Morro, uno de los antiguos
campos de concentración del régimen totalitario.
Con anterioridad a los años setenta, el gobierno cubano
prohibió los derechos de autor, lo cual perjudicó
económica y moralmente al escritor ganador del Premio de
la Novela Extranjera de Francia. "En realidad no he tenido
ningún derecho. En Cuba yo tenía muy pocos derechos
o ninguno puesto que los dechos los tiene el Estado y el Estado
es una persona.
Dentro
de esta persecusión de todos los intelectuales, el escritor
es el peor enemigo. Se prohíben los derechos de autor.
Era un delito que se hiciese un contrato, un delito penado por
la ley. Qué ocurre entonces? Que aunque hay veintiuna ediciones
de mis libros, no he ganado ni un centavo ».
Borrado
de la intelectualidad cubana por su no disimulado desprecio a
la ausencia de libertad política y a los derechos sexuales
en la Revolución Cubana, en 1980 Arenas fue expulsado de
la Isla a través del puente de barcos de refugiados de
Mariel.
Durante
su exilio en Miami, escribió sin parar en tajante respuesta
a los años que perdió como novelista mutilado por
el gobierno dictatorial. Muchas de sus obras reflejan su pasado
en la Isla, destacando como testimonios de la realidad de la Revolución
Cubana: Otra vez el mar (1982), La loma del ángel (1987),
El portero (1988) y Viaje a La Habana (1990). En vísperas
de su muerte, víctima del Sida, publicó su famosa
autobiografía titulada Antes que caiga la noche, una novela
que refleja su vida en la dictadura castrista y su lucha por sobrevivir
como exiliado político en tierras estadounidenses. La vida
y obra de Arenas fue llevada al cine bajo el título de
su última novela, aunque se combinan pasajes de otras novelas
como El mundo alucinante y El color del verano. « Creo que
es la voz de muchos cubanos a quienes no hemos oído, una
voz ultrajada llena de humor que ha convertido el sufrimiento
en extraordinaria belleza.
De
una vida de dificultades surgió una de las voces con más
talento de Latinoamérica. Su extraordinario talento lo
convirtió en una de
las mayores espinas para el régimen de Fidel Castro",
o pino el cineasta Julian Schnabel, responsable de la película
Antes que caiga la noche (2001).
10.
SOLO VIEJAS FIGURAS:
A
pesar del enorme apoyo y los no disimulados gastos millonarios
en la cultura, la Revolución Cubana prácticamente
ha congelado las conquistas y la reputación internacional
de la cultura cubana a tal punto de convertirla en un instrumento
preferido de su propaganda política hacia las naciones
del Tercer Mundo.
Con
la excepción de figuras ya consagradas antes de 1959, como
Wilfredo Lam, Alicia Martínez del Hoyo (Alicia Alonso),
Alejo Carpentier, Francisco Repilado (Compay Segundo) y Dulce
Loynaz, la Revolución Cubana es un campo infértil
en la producción de artistas de talla internacional, salvo
algunas contadas figuras como Pablo Milanes.
En
el período 1924-38, el pintor Wilfredo Lam se traslado
a Espana con la meta de perfeccionar su vocación artística
en un país cuna de grandes pintores como Pablo Picasso,
Francisco Goya y Joan Miro.
Sin embargo, en 1938 optó por buscar nuevos horizontes
en Francia. En París, Lam se codeará con los mejores
pintores del momento: André Breton, Tristan Tzara y Pablo
Picasso.Más tarde, Picasso le daría todo su respaldo:
"Nunca
me equivoqué contigo. Eres un pintor, un verdadero pintor,
por eso te dije la primera vez que nos vimos que me recordabas
a otro hombre : a mi », sentenció cierta vez el maestro
espanol. Décadas después, Lam diría lo siguiente
: « Espana fue mi casa, mi baluarte, mi castillo, donde
me posesioné de mis armas de combate". En este mismo
ano, Picasso y el pintor cubano expusieron en la Pearls Gallery
de Nueva York.
A
partir de los sesenta, el pintor Lam se convierte en uno de los
principales aliados de la Revolución Cubana. Desde entonces
el gobierno de Fidel Castro elevará hasta lo más
alto la figura del pintor de origen espanol con el propósito
de convertirlo en un icono de la Revolución.
11.ALICIA
ALONSO: ETERNA ALIADA CASTRISTA
En
los primeros decenios del siglo XX, nace la figura de la bailarina
Alicia Alonso. En la Escuela de Ballet de la Sociedad Pro-Arte
Musical de La Habana, la niña Alicia Martínez del
Hoyo, más tarde conocida mundialmente como Alicia Alonso,
inicia sus primeros contactos con la danza moderna. Posteriormente,
se traslada a los Estados Unidos donde prosigue sus estudios artísticos
con extraordinarios
maestros, incluyendo Enrico Zanfretta. En 1939 fue invitada a
participar en el American Ballet Caravan a raíz de sus
impresionantes presentaciones en Broadway.
A
inicios de los años cuarenta se consagra en el American
Ballet Theatre de Nueva York al interpretar con singular éxito
a Giselle. Al poco tiempo se presenta con la categoría
de "Prima ballerina" en los escenarios más exigentes
de América y Europa, dejando comentarios positivos por
su interpretación de importantes obras del repertorio romántico
y clásico
A
finales de los cuarenta y principios de los cincuenta, en La Habana
funda el Ballet Alicia Alonso y la Escuela Oficial de Ballet Alicia
Alonso, una de las primeras instituciones de su género
en América Latina.
En
los siguientes años se incorpora al Ballet Ruso de Montecarlo.
Aún cuando se persiguió a muchos artistas e intelectuales
, la bailarina Alonso se convierte en una de las primeras figuras
artísticas que reconoce a la Revolución Cubana.
Gran aliada de la dictadura castrista, su reconocido arte internacional
ha logrado apaciguar las críticas contra el régimen
castrista, especialmente a partir de los años setenta.
En 1961, ella estrenó el ballet Primera cojugación,
una obra dedicada a exaltar la figura del revolucionario Ernesto
Che Guevara. Nueve años más tarde, durante el marco
del VII Festival Internacional de Ballet de La Habana, presentó
el ballet Misión Korad, un homenaje a la misión
espacial URSS-Cuba, donde destacó el cosmonauta caribeno
Arnaldo Tamayo. Galardonada con títulos como la Orden Àguila
Azteca (México), Medalla de Oro del Gran Teatro del Liceo
de Barcelona (Espana), Premio Anna Pavlova Universal Danza de
París (Francia), Orden del Trabajo de Vietnam y Orden Blasco
Nunez de Balboa de Panamá, su nombre presenta a Cuba como
el paraiso cultural del Tercer Mundo, donde florece la cultura
como un bien para todos, sin distinción de razas, política
y religión, olvidando los casos del exilio de Guillermo
Cabrera Infante, Celia Cruz, Enrique Labraer Ruiz, Orlando Contreras,
Reinaldo Arenas, Gumersindo Barea y García, Juan José
Sicre, Marty Francois Baquer y Gastón Baquero.
12.CARPENTIER
Y SU PASION CASTRISTA :
No
hay duda que las cuatro mejores obras de Alejo Carpentier nacieron
antes de la Revolución Cubana : La música en Cuba,
El reino de este mundo, Los pasos perdidos y El siglo de las luces.
La primera obra es un libro completo sobre la música afrocubana,
que llevó
más de cinco años de investigación (1940-46).
El reino de este mundo es un encuentro con las primeras páginas
de la historia haitiana, libro que nació justamente después
de una visita del matrimonio Carpentier a la ex colonia francesa.
Su
tercera obra se inspiró en la selva amazónica venezolana.
El siglo de las luces recoge la historia de la Revolución
Francesa. Desde 1960, Carpentier pasa a formar parte del grupo
de artistas e intelectuales que reconocen a la Revolución
Cubana. Durante los primeros años de la Revolución,
recibió diversos cargos como vicepresidente de la Unión
de Escritores y Artistas de Cuba y director ejecutivo de la Editora
nacional de Cuba.
Su
fama internacional como escritor favorece a la cultura revolucionaria.
En 1962 Carpentier finalizó su extensa obra El siglo de
las luces. En los siguientes años publicó Tientos
y diferencias (1965), El derecho de asilo (1972), El recurso del
método y concierto barroco (1974), La consagración
de la primavera (1977) y El arpa y la sombra (1979). En 1978 recibió
el Premio Literario Cervantes Saavedra.
13.LIMITADOS
RESULTADOS :
A
diferencia del deporte cubano, el gobierno socialista de Castro
no encuentra la fórmula para descubrir talentos que ocupen
el sitial de la bailarina Alonso, por ejemplo. A estas alturas,
Cuba no posee un Wolle Soyinka, un Fernando Botero o actrices
de la talla de la brasileña Gloria Pires.
Aunque
los logros culturales son efímeros, la Revolución
Cubana aprovecha al máximo el poco talento artístico
para llevar a cabo una agresiva propaganda cultural, donde se
expone y se autoafirma, bajo el sello de Fidel Castro y Armando
Hart, que los artistas de la Cuba Socialista
son
los « mejores del planeta ». A decir verdad, la poca
humildad de la Revolución Cubana se reduce a vivir de las
hazanas pasadas de Alicia Alonso y Wilfredo Lam, importantes aliados
de la familia Castro.
La
literatura de la Revolución Cubana no registra en los últimos
cuarenta anos ningún escritor talentoso de proyección
internacional, una realidad que jamás imaginaron Alejo
Carpentier o Julio Cortazar, eternos aliados de la Cuba castrista.
La
mayoría de poetas o novelistas castristas pierden su esencia
intelectual por el excesivo culto que rinden a la Revolución
Cubana : Manuel Pereira (El comandante veneno), José Soler
Puig (El sol a plomo), Manuel Cotino (La última mujer y
el proximo combate), Miguel Cossio (Sacchario), Joaquín
Santana (Nocturno de la bestia), Ezequiel Vieta (Vivir en Candonga),
Jaime Sarusky (La búsqueda), Lisandro Otero (La situación),
Dora Alonso (Tierra inerme) y Luis Armando Blanco (Ciudad rebelde).
Hasta 1990 la lealtad de estos escritores con el socialismo fue
sin lugar a dudas una de las más fuertes dentro del Mundo
Soviético. |