Por
Adela Soto Álvarez.
"A
mi hijo y a todos aquellos inocentes que sufren del frío
de las celdas...
Muchas
personas imaginan que la cárcel es la representación
que hacen los grandes directores y guionistas para el 7mo arte
y que son proyectados con el objetivo de entretener a la cine-audiencia
y recaudar taquillas inimaginables, además donde los reos
viven su vida a las anchas, y aunque existan violaciones, los
carceleros son vulnerables, los héroes saltan las alambradas
y la justicia al final impera.
Todo esto es muy emocionante, y después de dos horas de
expectación nos calmamos al llegar al final del filme,
comenzando por mi que soy fanática a este tipo de películas
de acción donde la temática social es su esencia.
Pero si realmente nos remitimos a la etimología de la palabra
cárcel , a su contenido en la realidad objetiva y nos trasladamos
a una de las penitenciarias cubanas, a sus prisioneros, a la realidad
de sus celdas, entonces todo cambia, y nos llenamos de un sabor
tan amargo que se nos destruye la vida.
Todos sabemos que Cuba es una gran cárcel rodeada de más
y más cárceles por todas partes, combinada con una
persecución continuada, acoso y hostigamiento por parte
de la fuerza imperante y sus lacayos al mando.
Estas mazmorras, se alzan desafiantes en los lugares más
intrincados de cada provincia, con anchos y altos muros de hormigón
armado, alambres de púas electrificados, y más de
una veintena de guardia armados hasta los dientes, custodios,
conduces, y oficiales al mando de un gran cacique, que cumple
las órdenes del ordene y mande del jefe de la cuadrilla
de carceleros, que a su vez está bajo las órdenes
de otro de mayor jerarquía, y rango militar, pero tan inhumano
como los demás.
En cada cárcel cubana hay un sin numero de reclusos, políticos,
comunes y de paso, pero todos sumidos en la más cruel inclemencia,
y atados al mismo eslabón, “el abuso de cargo y la injusticia,
y que sin otra opción tienen que enfrentar diariamente
la realidad de sus interiores.
En estos interiores reinan los calabozos, mal llamados dormitorios,
huecos de castigo, departamentos de interrogatorios severos, oficinas
para los carceleros, un cubiculo de recepción, un comedor
tan siniestro como todo lo demás, donde se atienden las
visitas familiares, y algunos cuartos destinados a los encuentros
conyugales, donde cada cual tiene que llevar su aseo personal,
su cubo y sábana, de lo contrario lo espera un camastro
sin cubierta, con una mísera colchoneta.
Por lo que lo mismo te puede contagiar una ladilla, que un piojo,
o cualquier otro de los insectos que sobreviven de por vida en
estos centros penitenciarios.
Todos los días a las 5 de la madrugada dan el de pie a
grito limpio. Los reos en filas son contados como al ganado, y
posteriormente a las seis, proceden al mal llamado desayuno, que
no es otra cosas que un pedazo de pan viejo, con olor muchas veces
a saco, combustible, o a cualquier otro olor, menos al de harina,
y un sorbo de agua con azúcar prieta, o turbinada, todo
servido en jarros y bandejas de aluminio totalmente deterioradas.
Estos calabozos son casi todos tapiados, en forma de rectángulo
de 3.30 de ancho por 10.4 de largo, divididos en dos áreas,
en la que se ubican dos filas de literas de tres pisos donde duermen
18 personas aproximadamente.
Las literas ocupan un área de 8.2 metros cuadrados, dejando
libre un pasillo central entre ambas filas de literas metálicas
con batidores de tablas de madera sin cepillar, que ocupan un
área de 17.2 metros cuadrados, que permite a cada recluso
disponer en hipótesis de 0.90 centímetros cuadrados
de área de estar, cuando no se encuentra en su camastro,
muchas veces sin tapujes acordes para un ser humano.
Los colchones o colchonetas que están bien escasos, son
de guata, o saco de nylon con pedazos de esponjas marinas o fibra
vegetal, donde pululan las caritativas cucarachas, que gracias
a su expansión por el lugar se pasan todo el tiempo en
una lucha campal contra las chinches y a otras plagas que han
encontrado su habitad en estos sitios.
En estos supuestos cuartos no existen taquillas donde acomodar
las pertenencias ni los utensilios para la alimentación,
de los encarcelados, por lo que no les queda más opción
que colocar los mismos en el piso y dentro de bolsas, sacos o
maletines, que muchas veces les sirve de cama al buen número
de prisioneros que no poseen ni siquiera un camastro para el descanso
nocturno.
En otra área están los mal llamados baños
que no son más que un rectángulo de 2.70 por 3.30
metros, con una superficie de 9 metros cuadrados.
En ellos hay una letrina, una batea de cemento y un área
de aseo. No tiene puertas ni cortinas, ni existen grifos de agua.
Aunque de existir sería por gusto, pues este preciado liquido
lo ponen de forma esporádica y solamente para ser almacenada
en tanques, cubos, latas, etc. Lo que provoca constantemente contaminaciones
por parásitos, e infecciones cutáneas.
Los techos y las paredes son pintados con cal viva o yeso, por
lo que las alergias, y las erupciones en la piel, así como
los problemas respiratorios no cesan, incluyéndoles la
tuberculosis, y las neumonías a repetición.
El piso es de cemento gris con más agujeros que un queso.
Estas perforaciones fueron realizadas para ocultar objetos para
la defensa personal de algunos reos que por miedo a ser agredidos
los obtienen de diferentes formas y otros han sido construidos
dentro del penal y como es de suponerse a escondidas. Aunque en
estos momentos la mayor parte de los agujeros no se utilizan para
eso, a causa de las inspecciones y la extrema vigilancia, pasando
a ser cada abertura una cueva de ratones.
La iluminación es totalmente deficiente a pesar de que
son los propios reclusos los que a través de sus familiares
aportan los únicos bombillos que existen. Igual sucede
con los medios de limpieza, que si no se los consiguen por fuera
en la bolsa negra o el área de la divisa, no tienen con
que realizar el aseo a las continuas suciedades del lugar.
El aseo personal es otra de las cosas deficientes en los penales
cubanos, se conoce que cada dos meses se le distribuye a cada
recluso dos pastillas de jabón de 120 gramos y un tubo
pequeño de pasta dental de pésima calidad.
En temporada de invierno, se les entrega a cada recluso una colcha
y una camiseta enguatada, bajo el lema de que son donaciones de
otros países por lo que deben cuidarla y devolverlas al
iniciarse el verano.
Otra de las violaciones carcelarias son la falta de sillas o bancos
para el descanso necesario de los reclusos, justificando esta
carencia a la posible utilización en trifulcas, y que puedan
ser heridos unos a los otros.
La ventilación es otra de las constantes violaciones, se
obtiene absolutamente a través de unos orificios que existen
en los extremos superiores del rectángulo y por donde entra
también lluvia, polvo, hollín, moscas y mosquitos
entre otros bichos.
El entretenimiento es deficiente y escaso y no responde a ningún
programa de esparcimiento, solamente programas dirigidos de educación,
y la Tribuna Abierta, Mesa Redonda y el noticiero nacional, y
esto a partir de las 6 de la tarde. En cada penal solamente existen
dos equipos para más de 200 reclusos, y los edificios de
todos los penales tienen cuatro pisos, por lo que para poder ver
la televisión ir a esta sala y cada cual si quiere sentarse
tiene que hacerlo sobre su propio recipiente, como cubos o latas
para almacenar agua.
Después de conocer la realidad de las penitenciarias cubanas,
me parece imposible que la gente siga creyendo en el constante
cacareo del régimen de La Habana cuando afirma que su sistema
carcelario no viola los derechos de ningún reo, cuando
la realidad no es otra que decir cárcel cubana es lo mismo
que decir el " infierno de Dante" que se repite en 47
años de dictadura castrista.
LA CELDA
Ahí está la celda
Humeda.
Inconmovible
Rociada por el sudor que se vierte
Toda agujereada de injusticia
Con garabatos en nombre propio
Y algún que otro mensaje que no llegó a su destino
Lamentos impregnados..
Y la perfecta tortura desafiando los cuerpos
La suave melodía del suplicio, reduce el corazón
Y las ideas
En la celda es casi un milagro conciliar el sueño
Casi es un milagro tenderse sin sentir el grosor aguijoneándote
y el olor a estiércol penetrante y acído
tan fuerte como los embates de la razón y el grito
El frío penetra a través del cemento, cada vez más
angosto
Pero no tienes opción que arrinconarte
Beber el agua putrefacta
Defecar sobre tus pies
Sujetarte al balaustre más cercano
Y gemir al son del mismo enigma
Ahí esta la celda, articulada sobre un espacio breve
También esta el temblor en cada tuétano
El techo angosto, exhibiendo las estalactitas
Cucarachas, grillos y chicharras cantoras
Y la eterna penumbra indeseada
Arrullando los suicidios diarios
Lamentos, llantos, y hasta oraciones
De aquellos que aun les queda fe
Ahí esta la Celda
Lo mismo en el Combinado del Este,
Que en Manto Negro, Kilo 8 o Kilo 5
Boniato, Ariza, La Pendiente,
y hasta en la propia calle
Con su intenso calor, y su desafío interminable.
Mientras yo desde aquí observo y muero de impaciencia
Esperando que la justicia toque fondo. |