Por
Oswaldo Yañez.
Desde la Habana
El discurso del hermanísimo fue censurado tres veces, una
por los redactores, otra por él mismo y la tercera por
los libelos oficialistas que eliminaron su desliz al perjudicar
en uno de sus inopinados comentarios al enfermo.
¿A
quien se le ocurrió dispensar leche sólo hasta los
siete años? A su hermano, a quien sino, todos sabemos que
en Cuba solo las ideas del comandante en jefe son llevadas a la
práctica, eso se le olvidó al hermanísimo
al aludirlo en su discurso.
La
plática dividida en once partes tenía como contenidos
principales:
1.
Elogiar la capacidad del pueblo cubano a través de la historia
de superar los retos.
2.
Elevar la moral de los disímiles brazos del Partido.
3.
Expresar que las dificultades cotidianas son culpa de EEUU.
4.
Resaltar que el ejército y el pueblo están preparados
contra el invisible invasor.
5.
Reiterar la nula voluntad de cambio de sistema del régimen
castrista.
6.
Instrucciones para identificar y valorar problemas.
7.
Pedir paciencia para resolución de problemas.
8.
No hay dinero, el presupuesto no da para más.
9.
Pedir que la producción aumente.
10.
Ordenar el ahorro de combustible en todas las áreas.
11.
Recordar que el socialismo es la única vía aceptable
para las soluciones a los problemas en el régimen de los
Castro.
Yo
creo que el asunto está bien claro para quien hay escuchado
o leído el discurso, nada va a cambiar a corto plazo y
lo que cambie será dentro de los principios revolucionarios,
ne variatur, que nada cambie.
Raúl
Castro habla al pueblo elogiándolo porque sabe que sufre
lo indecible y trata de animar a los disímiles tentáculos
del PCC pues sabe que sin ellos el castillo de naipes se derrumba.
Como
siempre, a pesar de tender una mano que sabe que será rechazada,
culpa a los americanos de los males que ellos mismos causaron
y les advierte sobre algo de lo que los de la otra orilla no tienen
ninguna intención de realizar, el desembarco.
Para
que el pueblo no sueñe demasiado le pide que mire a su
alrededor y que identifique y analice los problemas para que estos
se vayan solucionando lentamente, como si el cubano no supiera
que es lo que no funciona y por que, no funciona nada y la culpa
es del socialismo y sus dirigentes.
Les
informa que la caja está vacía y que no da para
más, por lo que se centrará en traer fulas del exterior,
es decir, deben ser más tolerantes con los extranjeros.
Se
pide a todos que traten de elevar la producción pues él
sabe que se puede, el problema es el de siempre, con estos sueldos
todos harán como que trabajan sin hacerlo.
El
ahorro de combustible es una orden sin paliativos a cumplir, a
pesar de los barriles Venezolanos y los propios, el crudo no alcanza
porque grandes partidas son revendidas para mantener operativo
el aparato del partido.
Todos
somos advertidos que nada cabe fuera del socialismo, así
tanto los extranjeros que quieran invertir como los que tratan
de reivindicar una democracia verdadera deben saber que ni Raúl
ni sus adlatares están dispuestos a renunciar al socialismo
revolucionario, al menos hasta que el Uno desaparezca definitivamente.
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