WILFREDO
CANCIO ISLA
Una década después de abrirse a tímidas
reformas de mercado, el gobierno cubano parece decidido
a recortar todo indicio de liberalización económica
y reinstalar en el país los controles centralizados
en la actividad empresarial y la vida social.
La
escalada de medidas restrictivas del último año
apunta a que el régimen de Fidel Castro quiere recuperar
el poder de decisión sobre las empresas cubanas asociadas
con capital extranjero, limitar al mínimo los pequeños
negocios privados y restringir la circulación del
dólar.
Una
vuelta a los años del ''socialismo real'' que implica
un atrincheramiento en la economía dictado por las
obsesiones anticapitalistas de Castro, según analistas.
Aunque
a paso gradual, los intentos de cerrar las iniciativas independientes
y descentralizadas son obvios, incluso mucho antes de la
''nueva fase'' de emergencia decretada tras las recomendaciones
del presidente George W. Bush para acelerar una transición
política en la isla.
En
el sector estatal, el gobierno ha decidido tomar el mando
de las exportaciones e importaciones que antes estaban en
manos de empresas estatales. Por lo pronto el Ministerio
del Comercio Exterior (MINCEX) está creando un grupo
de comités que regularán las exportaciones
en cada área.
''Esto
significa que disminuirá la capacidad operativa de
las empresas, y que la decisión última de
compra o venta corresponderá ahora al MINCEX'', comentó
una fuente del organismo.
Se
está formando también un comité de
compras para el mercado libre de impuestos (dutty free),
luego que se decidiera cerrar las sucursales de las firmas
extranjeras Provimar y Weinahuer, semanas atrás.
Los
controles de comercialización irán hasta el
detalle. El pasado 15 de marzo, la resolución 768
del MINCEX limitó de 43 a sólo 10 las empresas
autorizadas a importar aparatos de vídeo, supuestamente
``para alcanzar mayor eficiencia en la utilización
de los recursos financieros''.
Otra
resolución ministerial del mismo día retiró
el derecho a 61 empresas cubanas para importar computadoras
o sus componentes.
Al
mismo tiempo, las empresas que habían diversificado
sus negocios para recaudar dólares se han visto obligadas
a concentrarse en ''su actividad principal'', siguiendo
pautas de una reciente circular del Ministerio de Economía
y Planificación.
Desde
el año pasado el Banco Central de Cuba le prohibió
a esas empresas realizar sus transacciones domésticas
en dólares, como venía ocurriendo regularmente.
Y
para rematar, este año el Ministerio del Transporte
les envió una circular a los directivos empresariales
especificándoles qué tipo de automóviles
deben usar. Los Toyota, Mitsubishi o Audi deberán
ser entregados a los ministerios o a los servicios de protocolo
del Estado.
''Estamos
ante un proceso acelerado de recentralización, que
tiene como propósito desmantelar la economía
del dólar''. opinó el economista Carmelo Mesa
Lago, profesor emérito de la Universidad de Pittsburgh.
``Es una decisión sin lógica económica,
condicionada exclusivamente por la política''.
Mesa
Lago consideró que la alternativa de ''reconcentración
del poder'' está sustentada en cierta estabilidad
de la economía cubana, apuntalada en los últimos
tres años por el alza en los precios del níquel,
el auge del turismo en la isla y la concesión de
53,000 barriles diarios de petróleo, gracias al mandatario
venezolano Hugo Chávez.
El
crecimiento económico de Cuba fue de 2.6 por ciento
el año pasado. En el 2003, 1.9 millones de turistas
visitaron el país dejando ingresos de $2,100 millones,
y ya en el primer trimestre de este año el número
de visitantes creció en un 13 por ciento.
''Los
dirigentes cubanos sienten que ya ha pasado lo peor de la
crisis y que ha llegado el momento de que el Estado retome
un papel más central en la economía'', manifestó
Phil Peters, vicepresidente del Lexington Institute, con
sede en Virginia.
Pero
el arsenal de controles gubernamentales se extiende más
allá de los círculos empresariales.
A
partir de octubre entrará en vigor la resolución
1½004 del Ministerio del Trabajo, la cual pondrá
freno al trabajo por cuenta propia. Según el texto
de la medida, se negará la renovación de las
licencias a 40 oficios por considerar que la reanimación
económica permite que ``un grupo de estas actividades
sean asimiladas por diferentes órganos y organismos
de la administración central del Estado''.
Otras
medidas anunciadas por el gobierno son:
•
Limitar la venta de automóviles en dólares
a ciudadanos nacionales. Desde el 15 de marzo, quienes soliciten
la compra de un carro en moneda libremente convertible,
''deberán haber obtenido esos ingresos como resultado
del trabajo en tareas y funciones asignadas por el Estado
o de interés de éste'', nunca por remesas
o herencias. (Resolución 54/2004).
•
Prohibir el acceso a la internet a ciudadanos nacionales
desde teléfonos particulares que no son abonados
en dólares, según la resolución 180/2003.
A partir del 30 de junio cesarán todas las operaciones
comerciales relacionadas con los servicios de acceso a la
red que no cumplan la disposición.
•
El Ministerio del Comercio Interior ha establecido normas
estrictas para regular el funcionamiento del mercado de
productos liberados, donde concurren empresas agropecuarias
estatales y pequeños productores privados. La ministra
Bárbara Castillo justificó las reglas como
un mecanismo para evitar la bolsa negra y proteger al consumidor.
''Son
medidas que crean incentivos perversos'', explicó
Mesa Lago. ``El control político puede volver a disparar
el mercado negro y aumentar la corrupción y el robo'.
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