Por
Uberto Mario
En
mi país, suceden cosas bien raras y diferentes al resto
del mundo, exactamente desde enero de 1959.
En
mi país, un hombre barbudo y enfermizo de poder, un solo
hombre, dispone de millones de seres humanos, sin contar con ninguno
de nosotros.
En
mi país, la propiedad privada fue erradicada, quiero decir,
ese hombre le robó a los dueños, lo que ellos con
tanto sacrificio se ganaron antes del 59,para apropiarse de bienes
que durante todo este tiempo ha negociado,únicamente para
enriquecer sus cuentas en Suiza.
En
mi país, hay muchos bandidos organizados para perseguir
los sueños y aspiraciones de millones hombres y mujeres
de bien, que lo único que han querido en casi cincuenta
anos, es vivir en libertad y tener derecho a sonar y progresar.
En
mi país, el turismo es para extranjeros, los “de adentro”,
no saben donde quedan Varadero, Cayo Coco o Vinales, y “prohibido
pasar”, claro para los nacionales, es ese mensaje.
En
mi país, los negros, los que tienen ese color de piel,
son más maltratados que antes del 59.Los negros no tiene
derecho a ir todos a la Universidad y mucho menos manejarle a
los dirigentes más importantes.
En
mi pais, a las prostitutas, se les llama “jineteras” y son las
mismas, que tienen que dejar la escuela o un trabajo de 3 dólares
mensuales, para vivir un poquito mejor y poder bañarse
con jabón de marca o comer con aceite de olivo.Y cuando
las atrapa la policía política, las envían
a realizar trabajos forzosos en campos de cana o de tabaco.
En
mi país, existen solamente dos canales de televisión,
que repiten la misma mentira desde 1959……”En este país,
todos somos iguales, esta revolución es de los obreros
y pa’ los obreros….” Desde entonces, la minoría vive bien
y millones se mueren de hambre y miseria.
En
mi país, creer en Dios es por gusto, pues el señor
lleva casi cinco décadas sin acordarse de nosotros, pues
el Diablo de barba y mentira, campea por su respeto.
En
mi país, comerse un pedacito de carne de res fuera de la
racionada, es un delito, que se paga con cárcel o torturas
bestiales.
En
mi país, los niños toman leche hasta los siete anos,
pues después toman agua con azúcar, si la consiguen.
En
mi pais, no existe justicia alguna, los jueces son fieles talibanes
del régimen, los defensores marionetas y los fiscales,
terribles fascistas del poder y la ley, por supuesto desde 1959.
En
mi país, pensar pacifica y diferente al barbudo y diabólico
que lo dirige, se paga con cárcel y fusilamiento.
En
mi país, tiene que dolerte la cabeza cada 28 días,
porque las aspirinas ya están por la tarjeta de abastecimiento
en las desoladas farmacias que quedan en moneda nacional.
En
mi país, para salir de mi país, los que nacieron
allí, tienen que pedirle permiso al loco de barba que los
oprime desde 1959.
En
mi país, desde que cumples cinco anos de nacido, tienes
que jurar ser como un asesino argentino, que se coló en
mi país, sin permiso de nosotros y por la fuerza, quien
no jure, no puede ir a la escuela de por vida.
¿Te
imaginas de que país, te cuento?
Ojalá
y ya sepas, que lamentablemente hablo de Cuba, la mía y
la del más del 20 por ciento de sus hijos que vivimos y
sonamos con regresar a una CUBA LIBRE,y que mientras esperamos
y cabalgamos por los cinco continentes, que sí conocen
lo que es la libertad y la democracia.
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