Por
Roxana Valdivia.
El
pùblico renacentista temblaba horrorizado al presenciar
la obra de Wolfgang Goethe cuando al morir, Fausto conjura su
sino eterno:
!Oh, si mi alma debe sufrir mi pecado!
!Pon final a mi dolor incesante!
Haz que Fausto viva mil años en el infierno!
Donde
se escondan o levanten trono, los que venden el alma al diablo
estàn cubiertos de un manto que los hace invisibles como
el de Harry Potter. Nadie ve. Son ignorados, son tolerados, ¡inmoralmente
tolerados hasta tanto convenga a un universo insensible e hipòcrita!
Este mundo que se jacta de su civilizaciòn y que mira al
fascismo como algo del pasado, no ofrece redenciòn ni esperanza
para vìctimas de salvajes regìmenes polìticos
actuales.
Supliquemos por Corea del Norte a modo de cruel ejemplo, ese impenetrable
agujero donde el dictador Kim Jong Il es monstruo y Dios al mismo
tiempo. Corea del Norte se ha convertido en uno de los estados
màs peligrosos con sus ambiciones nucleares, en medio de
una poblaciòn enajenada y esclava. ¿Què ha
decidido la ONU en relaciòn a los campos de exterminio
masivos en este paìs asiàtico?. La existencia de
tal modelo infernal deberìa al menos ruborizar a la ONU.
Y por supuesto, denunciar que al mismo tiempo, es una amenaza
enorme para el planeta!
¨Respetables¨ polìticos, militares y humanistas
de la tierra abandonan a su suerte ademàs a los que habitan
bajo el oscurantismo religioso en paìses islàmicos.
En Asia y Africa la mujer està sujeta a pràcticas
brutales como la lapidaciòn; son enterradas vivas hasta
la cintura y luego apedreadas hasta morir. La ablaciòn
o mutilaciòn de los genitales femeninos, por otro lado,
es una pràctica horrenda que han sufrido la mayorìa
de las mujeres africanas, aunque algunas viven en Asia y en el
Oriente Medio. Ademàs, cada vez se encuentran màs
casos en Europa, Australia, Canadà y hasta en Estados Unidos,
principalmente entre inmigrantes de aquellos paìses. Segùn
informes de la Organizaciòn Mundial de la Salud (OMS),
el nùmero de niñas y mujeres que han sufrido mutilación
genital se estima entre 100 y 140 millones. Se calcula que cada
año, dos millones más de niñas se encuentran
en riesgo de ser sometidas a mutilación genital.
Volviendo un poco atràs en la historia, los armenios fueron
los primeros en sufrir en el siglo XX el experimento de matanzas
organizadas. El holocausto de 1915 fue màs o menos el fin
de varias masacres antiarmenias que se habìan producido
a fines del siglo XIX y principios del XX. Esos hechos luctuosos
estuvieron marcados por la indiferencia mundial.El Estado Turco
se ha negado hasta ahora a reconocer el genocidio. Aducen que
se trata de una ¨razòn de Estado¨.
Sòlo despuès del segundo Holocausto durante la II
Guerra Mundial, el de los judìos y los gitanos europeos,
la causa armenia resurgiò. Tras largos cabildeos en las
Naciones Unidas, el argumento tuvo alguna respuesta de la comunidad
internacional que, finalmente, condenó a Turquía
en diversos foros como Estado criminal.
Tambièn durante la Segunda Guerra Mundial los japoneses
segaron la vida de diez millones de chinos en una orgìa
racista indescriptible. En el siglo XX ocurrieron ademàs
otras matanzas tremendas: los bombardeos a poblaciones civiles
durante la Guerra Civil Española, los crìmenes del
Pol Pot, en Camboya, que costaron un millòn de vìctimas;
los musulmanes y croatas masacrados por los serbios en la Bosnia-Herzegovina.
En la culta y moderna Europa actual, la discriminación
contra las minorías árabes y gitanas está
trayendo en Alemania, Francia, Italia y Austria, el recuerdo de
la tragedia antisemita en las primeras décadas del siglo
anterior.
No se trata de una remembranza histórica morbosa. Los polìticos
del mundo se hacen los distraìdos, observan las ventajas
y desventajas. Y se mantienen indiferentes como cobardes. Por
ejemplo, los gobiernos de Irán e Irak se desentendieron
de la cuestión dejando que la ¨limpieza¨ étnica
contra los kurdos la realizara Turquía. Sólo Francia
denunciò realmente el asesinato de poblaciones civiles
kurdas mientras la ONU -en total anomia- miraba sin definirse
ante los dramas de Bosnia, de los kurdos y de Chechenia.
El historiador Arnold Toynbee señaló que el silencio
ante los genocidios no tiene disculpa. Cuando Toynbee escribió
aquellas palabras todavía no se había conocido el
horror hitlerista y estalinista.
La afortunadamente desaparecida Uniòn de Repùblicas
Socialistas Sovièticas levantò un trono sangriento.
El exterminio masivo con fines polìticos avergonzò
la faz de la tierra, porque la peor de las culpas es bajar la
mirada y permanecer impertèrrito, impasible. Gozò
de impunidad por casi un siglo y se derrumbò por su propio
peso. El bloque socialista no solo fue tolerado y apañado,
sino que ocupò posiciones polìticas internacionales
como gobierno moral y legìtimo. Nadie intercediò
por los masacrados sino que estrecharon las manos de sus verdugos
y ocuparon còmodos sillones junto a ellos en Naciones Unidas.
Desde principios de los años sesenta, Cuba habita sobre
un charco de sangre. Cientos de miles de adolescentes de 13, 16
o 18 años fueron condenados a muerte por razones polìticas
o revanchas personales. Muchos jòvenes catòlicos
o estudiantes universitarios junto a hombres del pueblo, guajiros
o simples trabajadores que no se sumaron a la mansedumbre enardecidamente
manipulada, terminaron en tenebrosas prisiones como La Cabaña.
Ellos hacìan su lucha callejera, como la emprenden hoy
los estudiantes venezolanos contra el ex militar golpista Hugo
Chàvez Frìas.
Muchos de ellos no murieron, sino que cumplieron dècadas
de presidio. Pero no salieron de las galeras de la muerte, ni
de la pesadilla salvaje a la que fueron sometidos cuando se les
extraìa la sangre hasta dejarles casi sin sentido en el
piso. Les obligaban entonces a arrastrarse hasta el palo del patio
para los fusilamientos. Despuès de taparles la cabeza,
los asesinos de Fidel Castro gritaban ¨ Preparen, apunten,
fuego!....pero no morìan pues eran balas de salva. Mientras
reìan a carcajadas, los criminales les levantaban del suelo
y les recordaban: ¨Nos equivocamos. Tu fusilamiento no es
hoy, sino mañana¨. Muchos familiares de los condenados
a muerte eran impelidos a conseguir las llamadas ¨`pintas
de sangre¨ por el Gobierno de La Habana. Les explicaban que
sus hijos necesitaban transfusiones con urgencia, y sin dar detalles,
exigìan que mandaran a buscar la sangre a Estados Unidos.
Si el mundo quisiera testigos de estos crìmenes y otras
bàrbaras torturas del ilegìtimo Gobierno dictatorial
de La Habana, solamente tendrìa que buscarles. Uno de aquellos
jòvenes es parte del glorioso exilio cubano, sobrevive
en el centro de la Florida muy solo y retirado.Tiene ahora 68
años de edad. Hacerlo serìa un acto de defensa de
la vida contra el crimen y sus ejecutores, para los cuales no
habrà olvido, ni punto final, ni obediencia debida, ni
indultos. Pero la peor de las amnesias es la moral. Pueblo que
no recuerde, que no tenga memoria de tales crìmenes, tarde
o temprano pagarà su indiferencia con el regreso de la
barbarie.
Los crìmenes del gobierno totalitario de Fidel Castro perduran
y se perpetran dia a dia. Medio siglo de impunidad. Como antes
lo hiciera la URSS, hoy los verdugos de la Habana son aplaudidos
y apoyados en Naciones Unidas. ¿ Saben ustedes si el Relator
Especial de la ONU pudo al fin visitar las càrceles-sepulcros
de la isla, donde se despedaza el alma nacional y se evaporan
los mejores hijos de la Patria?
Si en nuestros días apareciera un nuevo Führer, no
llevaría puesto uniforme militar ni mucho menos una suàstica.
Antes bien usaría un fino traje sastre o un glorioso atuendo
militar con boina roja; un uniforme verde olivo o un traje Addidas;
o tal vez un atuendo más sencillo y popular. Llamaría
la atención de las masas a las virtudes y valores patrióticos
de la Guerra de Independencia, la igualdad, la filantropìa,
el bienestar social, la defensa de los humildes, un cambio de
constituciòn y un proyecto que le permita la entrada nefasta
hacia otras naciones, le llamarìa por ejemplo, ¨Confederaciòn
de Repùblicas Latinoamericanas ( en el sentido semàntico
neofascista, la traducciòn serìa CONFABULACION de
Repùblicas).
Nada de discursos triunfalistas, antisemitas,homofòbicos,
nada de justificar la eliminaciòn de enfermos o dèbiles
en crematorios, nada de revanchas polìticas o religiosas,
no campos de concentraciòn de exterminio o paredones de
fusilamientos. ¡Claro que no! El discurso ha cambiado. Pero
la suàstica es la misma...... |