El
Herald
En una calculada operación represiva, agentes policiales
y miembros de la Seguridad cubana dispersaron el lunes por la
fuerza una protesta de un grupo de las Damas de Blanco en la Plaza
de la Revolución de La Habana, donde las activistas reclamaban
libertad para los presos políticos.
Alrededor
de 100 agentes mujeres, vistiendo uniformes de la Policía
Nacional Revolucionaria y del Ministerio del Interior sacaron
a una decena de Damas de Blanco, arrastrándolas desde un
parque aledaño a la Biblioteca Nacional José Martí,
a escasos metros de los edificios del Consejo de Estado, y las
obligaron a montarse en un ómnibus tras no acatar el pedido
de las autoridades de retirarse del lugar.
Es
la primera acción represiva de magnitud orquestada por
la policía política cubana desde que el gobierno
de Raúl Castro firmó sendos pactos de derechos humanos
--el Convenio Internacional para los Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, y el de Derechos Civiles y Políticos--
ante la Organización de Naciones Unidas el pasado febrero.
"Una
vez más este gobierno ha demostrado su verdadera cara,
porque hasta ahora hemos visto que todas estas medidas, incluso
la firma de los pactos, es fachada, es un toque cosmético
para aparentar ante la comunidad internacional una buena voluntad
que no tienen'', indicó Laura Pollán, líder
del movimiento cívico que reclama la libertad para sus
familiares presos durante la llamada Primavera Negra del 2003.
El
gobierno cubano reaccionó anoche mediante un comunicado
titulado "Fracasa provocación contrarrevolucionaria''
y leído en la televisión estatal.
Según
la versión oficial, un "reducido número de
elementos mercenarios intentaron realizar una provocación
burda y descarada'' con la intención de "reclamar
la excarcelación de contrarrevolucionarios sancionados
por actividades contra nuestro pueblo y sus posiciones mercenarias
y anexionistas''.
"De
inmediato, y espontáneamente el incidente fue rechazado
por la población que a esa hora se dirigía a sus
centros de trabajo y estudio'', señaló el comunicado,
que acusó a la congresista cubanoamericana Ileana Ros-Lehtinen
de llamar telefónicamente a las Damas de Blanco "con
evidente propósito injerencista''.
Pollán
--esposa del disidente Héctor Maseda, condenado a 20 años
de prisión-- afirmó que las mujeres desalojadas
del lugar están "adoloridas'' en brazos y espalda
por el acto forzoso, y señaló que los agentes que
las trasladaron en el autobús a sus casas no les hicieron
ningún interrogatorio.
Las
imágenes del desalojo forzoso de las mujeres ocuparon el
lunes los principales espacios noticiosos internacionales y motivaron
un fuerte repulsa por parte de la comunidad exiliada.
La
Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FDHC), adscrita
a la Fundación Nacional Cubano Americana, condenó
la acción policial e indicó que la represión
contra las Damas de Blanco demuestra que "el gobierno acaba
de demostrar que continúa siendo un régimen que
ejerce la violencia contra quienes discrepan de su línea
oficial''.
"La
FDHC condena este acto de represión violenta contra mujeres
pacíficas, el cual demuestra la falta de voluntad del régimen
de emprender cambios verdaderamente esenciales en la sociedad
cubana'', indicó un comunicado de la organización.
"Mientras en Cuba existan presos políticos y el pueblo
no pueda expresar libremente su opinión ni decidir por
sí mismo su propio destino, no es posible hablar de un
verdadero cambio hacia la democracia en la isla''.
Ros-Lehtinen
consideró que los países deben ver este "vergonzoso
episodio'' como un abuso y negarle al régimen castrista
la legitimidad política y las fuentes financieras con las
que sigue ‘‘oprimiendo a los cubanos''.
"De
la misma forma en que condenan la brutalidad del régimen
militar birmano contra los activistas prodemocracia y la del régimen
chino contra los monjes tibetanos, las naciones amantes de la
libertad
deben de una vez por todas estar del lado de los cubanos y no
con la dictadura'', subrayó la legisladora.
Asimismo,
enfatizó que el suceso debe servir para que "tomen
nota'' aquéllos que están maravillados con la "farsa
de reforma económica'' de Raúl Castro porque él
es "tan malo como Fidel Castro''.
"¿Qué
bueno tiene el que los cubanos puedan obtener hornos eléctricos
cuando no pueden ejercitar su derecho fundamental a reunirse pacíficamente
y a la libertad de expresión?", se cuestionó
Ros-Lehtinen.
Las
mujeres habían comenzado su protesta hacia las 7 a.m. "pidiendo
la libertad incondicional de los presos políticos'', según
testimonio de Berta Soler, una de las integrantes del grupo.
Alrededor
de las 9:15 p.m., un piquete policial integrado
mayoritariamente por mujeres reprimió a empujones y sacó
cargadas a varias de las manifestantes, que fueron sacadas en
un autobús del lugar, situado a unos 100 metros de los
edificios del Ministerio de las Fuerzas Armadas y del Ministerio
del Interior.
Un
grupo de partidarios gubernamentales, en su mayoría mujeres,
fue convocado en el lugar, donde comenzaron a corear las tradicionales
consignas de "apoyo revolucionario'' como "¡Pin,
pon, fuera, abajo la gusanera!''
"Rompieron
el grupo, tienen un operativo muy grande en la Plaza y por eso
por el momento desistimos, por hoy, pero vamos a seguir por la
libertad de nuestros presos'', afirmó Soler.
Las
Damas de Blanco se habían propuesto hacer un plantón
en la Plaza, centro del poder político en Cuba, lo que
realizaron hace tres años, cuando también fueron
desalojadas por la policía.
"Lo
importante es que estamos aquí en la Plaza, que siempre
nos habían planteado que no podíamos llegar a la
Plaza y aquí estamos para pedir la libertad de nuestros
presos'', manifestó Pollán.
Soler
había indicado, minutos antes de ser llevada por la fuerza,
que la intención del grupo era permanecer en la Plaza "el
tiempo que sea necesario'' para conseguir la liberación
de los presos políticos.
También
manifestó el cansancio de las Damas de Blanco ante la falta
de respuesta oficial a sus peticiones de libertad para los opositores
que permanecen en prisión y denunció que hay "mucha
apatía hacia los presos''.
"Raúl
[Castro, gobernante de Cuba] para nosotros es igual que Fidel
[Castro]'', indicó la mujer, esposa del disidente preso
Angel Moya.
Soler
aseguró que los familiares de las Damas de Blanco "son
los presos de Fidel'', que dejó la presidencia el pasado
24 de febrero, agregando que si el general Raúl Castro
fuera realmente el que gobierna el país no tendría
que "consultar'' con un anciano retirado del poder.
La
semana pasada se cumplieron cinco años de las condenas
a los integrantes del llamado Grupo de los 75, emitidas en juicios
sumarísimos, acusados de conspirar con Estados Unidos,
atentar contra la independencia del Estado y socavar los principios
de la revolución.
De
los 75 disidentes, 55 siguen en la cárcel, uno falleció
y 19 fueron excarcelados por razones de salud. Cuatro de ellos
viajaron a España en febrero pasado.
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