Por
Carlos Batista
El
VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), que se realizará
en el 2009, coloca a esa agrupación ante el reto de darle
continuidad a la Revolución, hasta ahora liderada por Fidel
Castro, y definir el modelo socialista cubano.
Raúl
convocó, al término de una reunión plenaria,
al Congreso para el segundo semestre del 2009, una "magnífica
oportunidad para meditar colectivamente" y "conformar
con proyección de futuro la política del partido
en los diferentes ámbitos de nuestra sociedad" para
el período 2009-14.
El
hermano de Fidel reafirmó como "principal meta"
del trabajo del PCC y su Congreso "seguir mejorando nuestro
aún imperfecto pero justo sistema social", un socialismo
al cual dirigentes del propio PCC ponen ya apellidos como "nuestro"
y "cubano". Es la primera reunión plenaria desde
la crisis de salud de Fidel Castro en julio del 2006 y la sexta
desde el V Congreso, en 1997. El PCC -"la fuerza dirigente
superior de la sociedad y del Estado", según la Constitución
cubana-, en un segundo plano durante años por el abarcador
liderazgo de Fidel, ahora fue llamado por Raúl a "asegurar
la continuidad de la Revolución cuando ya no estén
sus dirigentes históricos", en el marco de un proceso
de reforzar la "institucionalidad".
El
Congreso debería elegir un nuevo Comité Central
y a sus secretarios primero y segundo, cargos que ocupan Fidel
y Raúl desde su fundación en 1965.
La
reunión decidirá si Fidel, alejado del gobierno
por su enfermedad, se mantendrá o no al frente del PCC,
como en la actualidad. Observadores políticos opinan que
el Congreso puede ser el último de la generación
histórica,
por
encima de los 75 años, que difícilmente esté
con vida o buena salud para ser dirigente en el 2014, cuando debe
concluir el programa que trace la reunión.
Pero
el regreso de Ramiro Valdés -un emblemático comandante
de 75 años- al Buró Político, del que había
sido alejado en 1992, y la formación de la Comisión
del Buró Político, una especie de Estado Mayor de
contingencia de los siete principales miembros -que promedian
los 70 años- no hace presumir que la generación
fundacional tenga planes de salir del juego político.
Teniendo
en cuenta las experiencias de los congresos precedentes, la comisión
organizadora debe anunciar públicamente las tesis principales,
que son sometidas a debate en centros laborales y estudiantiles,
por lo que los principales asuntos a tratar serán públicos
con antelación. Pero no se trata sólo de un problema
interno: Raúl llamó a tener en cuenta una posible
prolongación de "la extrema derecha" en Estados
Unidos, las crisis internacionales del petróleo y los alimentos,
problemas medioambientales y otros que afectan a la isla.
El
I Congreso (1975) estuvo marcado por la institucionalización:
ls aprobación de la Constitución y la forma de gobierno,
denominada Poder Popular; el segundo (1980) confirmó una
línea prosoviética en la economía y la política
y el tercero (1986) estuvo marcado un "proceso de rectificación"
y distanciamiento de Moscú. El cuarto, tras la disolución
soviética, aprobó la apertura religiosa y llamó
a la unidad de los cubanos y el quinto (1997) confirmó
validez de las reformas y llamó a la resistencia frente
a Estados Unidos.
El
núcleo duro del poder promedia los 70 años
Tras
sustituir a su hermano en el poder, el presidente cubano Raúl
Castro creó su propio Estado mayor: seis hombres del Buró
Político del Partido Comunista (PCC) que con él
controlan la política, la economía y los institutos
armados de Cuba.
Forman
la nueva Comisión del Buró Político para
"hacer más operativo y funcional el proceso de toma
de decisiones" -según el anuncio oficial- y sus integrantes
ocupan la presidencia y las seis vicepresidencias del Consejo
de Estado (gobierno). Esos hombres, entre los cuales está
Raúl pero no Fidel, promedian los 70 años. Fidel,
quien sigue siendo primer secretario del PCC y miembro del Buró
Político -de 24 integrantes-, declinó ser reelegido
presidente del Consejo de Estado en febrero por limitaciones de
salud y no se descarta que haga lo mismo respecto de su cargo
partidario antes del Congreso, al que llegaría con 83 años.
Dando
por descontado el liderazgo histórico de Fidel Castro,
los siete hombres fuertes de Cuba son Raúl Castro Ruz,
76 años, presidente y segundo secretario del PCC; José
Machado Ventura, 77 años, vicepresidente y organizador
del PCC; Juan Almeida, 80 años, comandante de la Revolución;
general Abelardo Colomé, 68 años, ministro del Interior;
Carlos Lage, 56 años, a cargo de la economía; Esteban
Lazo, 63 años, ideólogo del PCC y Julio Casas, 72
años, ministro de Fuerzas Armadas. De los siete hombres
cinco son de la generación histórica que hizo la
Revolución con Fidel; los dos más jóvenes,
Lage y Lazo, son segunda generación. Tres son militares,
incluyendo a Raúl, cuya influencia sobre los institutos
armados es considerable. No hay ninguna mujer y dos de los siete
son negros.
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