Por
Hector Lemagne
"Mordido
aquí de la miseria un día quedó este vivo
desgarrado y muerto, porque el diente fatal de la miseria lleva
en la punta matador veneno".
Cuando encuentres un vil, para y pregunta si la miseria le mordió
en el pecho,
y si el caso es verdad, sigue y perdona: Culpa no tiene,- ¡Le
alcanzó el veneno!
José Martí
Tercera
vez que leo esta magna obra de la cual se ha escrito mucho, y
particularmente considero una oración al alma, pues todos,
absolutamente todos, nos vemos, de una forma u otra, reflejados
en ella.
Dios
debe tener a Víctor Hugo en un lugar especial por sus contribuciones
a la humanidad. Como también tiene a Martí, Maceo,
Gómez, Bolívar San Martín, Jefferson, Franklin,
y a todos esos grandes hombres que se preocuparon más por
sus semejantes que por ellos mismos.
¿Cuánto
han contribuido los que tanto alardean de hacerlo? ¡Miserables!
Cuestionando a los malos cubanos un amigo aseveró que ellos
duermen mejor que los buenos. Los que nos consideramos buenos,
sin embargo, también somos miserables. En la novela de
Víctor Hugo todos son miserables; los buenos y los malos.
A
las Damas de Blanco, humildes y sufridas mujeres que sólo
piden la libertad para sus seres queridos, injustamente en prisión,
las atacan miserables turbas de la policía política
del régimen, que como Javert persigue al justo. Quien ignore
lo ocurrido recientemente es más miserable que quienes
cometieron esos actos de repudio. Estas valerosas mujeres fueron
literalmente arrastradas por la policía de un régimen
que trata de parecer como bueno para mantener la represión
en Cuba con un supuesto cambio de collar, pero con el mismo perro
sistema.
Durante
estos miserables 50 años de tragedia cubana los Castro
y su régimen han transferido a parte del pueblo el odio
que tanto le tiene, lo que no es óbice para que pronto,
la otra parte reclame y obtenga lo que tan noble país merece;
¡Libertad!
Acabo
de ver, contra mi voluntad, porque detesto, por sus izquierdismos,
“The View” debido a una llamada que recibí en la cual me
comunicaban que aparecería Gloria y Emilio Estafan. La
introducción fué un corto del video Gloria Estafan
“90 millas” donde apareció, antes que Cachao, Santana.
El
mismo que con orgullo exhibió la camiseta con la imagen
del asesino Che Guevara en los Grammys. Todo fué risas,
y a una pregunta sobre los cambios que se promovían en
Cuba con Raúl, Gloria contestó afirmativamente que
se estaban produciendo.
¡Miserable!
Creo que la fama y el dinero corrompen, pero más corrompe
a quienes lo utilizan para alimentar, miserablemente sus egos.
Gloria y Emilio Estafan están miserablemente destruidos
por dentro, aunque por fuera sean millonarios. Están tan
destruidos como Fidel, Raúl y sus métodos de mentiras
y miserias.
Que
en Cuba se censure no es noticia aunque condenable. Pero mas condenable
es que en el mundo libre algunos periódicos censuren articulos,
que por su contenido critique algunos métodos utilizados
por “lideres” o amigos de los “lideres” que van en contra de lo
que ellos mismos proclaman respecto a la libertad de Cuba. Este
proceder va en contra de la libertad de expresión. Si al
menos se tuviera el pudor de debatir los asuntos con honestidad
y honor se les tuviera un poco de respeto, pues considero que
esa misma censura es la que quisieran implantar cuando Cuba sea
libre para sus propios intereses. A esos miserables no les tengo
el mas mínimo de los respetos. ¡Cuba es de todos
los cubanos!
Javert,
Los Thenardier, son miserables malos. Jean Valjeant, Mario, el
Cura Bienvenido, Cossette, la madre de Cossete y otros en la novela
son miserables buenos.
Sí aprendiéramos y aplicáramos la lección
conque termina la novela de Víctor Hugo este mundo seria
mejor. ¡Y Cuba ya sería libre! “El secreto de la
vida está en dar, no en quitar.”
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